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Descripción General
El Cerro San Cristóbal, oficialmente denominado Parque Metropolitano de Santiago, es una institución pública, dependiente del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, ubicado en la Región Metropolitana de Santiago. Cuenta con más de 700 hectáreas de extensión, lo que lo sitúa como el cuarto parque urbano más grande del mundo y el primero en Latinoamérica. Su superficie más que duplica al famoso Central Park de New York (341 hectáreas) y más que quintuplica al igualmente célebre Hyde Park de Londres (140 hectáreas). Posee accesibilidad hacía cuatro comunas -Providencia, Recoleta, Huechuraba y Vitacura- y se mantiene como un hito activo con la comunidad a través de actividades y talleres para todas las edades.
Posee instalaciones de todo tipo: jardines, plazas, miradores, senderos, piscinas, zonas deportivas, zonas de picnic, un santuario católico, un bosque educativo, el zoológico nacional y centros de eventos, entre otras. También destaca por dar alojo a varios hitos patrimoniales, materiales e inmateriales, entre los cuales destacan las obras de Luciano Kulczewski y la Virgen del Cerro San Cristóbal.
Historia
Su cumbre, anterior a la llegada de los españoles, era denominada como un Tapuhue, o santuario Mapuche. Tras la fundación de Santiago se instaló una cruz de diez metros sobre la cima, estableciendo la base para la inauguración del Santuario de la Inmaculada Concepción del Cerro San Cristóbal, actual ícono del cerro. Si bien ya en 1870 el historiador y luego intendente de Santiago Benjamín Vicuña Mackenna señaló que el Cerro San Cristóbal podría convertirse en un gran pulmón para Santiago, recién en el siglo XX comenzó su incorporación al tejido urbano. Por entonces el cerro era utilizado como cantera. De hecho de este macizo provino la piedra para la construcción del puente Cal y Canto, el Palacio de La Moneda y los adoquines de las calles de Santiago. Este aprovechamiento minero se tradujo en un terreno árido y seco. En 1903 se instaló cerca de su cumbre el Observatorio Astronómico Lick, actualmente llamado Manuel Foster.
En 1916, Alberto Mackenna y el senador Pedro Bannen dirigieron una campaña destinada a adquirir los terrenos. Esta iniciativa dio paso a la Ley Nº 3295, que permitió expropiar el cerro a privados y declarar los terrenos a utilidad pública en 1917. El intendente Pablo Urzúa, tomó posesión oficialmente de los terrenos del Parque el 17 de junio de 1918 y junto a una comitiva trazó los caminos y senderos hacia la cumbre. En 1921 bajo la intendencia de Alberto Mackenna se inició un programa de forestación y la construcción de canales de regadío. Tres años más tarde se inauguró el funicular y el zoológico de Santiago.
En 1951 Sergio Ríos Lavín construyó y administró la concesión del Ferrocarril de Turismo Oriente, un servicio que iba desde la base del Cerro San Cristóbal hasta el sector de La Pirámide. Esta obra fue destruida por las inundaciones provocadas por el río Mapocho en 1952. Aun así se inauguró como ferrocarril turístico en 1960, con tres carros que transitaban desde la avenida El Cerro hasta la cumbre del. Dejó de funcionar finalmente 1978.
Desde la década de los sesenta en adelante se continuó con el desarrollo del cerro como parque público, con la construcción del Jardín Japonés, la piscina Tupahue y la Plaza México, entre otras. En 1966, bajo la Ley N° 16464, se comenzó a llamar Parque Metropolitano de Santiago. Ese mismo año se traspasó el control desde el Ministerio del Interior al MINVU.
¿Sabías que? : En Lima también existe un cerro ubicado poco más al norte del centro histórico. También posee un santuario católico en su cumbre. Y también se llama Cerro San Cristóbal |
Época y/o horario adecuado
El Parque Metropolitano de Santiago y sus instalaciones están abiertas desde martes a domingo todo el año. Los horarios fluctúan entre 10:00-11:00 A.M hasta las 17:00-18:00 P.M. El mejor momento para la visita es justo después de una tormenta invernal, cuando la cordillera está gloriosamente nevada y Santiago emerge en HD, pero son pocos los días así en el año.
En la web oficial explicitan los horarios de cada instalación.
En el cine : |
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Acceso
En vehículo propio
Se puede ser partícipe de esta ruta en un vehículo propio. El Cerro San Cristóbal posee la infraestructura necesaria para el tránsito y estacionamiento de autos y bicicletas.
