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Templo Bahá'í

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[[File:Edificios de apoyo templo bahai.jpg|thumb|Edificio donde se encuentra el centro de información y la pequeña biblioteca.]]
{{dato|Este templo se suma a los otros tan solo ocho templos de la fe Bahá'í que existen alrededor del mundo. Hay uno por continente, ubicados en Samoa, Panamá, Uganda, Alemania, India, Australia y Estados Unidos.}}
Compuesta por tan solo una estación, pero una señora estación, esta reseña busca introducir al usuario a la conceptualización y las bases de la construcción del Templo Bahá’í. Es un lugar muy especial, una de las edificaciones más notables de Sudamérica, y valioso sitio de contemplación, que aborda las esferas arquitectónica, paisajista y espiritual.
La fe Bahá’í es, en esencia, una religión basada en la unidad a través de la diversidad. Aun cuando fue establecida en 1863 se funda en el reconocimiento de que la humanidad ha llegado a súmmum de su madurez. En las palabras del fundador de la fe, Bahá’u’lláh, “la tierra es solo un país y la humanidad sus ciudadano”. La misión de la comunidad Bahá’í es dar significado a estas palabras, en todos los aspectos y zonas de trabajo.
El credo se origina originó en Hussayn-Alí, un hombre de origen persa y proveniente de las familias de la nobleza del imperio. Perseguido y exiliado por defender el mensaje de su maestro martirizado El Báb, que había proclamado la llegada de un nuevo profeta, este anuncio impactó a los creyentes del islam que esperaban el regreso de Mahoma. Algunos, por el contrario, confiaban en que el nuevo profeta fuera el retorno del que hablaba Mahoma en el Corán. Durante su exilio Hussayn-Alí habría descubierto que el profeta del que se hablaba era él, y cuando regresó fue proclamado Bahá’u’lláh (“gloria de Dios‟ en árabe), oficializando el origen del bahaísmo.
En 1912, la fe ya había cruzado continentes y llegado a América, donde se daban conferencias por el hijo del profeta Bahá’u’lláh. Martha Root, joven periodista estadounidense, sintió la necesidad de promulgar la fe Bahá'í’ después de oír sus palabras. Emprendió rumbo hacia el sur del continente, cruzó Los Andes con la ayuda de una mula y sus guías a 3200 metros de altura y dio origen al bahaísmo en Chile. El credo obtuvo reconocimiento legal en la Asamblea Espiritual Local de los Bahá’ís de Santiago en 1950 y once años más tarde en la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de Chile. En 2002 el Ministerio de Justicia la reconoció como una religión independiente en Chile en virtud de la Ley de Cultos. Este reconocimiento formal dio pie al concurso para proyectar el Templo continental, llamado a ser un testamento del avance de la comunidad desde sus humildes inicios.
[[File:Pilares_interiores_tallados.jpg|thumb|Pilares interiores de la Casa de Adoración tallados.]]
Después de una empinada y serpenteante vía cerro arriba, aparece uno de los mayores hitos arquitectónicos de Santiago. Entre montañas y quebradas se emerge una flor hecha de seda, junto a la cual florecen jardines de vegetación nativa.
Al entrar al recinto existe un punto introductorio, donde se explican la reglas que se deben respetar en este lugar sagrado y donde un voluntario dará una breve introducción al culto Bahá’í y las instalaciones. Al norte existen dos estructuras de apoyo al templo, de techos verdes, que contienen los baños y una pequeña biblioteca / centro de informaciones. Allí hay textos religiosos en una variedad de idiomas, junto a una serie de fotografías que buscan introducir la historia Bahá’í sudamericana a sus visitantes.
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