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Galerías de Cine de Concepción

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Descripción general
Concepción tiene una historia estrecha con las salas de espectáculos, desde el Teatro Galán, incendiado en 1882 y cuya pérdida gatilló la construcción del magno Teatro Concepción, coliseo de las artes escénicas abierto al público en 1890 y que desde las primeras décadas del siglo XX comenzó a proyectar películas en medio del furor que el cine mudo ocasionaba en la población, más tarde el Teatro Concepción fue adquirido por la Universidad de Concepción incrementando la cartelera fílmica de la ciudad. En ese contexto surgieron algunas salas, austeras y discretas, cuya única finalidad era exhibir esta maravilla moderna que era el cine. Cines de barrio y proyecciones en clubes y sociedades mutualistas fueron la dinámica además de la construcción de primeras salas como el Edén o el Splendid. Salas de colegios también incidieron en esta actividad como por ejemplo el Aula Magna del Liceo de Hombres, hoy en estado de ruina frente al Parque Ecuador, lugar en que se realizaron diversos actos y se pasaron diversas cintas. Se tiene conocimiento que en varios colegios de la ciudad también se proyectaron películas y en cualquier caso, siempre fue una actividad más allá del mismo ocio. En el momento en que el cine pasa de mudo a sonoro, Concepción contó con llamativas salas de cine como el Rialto, el Prat y el Central, salas que se engalanaron con los films de Chaplin, Carlos Gardel y Marlene Dietrich. Fue en la década de 1930 que las salas de cine de la ciudad se modernizaron, dando paso a enormes construcciones alhajadas con finos detalles y mobiliarios además de haber sido equipadas con tecnología de punta para la época.
 
 
El nuevo Teatro Central frente a la Plaza Independencia con su magnífica sala de hormigón armado, el Roxy con sus vanguardistas líneas y el Ideal con su marquesina curva y líneas navieras que auguraban un cambio en la arquitectura y en la forma de concebir el mismo acto de ir a disfrutar de una película.
 
 
Los cines comenzaron a articular una dinámica en torno a ellos, con comercio aledaño, pastelerías, confiterías y un gran intercambio social. El cine se integró como una actividad urbana, era parte del diario vivir y más que un acto asociado al ocio, era vivir la ciudad, involucró recorrer la urbe, deambular por sus calles y generar más panoramas antes o después de la misma película. El terremoto de 1939 dañó a la ciudad de Concepción pero no su espíritu. De inmediato se dio la orden de reabrir las salas de cine, en primer lugar porque sus modernas estructuras no cayeron y además porque significaba un respiro y un descanso para los penquistas. Tras la catástrofe, se abren nuevas salas, que en un lapso de dos décadas formarían un nuevo circuito de salas de espectáculos en la ciudad y se asociaron al pujante comercio existente en el centro de Concepción. Tras la catástrofe permanecieron los modernos Central, Roxy e Ideal, (que posteriormente se llamó Rex) además del ya viejo Teatro Prat, vestigio de los inicios del cine en la ciudad. Entre 1940 y 1960 aparecieron el Explanade, (posterior Astor), el Cervantes, el Lux, el Windsor y el Alcázar, siendo este último un gran ejemplo de un cine anclado a una galería comercial, tipología arquitectónica arraigada en Concepción y que conjugada con los cines, resultaba en una multiplicidad de actos y funciones en pleno centro.
1960 implicó un nuevo terremoto para Concepción y un ideario moderno de hacer ciudad que quedó plasmado en estilizadas torres insertadas en placas comerciales de uno o dos pisos que incluían galerías comerciales, evidentemente algunas de estas galerías tenían cines en su interior. Siguiendo el patrón del cine subterraneo como el Alcázar/Plaza, entre 1960 y 1970 abrieron los cines; Regina, (en Galería Carlos Akel), Lido, (en Galería ICONSA) y Romano, (en Galería Romano). La década de 1960 fue el punto máximo de actividad cinéfila en la ciudad, las nuevas tres salas se codeaban con los anteriores, el ya viejo Roxy rebautizado como Ducal, el Ideal ya conocido como Rex, el Central conocido como Teatro Universidad de Concepción tras ser adquirido por la institución luego de la inhabilitación del antiguo teatro además del Astor, Cervantes, Lux, Windsor y Alcázar. 11 salas que deleitaban a los penquistas con estrenos,clásicos del ayer, especiales rotativos para niños y un sinnúmero de actos asociados como conciertos, recitales de poesía, shows de revistas y vedettes y orquestas en vivo.
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