Las calles están abiertas todos los días del año, de lunes a viernes y festivos de 08:30 A.M a 19:00 P.M. Sábados y domingos el acceso de los vehículos está restringido entre las 9:00 A.M a 1:30 P.M, para dar paso a la horda ciclistas, trotadores y caminantes que copan la vía en ese horario. La entrada de Pío Nono, los fines de semana, permite el ingreso de autos y motos a partir de las 11 am.
En transporte público y autostop
La ruta comienza desde la estación Baquedano en la línea 1 del metro. En caso de realizar la ruta en sentido inverso se parte desde estación Tobalaba, lugar de combinación línea 4 y línea 1, para luego caminar por Nueva Tobalaba (al costado del Costanera Center), calle que tras el puente sobre el Mapocho continúa bajo el nombre El Cerro.
¿Sabías que? : En 1977 Pinochet convocó a 77 jóvenes a un acto litúrgico-republicano en el cerro Chacarillas, una cumbre secundaria de este macizo. Era 9 de julio, aniversario de la batalla de la Concepción, y los invitados simbolizaban los 77 caídos casi un siglo atrás en la sierra peruana (algunos de cuyos corazones se encuentran en la catedral de Santiago). Había dirigentes políticos (como Juan Antonio Coloma), deportistas (Hans Gildemeister), cantantes (Pollo Fuentes), animadores (Antonio Vodanovic), humoristas (Coco Legrand) y una Miss Chile (Verónica Sommers). En un acto calificado de "cívico-patriota" desfilaron con antorchas hasta la cumbre del Chacarillas. Una vez arriba, Pinochet anunció que los siguientes cuatro años serían de "recuperación”. La Constitución, se dijo, sería derogada en forma gradual. 1981-1985 sería la "transición" con un poder legislativo designado. En 1985 se iniciaría la etapa de "normalidad constitucional", en la que el poder volvería a los civiles. |
Descripción de la ruta
Arquitectos protagonistas
Entre las obras que han definido y transformado el cerro, destaca el trabajo de dos arquitectos chilenos, Luciano Kulczewski, autor de la mayoría de las edificaciones del parque, y Carlos Martner, responsable del diseño de nuevas obras y de la intervención de piezas de Kulczewski. Estas remodelaciones tuvieron lugar cuarenta años más tarde, bajo el programa del Ministerio de Vivienda para la revitalización del Parque Metropolitano de Santiago desde la vista paisajista.
También destacan las intervenciones de Carlos Thays y Oscar Prager, autores del diseño paisajístico del parque (1919) y del zoológico (1926) respectivamente, obras de gran relevancia para el desarrollo del parque.
- Luciano Kulczewski: Arquitecto egresado de la Universidad de Chile en 1919, sus obras se caracterizan por una ecléctica mixtura de influencias donde pueden hallarse elementos desde el neogótico al Art Nouveau así como ciertos rasgos del incipiente Movimiento Moderno. No obstante lo anterior, gran parte de su trabajo utiliza un lenguaje que escapa de cualquier catalogación estilística. Su primera gran obra la constituye el conjunto de edificios para habilitar el Cerro San Cristóbal como paseo público entre los años 1921 y 1926. Sin embargo, pese a su valor arquitectónico, gran parte de sus trabajos sufrieron un rápido deterioro. Hoy la Estación Inicial del Funicular es la única construcción de su autoría en funcionamiento.
- Carlos Martner: Arquitecto especializado en paisaje, egresado de la Universidad de Chile y promotor de la carrera de Diseño Paisajista. Sus obras se caracterizan por el constante diálogo entre naturaleza y arquitectura, donde se intenta armonizar ambos conceptos incorporando variables geográficas, climáticas y trabajando con los materiales que ofrece el lugar. Entre sus principales trabajos en el parque se encuentran los balnearios Tupahue y Antilén, ambos construidos en piedra, ejemplos claros de su predilección por este material. La piedra es transversal a su obra y su escultórica utilización, en conjunto con el agua y la vegetación, se convierten en el sello que vuelve tan particular su legado.
Estación 1: Puente Pío Nono y Plaza Italia
Puente Pío Nono
El puente Pío Nono provoca el recuerdo del antiguo puente que fue construido en la misma ubicación, de una época donde fueron encargados puentes metálicos desde Europa. Estos puentes eran destinados a conectar Santiago con la antigua Chimba a través del río Mapocho, infraestructura determinante en el desarrollo del sector norte de la capital.
