* El Cerro Blanco fue utilizado como cantera de piedra blanca, para construir, por ejemplo, el [[Barrio_Mapocho#Estaci.C3.B3n_10:_Ex_-_Puente_de_Cal_y_Canto|puente Cal y Canto ]] y los cimientos de [[Barrio Cívico|La Moneda]].

El '''Cerro Blanco''' es un reconocido cerro isla de Santiago cargado de significado histórico y cultural. En la época prehispánica era un importante centro de reunión y ceremonial, y hoy en día es un gran exponente de patrimonio arqueológico por ese motivo. El cerro ha tenido históricamente una fuerte connotación religiosa: Los pueblos originarios lo llamaban Huechuraba que quiere decir ''lugar de la greda'' y lo utilizaron como centro ceremonial. En la ladera norte del cerro se puede apreciar el mayor complejo de piedras tacitas en toda América: hendiduras talladas en las rocas que se utilizaban para moler semillas de peumo.  Se dice que esta colina fue el primer lugar donde acamparon las tropas españolas cuando llegaron al valle. Inés de Suárez levantó aquí una de las primeras ermitas capitalinas, consagrada al culto de la Virgen de Montserrat y dedicada a la "redención de los indios infieles". La ofrenda suponía una misa cada tres viernes y una procesión al año. Cuenta Roberto Merino:{{cita|En 1822 el rito anual ya se había desgastado con los siglos, y al cerro no llegaban sino los colegiales para hacer la cimarra y jugar a los piedrazos con los chimberos. En la ermita solo quedaba un capellán dominico, encargado de cuidar las naranjas, podar los parrones, recoger las escasas dádivas y administrar la misa semanal. Ese año, sin embargo, un conocido notario revivió el antiguo culto y difundió la especie de que, en mitad de una procesión en que se suplicaba por la lluvia, la virgen de la viñita había hecho llover. El viejo fervor se reavivó de inmediato. Un vecino entusiasta donó —en la esquina de las actuales Recoleta y Santos Dumont— un terreno para la construcción de la capilla definitiva. Esta, que sigue en pie hasta hoy, fue en parte diseñada por Eusebio Cheli, el refinado arquitecto italiano|Roberto Merino}} Vicuña Mackenna, inspirado por necrópolis europeas como la de Père-Lachaise, planteó extender el vecino [[Cementerio General]] al Cerro Blanco. Lo imaginaba "coronándose de blancos túmulos la alta planicie del montículo y trocándose sus profundas canteras en osarios".

La '''Recoleta Domínica''' se compone de un conjunto entre la Iglesia y el convento, la Biblioteca y el Museo Histórico Domínico. Su historia comenzó cuando la orden de Santo Domingo recibió estos terrenos de manos de '''Inés de Suárez''' y '''Rodrigo de Quiroga'''. La orden estableció ahí un convento donde recolectaban frutas y verduras. La iniciativa de construir el templo surgió el año 1853, cuando se decide construir una Iglesia de estilo [[Glosario#N|neoclásico]] en vez de la antigua y sencilla capilla. El arquitecto encargado de proyectar el templo fue '''Eusebio CelliChelli'''(a veces escrito Celli, como en la callecita ubicada cerca de Américo Vespucio con Avenida Vitacura), pero fue '''Manuel Aldunate''' quien dirigió la obra y proyectó la cúpula sobre la nave central. Por los planos de esta iglesia, el papa Pío Nono le entregó a Chelli una medalla de oro.

* A siete meses de la fundación, '''Michimalonco''' emboscó Santiago y sus hombres destruyeron casi todo lo poco que había alcanzado a construirse. En medio de una situación desesperada, '''Inés de Suárez''' propuso matar a siete caciques que habían sido tomados prisioneros con anterioridad. Para quienes veían una derrota cierta, esos hombres eran la única moneda de cambio con la cual negociar su supervivencia. El guardia le preguntó cómo pensaba darles muerte. “De esta manera”, dijo Suárez cogiendo la espada del hombre y decapitando a Quilicanta. Arrojó su cabeza hacia los atacantes y procedió con los otros seis. Suárez salvó además unos pocos animales que resultaron cruciales para sobrevivir en los meses venideros. La acción acaece el 11 de septiembre, una fecha que los libros de historia del naciente país iba recordar por triplicado.*En esta iglesia se casó Cecilia Bolocco con el estadounidense Michael Young en 1990, el matrimonio más glamoroso de la década}}