Templo Bahá'í
|
|
|
Descripción General[editar]
Compuesta por tan solo una estación, pero una señora estación, esta reseña busca introducir al usuario a la conceptualización y las bases de la construcción del Templo Bahá’í. Es un lugar muy especial, una de las edificaciones más notables de Sudamérica, y valioso sitio de contemplación, que aborda las esferas arquitectónica, paisajista y espiritual.
La religión Bahá’í ha impulsado la creación de una “Casa central de adoración” sobre cada continente. Estos recintos están llamados luego a facilitar la construcción de nuevos templos menores y a establecer un vínculo con la comunidad. Los Bahá’í rehuyen de rituales tales como las misas católicas, y también de íconos e imágenes. Los templos son concebidos para reflejar la idea universal de adoración, donde mujeres, hombres y niños se unen iguales bajo su cobijo.
En octubre de 2016 después de seis años en construcción, se inauguró en la precordillera de Peñalolén este nuevo hito arquitectónico. Con forma de flor de mármol, representa la evolución y belleza de la humanidad, y actúa como un centro de la comunidad.
Religión Bahá'í[editar]
La fe Bahá’í es, en esencia, una religión basada en la unidad a través de la diversidad. Aun cuando fue establecida en 1863 se funda en el reconocimiento de que la humanidad ha llegado a súmmum de su madurez. En las palabras del fundador de la fe, Bahá’u’lláh, “la tierra es solo un país y la humanidad sus ciudadano”. La misión de la comunidad Bahá’í es dar significado a estas palabras, en todos los aspectos y zonas de trabajo.
El credo se originó en Hussayn-Alí, un hombre de origen persa y proveniente de las familias de la nobleza del imperio. Perseguido y exiliado por defender el mensaje de su maestro martirizado El Báb, que había proclamado la llegada de un nuevo profeta, este anuncio impactó a los creyentes del islam que esperaban el regreso de Mahoma. Algunos, por el contrario, confiaban en que el nuevo profeta fuera el retorno del que hablaba Mahoma en el Corán. Durante su exilio Hussayn-Alí habría descubierto que el profeta del que se hablaba era él, y cuando regresó fue proclamado Bahá’u’lláh (“gloria de Dios‟ en árabe), oficializando el origen del bahaísmo.
En 1912, la fe ya había cruzado continentes y llegado a América, donde se daban conferencias por el hijo del profeta Bahá’u’lláh. Martha Root, joven periodista estadounidense, sintió la necesidad de promulgar la fe Bahá'í’ después de oír sus palabras. Emprendió rumbo hacia el sur del continente, cruzó Los Andes con la ayuda de una mula y sus guías a 3200 metros de altura y dio origen al bahaísmo en Chile. El credo obtuvo reconocimiento legal en la Asamblea Espiritual Local de los Bahá’ís de Santiago en 1950 y once años más tarde en la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de Chile. En 2002 el Ministerio de Justicia la reconoció como una religión independiente en Chile en virtud de la Ley de Cultos. Este reconocimiento formal dio pie al concurso para proyectar el Templo continental, llamado a ser un testamento del avance de la comunidad desde sus humildes inicios.
|
Época y/o horario adecuado[editar]
- El templo está abierto de martes a domingo desde las 9.00 a.m a 7.00 p.m. Solo cierra lunes y feriados irrenunciables.
- Ideal un día de invierno, justo después de una tormenta, cuando está la cordillera recién nevada.
- La entrada es liberada y se debe vestir acorde a este lugar de adoración. Detalle de las reglas en la sección respectiva del sitio web oficial.
Acceso[editar]
En vehículo propio[editar]
Existen estacionamientos gratis de autos y bicicletas en el templo. La vía de acceso se encuentra pavimentada.
En transporte público y autostop[editar]
Es difícil llegar al acceso del templo a través de transporte público debido a su ubicación precordillerana. Pero no es imposible. En Redlos buses que llegan a los paraderos cercanos son D11, D18, 516, D10 entre otros. Recomendamos planificar tu viaje para saber cuales son las rutas específicas desde tu sector.