El antiguo puente Pío Nono fue parte de uno de los más importantes proyectos urbanísticos a fines del siglo XIX. Se mantuvo por casi cien años hasta 1984. Se lo puede ver en este video aguantando el desborde del Mapocho de junio de 1982, mientras un árbol completo pasa por debajo.
En 1984 fue trasladado hasta el lugar donde está en la actualidad, entre el actual puente Pío Nono y Purísima. Es claramente visible 120 metros aguas abajo. El año 1997 se declaró Monumento Histórico Nacional y un año después fue inaugurado el Teatro del Puente, único teatro en el mundo sobre un río. Está en plena operación: ver cartelera.
Hasta el año 2000, cada marzo, en el marco de la semana mechona de la Universidad de Chile, se libraba una batalla campal de frutas y verduras descompuestas entre alumnos de Derecho y de Ingeniería. Ganaba el bando que lograba tomarse el puente. La tradición se acabó luego de que estallara una bomba lacrimógena y los incidentes escalaran.
Plaza Italia / Plaza Baquedano
Pocos metros al sur del Puente Pío Nono está Plaza Italia y Plaza Baquedano ¿Y cuál es cuál? Plaza Italia es rigor el pequeño espacio entre avenidas Providencia y Andrés Bello. Se llama así porque la escultura de ese lugar, el Monumento al Genio de la Libertad, fue obsequiado por la comunidad de italianos residentes para la celebración del Centenario de la república (1910). Plaza Baquedano es la rotonda que rodean los dos brazos de Avenida Providencia, y que luce una estatua ecuestre de Manuel Baquedano, el generalísimo de las fuerzas chilenas durante la Guerra del Pacífico, y presidente de Chile durante un gran total de ¡dos días! después de la batahola generalizada que siguió a la guerra civil de 1891.
A los pies de Baquedano, mucho menos observado, está el monumento al soldado desconocido. Es una curiosa historia. En 1900, el mayor Enrique Phillips Huneeus, veterano de la guerra del Pacífico, recorrió el Campo de la Alianza, lugar donde en 1880 se desarrolló la sangrienta batalla de Tacna. Allí encontró el cadáver momificado de un soldado chileno. En 1931, tres años después de la inauguración de la estatua de Baquedano, se ubicó junto al monumento los restos de este soldado no identificado con la siguiente frase grabada en su lápida: “Aquí descansa uno de los soldados con que el general Baquedano forjó los triunfos del heroísmo chileno”. A mediados de la década de 1960, unos chistositos le robaron el fusil con el que el soldado desconocido "le hace guardia" a Baquedano. La policía encontró la réplica del arma en unos cachureos en San Camilo y la restituyó con ceremonias.
El espacio en su conjunto es en su conjunto conocido colectivamente como Plaza Italia por la gran mayoría de los santiaguinos. Es el epicentro nacional de protestas y celebraciones. Si la selección chilena gana un partido importante, pierda cuidado que dentro de poco el tránsito se suspenderá y los vehículos serán reemplazados por papel picado y latas de cerveza.
Acá un timelapse de las celebraciones tras el primer título de la Copa América obtenido por Chile, en julio de 2015.
Acá protestas por la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca, en 2018
Estación 2: Facultad de Derecho de la Universidad de Chile
¿Sabías que? : El arquitecto Juan Martínez Gutiérrez también es responsable de otras monumentales obras en Santiago, entre las cuales se pueden apreciar; El edificio de la Escuela Militar de Santiago, el Templo Votivo de Maipú y la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. |
En el costado del río Mapocho, por calle Pío Nono, se ubica uno de los edificios educativos más importantes de Chile, actuando de umbral desde Providencia hacia Bellavista en la ribera norte del río. Con el Cerro San Cristóbal a sus espaldas y el río Mapocho a su lado, la arquitectura de línea curva de grandes columnas componen la monumental fachada principal del edificio.
Esta facultad fue erigida para albergar una nueva casa de estudios para la carrera de derecho, entonces llamada leyes y ciencias políticas, por aquellos días ubicada en la Casa Central. La nueva sede fue encargada en 1934, bajo el decanato de Arturo Alessandri Rodríguez, al arquitecto chileno Juan Martínez Gutiérrez. La inauguración tuvo lugar en 1938. El estilo arquitectónico que representa el edificio es formalmente Art Decó, si bien presenta reminiscencias propias de los monumentales edificios del fascismo italiano.
