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Ñuñoa Poniente

384 bytes añadidos, 01:50 11 ago 2021
Historia del Barrio
{{cita|La milenaria paz que las tierras ñuñoínas vivían, se vio turbada en forma inesperada con la llegada del español en el siglo XVI. El siglo XVI marca, pues, una etapa y un trastorno. Todos los moldes en que había vivido el hombre y la tierra, su economía, su ordenamiento, son substituidos por otras normas y otros conceptos.|René León Echaíz. ''Ñuñohue. Historia de Ñuñoa, Providencia, Las Condes y la Reina''}}
Durante la colonia (siglos XVI y XVII), Ñuñoa era una serie de propiedades agrícolas, dedicadas al cultivo de verduras, frutas, hortalizas y viñedos. Esos caminos naturales y callejones a su tiempo dieron origen al trazado vial que se extendió al comenzar a urbanizarse el sector. En el siglo XVIII se creó el camino Ñuñohue para unir las haciendas, generando lo que sería y con ello la precursora de la actual '''Avenida Irarrázaval''', creada en el siglo XIX. Hasta entrado el siglo XX discurrían por ahí los carros de sangre, tan propensos a los volcamientos que la imaginación popular los inmortalizó en versainas callejeras: ''Viajar en carro a Ñuñoa'' ''Hoy es cosa original'' ''A lo cual no se atreve'' ''Así no más un mortal'' El cómico Pepe Vila denominó a tres vagones de este ferrocarril equino como Infierno, Paciencia y Eternidad.
Obtenida la independencia, la capital comenzó a extenderse hacia la cordillera. En el movido año de 1891 se creó la Municipalidad (y posteriormente la comuna) de Ñuñoa, por iniciativa del político conservador, parlamentario y ministro; '''José Manuel Irarrázaval''', a quien se debe el nombre de la avenida principal de la comuna. La municipalidad nació con subdelegaciones; Las Condes, Providencia, Santa Rosa, Subercaseaux, etc.

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