Descripción de la ruta[editar]
Estación 1: Sector de acceso[editar]
Después de una empinada y serpenteante vía cerro arriba, aparece uno de los mayores hitos arquitectónicos de Santiago. Entre montañas y quebradas emerge una flor hecha de seda, junto a la cual florecen jardines de vegetación nativa.
Al entrar al recinto existe un punto introductorio, donde se explican la reglas que se deben respetar en este lugar sagrado y donde un voluntario dará una breve introducción al culto Bahá’í y las instalaciones. Al norte existen dos estructuras de apoyo al templo, de techos verdes, que contienen los baños y una pequeña biblioteca / centro de informaciones. Allí hay textos religiosos en una variedad de idiomas, junto a una serie de fotografías que buscan introducir la historia Bahá’í sudamericana a sus visitantes.
Posterior a esta introducción se debe decidir si se desea acceder a la Casa de Adoración a por su escalera principal o a través de las rampas que circulan a través de los jardines.
Estación 2: Casa de Adoración[editar]
Como con los otros siete templos principales ubicados en los otros continentes, el santuario estuvo destinado a convertirse en un hito arquitectónico a los pies de Los Andes. El recinto opera bajo la metáfora de la luz como una fuente de poder transformativo sobre una unidad, volviendo todo posible y llamativo. La compleja morfología curva fue diseñada por el arquitecto canadiense Siamak Hariri y sus jardines por el arquitecto paisajista chileno Juan Grimm, como una invitación para la contemplación espiritual y el peregrinaje arquitectónico o social.
La casa de adoración se encuentra rodeada de jardines y espejos de agua, con caminos que surgen de esta y se tejen sobre la vegetación dándoles aspecto de pétalos. Los jardines se encuentran bajo constante mantención y contienen flora nativa del área centra, de carácter esclerófila para soportar el clima del emplazamiento. Los caminos se dividen en su retorno a la Casa de Adoración, abriéndose paso hacia sectores de descanso donde se puede contemplar la vista hacia Santiago. Dentro del plan maestro de Juan Grimm también se contempla la plantación de 6000 árboles en los alrededores del templo.
En los lugares de culto Bahá’í no se ofrecen sermones. Himnos, cantos o música instrumental brillan por su ausencia. El programa consiste en lecturas de todas las religiones del mundo. De hecho, el diseño de nueve lados del templo responde a esta idea. En vez de reflejar un simbolismo místico, el número nueve, el más alto de los números de un solo dígito, recuerda a los visitantes la igualdad de todas las religiones que han llevado a la humanidad a esta etapa evolutiva.
Sus nueve lados se expresan en monumentales pétalos conformados por un esqueleto de acero, recubierto vidrio fundido y el mármol portugués antes citado, tratado para lograr un carácter translúcido. La curvatura se logró a través de miles de triangulaciones sobre su cubierta, otorgando la flexibilidad que un material rígido no es capaz de proveer directamente.
Los pétalos contienen una abierta y accesible zona para rendir culto. Alrededor de 600 visitantes pueden acomodarse en su planta circular, dotada de bancas de nogal ordenadas en forma de media luna. Hacia el cielo de la estructura convergen sus pétalos en una lucarna circular que transfiere la luz exterior. En esta se escribe "Oh tú Gloria del más Glorioso" en árabe.
El acceso a la Casa de Adoración se realiza a través de nueve entradas localizadas entre los intervalos de los “pétalos” que la componen, desde las cuales surgen los caminos curvos que dirigen a sus visitantes a través de los jardines.
"Templo Bahá'í un lugar de encuentro para Sudamérica" por ArchDaily
Recomendaciones[editar]
- Asistir en la mañana o en el atardecer, debido al fuerte sol que hay en la precordillera.
- En el caso de ir a pie, detente un momento a admirar la vista hacia Santiago que ofrece el camino. Procura también detenerte a escuchar los sonidos que emiten las aves típicas de la precordillera.
Galería de fotos[editar]