Declarada monumento nacional en 2014, el Consejo de Monumentos Nacionales indicó a la sazón que la edificación constituye un hito urbano. Se señaló que por volumetría y ubicación es un referente notable de la zona que articula el Parque Forestal, el río Mapocho, la Plaza Baquedano y la vista al Cerro San Cristóbal, espacio fundamental en la configuración urbana de Santiago.
En ruta :
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Estación 3: Acceso Pío Nono y Plaza Caupolicán.
Al final de la calle Pío Nono y en la ladera sur del Cerro San Cristóbal, se encuentra este histórico acceso, sede de infraestructura de comercio, cultura, servicios e información, punto introductorio hacia el Parque Metropolitano de Santiago. El acceso se creó con el propósito de suplir las necesidades peatonales generadas por el zoológico y el funicular.
El acceso ha mutado desde un explanada dura hasta su configuración como un área verde orgánica y multifacética que continúa el relieve de la ladera, consolidándose finalmente con la Plaza Caupolicán. Contiene la estación inicial del funicular, caseta de informaciones, estacionamientos, servicios higiénicos y el camino de acceso al Zoológico. Es además habitada por comercio establecido y móvil en las cercanías de sus jardines.
Su diseño actual proviene de la última remodelación realizada en 1995 por el MINVU. Esta intervención respetó el valor histórico y su estructuras originales, modificando solamente el diseño natural del antiguo trazado y la restauración de pavimentos, muros y escalinatas.
Estación 4: Estación Inicial del Funicular San Cristóbal
La Sociedad Anónima Funicular San Cristóbal, se adjudicó por medio de una licitación, la concesión para la construcción del Funicular en el Cerro San Cristóbal, que fue encargada a Luciano Kulczewski.
El Funicular, emplazado en la Plaza Caupolicán, remate actual de la Calle Pío Nono, fue inaugurado en 1925. La estructura cuenta con dos plantas más un subterráneo, y su finalidad era contener la boletería y una pequeña sala de espera. El mobiliario en madera fue diseñado por el mismo arquitecto, adecuando completamente la espacialidad interior.
El edificio se configura como una puerta, a través de dos torreones laterales que enmarcan un gran acceso al Funicular. Esta obra, al igual que la casa-taller, remite al mundo medieval y se vincula al Modernismo Catalán en su variante Neogótica. Fue declarado Monumento Nacional en 2000.
Mira un paseo en el funicular en 1929: |
Estación 5: Zoológico Nacional de Chile
¿Sabías que? :
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A las faldas del Cerro San Cristóbal y en funcionamiento desde 1925, es el principal zoológico de Chile. Se aboca a la conservación e investigación de las especies de animales, así como a la educación y recreación del publico.
Siguiendo esta ruta se ingresa por la entrada sur, conectada con la Plaza Caupolicán. También se puede acceder a través de la estación intermedia del funicular.
El ingreso vale CLP$4000 (US$ 4.2 as of November 2024) para adultos y CLP$2000 (US$ 2.1 as of November 2024) para niños. En caso que se decida no visitar esta estación se recomienda hacer uso del funicular con dirección a Estación Cumbre continuando la ruta.
En 1921 el intendente de Santiago Alberto Mackenna junto con Carlos Reed iniciaron una campaña con el fin de recaudar fondos para la creación de un zoológico nacional y dedicado en la capital. Como resultado de esta gestión, en 1925 el presidente Arturo Alessandri dictó el decreto supremo N°4273 que destinó 4,8 hectáreas para su construcción.
Ese mismo año Alberto Mackenna también realizó la gestión para traer al arquitecto alemán Oscar Prager, conocido por sus obras en Argentina (Bariloche y el Parque Centenario en Tucumán) después de ser deportado de Estados Unidos. A Prager le fue asignado el proyecto del Jardín Zoológico en el Cerro San Cristóbal con la colaboración del arquitecto Teodoro Panuzzis. Después de una construcción que tardó alrededor de dos meses, se trasladaron algunas especies existentes en el zoológico de la Quinta Normal y otros 70 animales a través del ferrocarril trasandino, desde Mendoza y Buenos Aires, completando su inauguración el 12 de diciembre de 1925.
