Plantilla:Palacio Bruna
En 1916, el empresario y millonario salitrero, don Augusto Bruna Valenzuela, encargó la construcción de un palacete al arquitecto Julio Bertrand Vidal, destacado y joven arquitecto, por su refinamiento y elegancia. Lamentablemente, Bertrand murió de tuberculosis antes de terminar la construcción. Pedro Prado, quedó a cargo.
Tan majestuosa era su construcción, que el periodista y crítico literario Alone lo describió antes de que se acabara la construcción en los siguientes términos:
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En 1921 la obra fue finalizada. Sin embargo, la familia Bruna no pudo habitarla pues sobrevino la crisis del salitre y la quiebra de la empresa familiar y el palacio es puesto en venta en 1921. En 1939 el inmueble fue adquirido por la Embajada de Estados Unidos para la residencia de su embajador, Claude Bowers, quien la habitó durante 14 años -el periodo más largo de permanencia de un representante estadounidense en Chile-, por lo que se hizo conocida como la Casa Bowers.
Funcionó como residencia para embajadores hasta 1962, y luego como como consulado hasta 1994. En 1995, la Cámara Nacional de Comercio adquirió el edificio para transformarlo en su sede, y en 1996, fue restaurado por el arquitecto Luis Alberto Darraidou, quien adecuó las dependencias para su función, y mejoró la condición del inmueble.
Posee fuertes influencias del Renacimiento Italiano. De sus tres niveles, el segundo ofrece una serie de terrazas con vistas hacia el barrio, y entre el segundo y el tercero destaca un friso decorado que recorre todos los volúmenes. Lamentablemente el Palacio se encuentra cerrado a público, pero al recorrer la manzana se puede apreciar su envergadura y sus detalles en fachada.