En la actualidad el Zoológico Nacional de Chile abarca las mismas 4,8 hectáreas originales, en la cual habitan más de mil animales distribuidos en 158 especies. En términos de variedad animal no es muy espectacular, pero hay pocos zoológicos en el mundo en un emplazamiento tan vertical, y menos todavía ubicados tan cerca del centro mismo de una gran ciudad.
Estación 6: Estación Cumbre
Ubicada a los pies del Santuario de la Inmaculada Concepción, en la cima del macizo, se encuentra la última estación del funicular. Es el espacio que introduce al público a la Virgen, a la Terraza Bellavista y a la última estación del Teleférico Santiago. Fue diseñada en estilo formalista por el arquitecto Carlo Landa con el fin de complementar la estación acceso. En el primer piso contiene la Sala de Máquinas del funicular. En el segundo piso aloja el Salón Tudor, diseñado por Luciano Kulczewski. Proyectado en 1920 con la alta sociedad en la mira, Kulczewski dejó su impronta en el diseño de sus ventanas neogóticas y en las tremendas gárgolas (ya casi derechamente esculturas independientes) apostadas en su techo. Son manifestación de la corriente Neomedieval que caracterizó a Kulczewski. El Salón Tudor fue concebido como un restaurante para luego acoger a un exclusivo salón de té. Se mantuvo cerrado hasta el 2007, año en que se inauguró en sus dependencias una sala de exposición de arte. Hoy mantiene una pequeña muestra con la historia del Parque Metropolitano. Bien vale la docena de peldaños adicionales desde la terraza Bellavista.
Estación 7: Terraza Bellavista
Se accede a través de la Estación Cumbre. A pesar de poseer una espléndida vista hacia la zona centro sur y poniente de Santiago, la historia que precede el terreno habla de una antigua edificación proyectada por Kulczewski. Una terraza embaldosada, compuesta por una sucesión de glorietas con mesas y rica ornamentación fue el ya inexistente Roof Garden, inaugurado en 1926.
El Roof Garden era un punto de atracción y bohemia dirigido hacia la clase alta. Parte de su diseño integral fue el baile y la música. Con un artístico vitraux de un pavo real se daba la bienvenida al recinto que contaba con buffet, comedores y una fuente de luces que coloreaba sus aguas rodeando a un torreón compuesto por una serie de columnas y pérgolas romanas. En los faldeos del cerro surgía un camino rodeado de jardines que dirigía al público al “Belvedere”, una torre para admirar a Santiago y la cordillera. Fue abandonado en 1929. En 1931 se inició su demolición.
Además de sede nacional del mote con huesillos, la delicia de los ciclistas recién transpirados en la pedaleada hasta este punto, la terraza es un espacio comercial enfocado en productos religiosos y artesanías
En qué fijarse : Hay vetustos prismáticos repartidos en la terraza. A estas alturas, son casi más atractivos como antigüedades que como instrumentos ópticos. |
Estación 8: Santuario del Cerro San Cristóbal
Formalmente llamado el Santuario de la Inmaculada Concepción del Cerro San Cristóbal, es uno de los principales templos de la Iglesia Católica en Chile. La estatua de la Virgen, de 14 metros de altura y a 882 metros de altitud, es uno de los íconos más distintivos de la ciudad de Santiago.
Se creó bajo la sugerencia de José Alejo Infante al arzobispado de Santiago en respuesta a la celebración del quincuagésimo aniversario de la instauración del dogma de la Inmaculada Concepción. En 1903 fue aceptada su propuesta y comenzaron las gestiones para la edificación, con la ayuda de las donaciones de la Recoleta Dominica y las Monjas Teresianas se aseguró el terreno para su construcción.
Ante la falta de modelos originales de la Virgen Inmaculada en los talleres de escultores chilenos se solicitaron presupuestos y modelos para la obra a Francia, Italia, España y Alemania. Finalmente se optó por reproducir la existente imagen de la “Virgen de Roma”, obra original de Giuseppe Obici, y que fue elegida junto a su emplazamiento por Eugéne Joannon Crozier, para luego ser proyectada por el arquitecto Luigi Poletti.
Paralelamente a la búsqueda de la Virgen se inició un plan para la apertura del sendero hacia el futuro santuario. La vía debía ser capaz de soportar el transporte de las piezas del monumento y el peregrinaje de los fieles. Con el tiempo ese trayecto se ensanchó hasta el plano. Se erigieron además dos puentes de concreto armado sobre los canales que recorren el cerro.
Se encargó a la prestigiosa fundición francesa “Val d'Osne” la construcción. Se trasladó en 42 cajones desde París. Costó 22 mil francos de la época. La base se fabricó en fierro y concreto, la opción más segura y menos costosa, tarea que se asignó a una compañía neerlandesa de concreto armado.
En el pedestal se construyó una pequeña capilla, obra del arquitecto francés Eugenio Joannon. El 1 de abril de 1987 Juan Pablo II oró y bendijo la ciudad de Santiago de Chile desde ahí. La capilla está decorada por esculturas y frescos realizados por el artista alemán Peter Hörn, recientemente restaurados. A los pies de la imagen, se encuentra un anfiteatro para misas u otros oficios religiosos.
Si bien el anfiteatro al aire libre es informal, al interior de las subestructuras que componen esta estación se debe guardar silencio, al igual que en los lugares de rito adyacentes.
Contiguo al anfiteatro, hacia el oriente, existe otra capilla, de no tan minúsculo tamaño como la del pedestal. Se entra por la Plaza Vasca, que contiene desde 1931 un retoño del árbol de Guernica, el roble sagrado de Vizcaya, símbolo de libertad y justicia. Dentro de la capilla hay diez murales con escenas de la vida de la Virgen María, pintados por Peter Horn en 1931. Desde la Plaza Vasca puedes bajar por una rampa zigzagueante llamada El camino de las Siete Palabras, inaugurada el 2015 y proyectada por Iglesis Arquitectos. Contiene siete cruces pintadas por siete artistas locales que retratan las siete frases que profirió Jesús desde la cruz mientras padecía la crucifixión.
Estación 9: Fuente Plaza México y Casino Cumbre
Hacia el norte de la virgen se encuentra la Plaza México, proyectada por Carlos Martner. Es un punto de conexión con los senderos que se trazan sobre el cerro hacia las siguientes atracciones. Entre estas destacan el Observatorio Manuel Foster, el Torreón Victoria y la Casa de las Arañas, que se abordarán más adelante. Hoy la plaza es una zona de descanso y comercio, provista de una fuente de una grata agua diseñada por su mismo arquitecto.
En una cantera contigua a la actual Plaza México se estableció el Restaurante Cumbre, formalmente conocido como Casino Cumbre, obra de Kulczewski. Inaugurado en 1922, era un lugar de encuentro para la élite capitalina. No era más que un chalet rústico de piedra, con techo de totora, murallas de paja y ventanas de vidrios coloridos, donde se podía beber y relajarse bajo el cielo abierto. En 1975 dejó de funcionar y cinco años más tarde fue demolido. De vestigio solo quedan las baldosas en damero de lo que fue la pista de baile.
Estación 10: Observatorio Manuel Foster
¿Sabías que? : La Universidad Católica no ofrecía el pregrado de Astronomía hasta 1998, por lo que el telescopio se usaba solamente por investigadores |
Hay varias vías de acceso a través de senderos. El acceso principal es una calle vehicular que, a debido a la pendiente del cerro, es larga. Esta ruta avanza por un sendero ubicado al este de la Plaza México.
El observatorio está cerrado. Abre al público solo el día del patrimonio, en mayo de cada año, o bien con visitas previamente coordinadas con la Universidad Católica. Pese a ello, se puede admirar la antigua edificación, un hito de envergadura para la historia de la astronomía y ciencia en Chile. Fue uno de los nueve telescopios más grandes del mundo y sus hallazgos tuvieron importancia histórica para el desarrollo de la astronomía mundial y nacional.
La construcción es de 1903, la primera en ocupar una de las cimas del San Cristóbal. Fue gestionada por Samuel Lick , el director del observatorio Lick de la Universidad de California, y proyectada después de una expedición a Chile destinada a estudiar las velocidades radiales de las estrellas. Impulsado por Henry R. Wilson y el subsecretario de relaciones exteriores, Manuel Foster Recabarren, se transformó en la estación chilena del Observatorio Lick. Si bien la intención era permanecer activo solo tres años, se mantuvo funcionando 25 años más debido a lo exitoso de los resultados científicos. Fue donado a la Universidad Católica en 1928 por Foster, ex-alumno y profesor. Cerró con motivo de las amenazas de la Segunda Guerra Mundial.
Tras una remodelación menor, el observatorio reabrió en 1981 para la docencia de estudios astrofísicos de la Universidad Católica. A mediados de la década de los noventa la obsolescencia de las tecnologías y la construcción de nuevos observatorios más capacitados en el norte provocaron su cierre.
En 2010, el Observatorio Manuel Foster fue declarado Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico, valorando al conjunto de instrumentos científicos construidos a fines del siglo XIX y comienzos del XX que lo conforman.
Estación 11: Casa de la Cultura Anáhuac
Avanzar por Pedro Bannen hasta el Sendero Anáhuac, atajo que evita las innecesarias curvas de la calle. Ojo que la estación se encuentra a distancia considerable del Observatorio. Quien no quiera caminar puede volver a Plaza México y caminar hacia el teleférico, cuya estación intermedia está cerca de las estaciones que prosiguen.
Esta edificación, de geometría clara y contundente, nace del encargo de Jorge de la Cruz, administrador del Parque Metropolitano de Santiago en 1965. De la Cruz encontró apoyo del embajador mexicano, Gustavo Ortiz Hernán, para levantar esta obra utilizando los recursos que proveía el mismo cerro.
Para la proyección de la obra se contactó al arquitecto Carlos Martner, quien utilizaba piedra como su material predeterminado. Para su sorpresa, los canteros del San Cristóbal poseían tanto la paciencia como la destreza técnica para cumplir con las muros sólidos y lisos que exigía la obra.
Mimetizándose entre la naturaleza, aparece una estructura cuyas fuertes vigas de madera cruzan la ancha luz del espacio central, contrastando con el fino trabajo de las celosías de larga extensión, aportando delicadeza a la contundente estructura del resto de la obra.
Estación 12: Balneario Tupahue
Inaugurado en 1966 sobre una antigua cantera en el cerro Tupahue, rodeada de abundante vegetación, es uno de los dos cuerpos de agua artificiales creados para refrescar a visitantes y funcionarios (el otro es la Piscina Antilén).
La piscina se emplaza en una cantera en desuso, cercana al Torreón Victoria, por entonces transformada en basural. Fue proyectada por Carlos Martner quien incorporó la naturaleza a la piscina, vinculando la obra con el paisaje y la atmósfera silvestre, como si se tratara de una fosa de agua natural, esculpida por el mismo cerro. En su proyección, Martner alteró los planos para no interrumpir la vista de la piedra desnuda que rodeaba la piscina, estableciendo las áreas de servicios escondidas tras el gran muro de piedra que hoy proyecta el mural.
El imponente mural en piedra fue un regalo del embajador de México, Ortiz Hernán. De 27 metros de largo y 6,5 de alto, fue diseñado por Juan O’Gorman, uno de los seis muralistas más reconcidos de México. Representa un encuentro entre mapuches y aztecas. Fue desarrollado en Chile por la hermana del arquitecto María Martner.
Estación 13: Torreón Victoria
Rodeado de araucarias y palmas se encuentra esta edificación aclamada por sus visitantes como el mejor mirador hacia la ciudad. La gran estructura fue proyectada como observatorio astronómico para Santiago, pero con el paso del tiempo fue adoptando otras funciones hasta convertirse en un local de venta de artesanías.
Fue inaugurado en 1925 por el Presidente Arturo Alessandri y el intendente de Santiago, Alberto Mackenna. Fue proyectado por la firma de arquitectura “Franke y Jullian” y construido con las piedras proveniente desde las canteras del cerro.
Con apariencia de una pequeña fortaleza, en su techo se emplazaba una cúpula destinada a acoger un observatorio astronómico. El observatorio operó desde 1929 para luego ser reacondicionado como Estación Meteorológica El Salto. En la década de los cincuenta el Torreón funcionó como fuente de soda y espacio de venta de artesanías. Sin embargo, con los terremotos de 1960 y 1985 colapsó la parte superior, que quedó aún más debilitada con el mega sismo de 2010, por lo que tuvo que ser ser demolido completamente. El edificio actual se construyó en hormigón armado y fue revestido con las mismas piedras con que estaba construido el original, manteniendo la arquitectura y terminaciones. Hoy es un centro de eventos y mirador.
Estación 14: Jardín Japonés
Fruto de la relación entre Chile y Japón, estos jardines establecen un espacio de recuerdo para sitios de contemplación equivalentes en el país asiático. Al construirlos acá acercan al visitante chileno a una muestra de Japón, proveyendo de unos minutos de paz, rodeados de la belleza y sosiego de la naturaleza organizada.
La historia de los jardines japoneses en Chile se remonta a 1910. Para la conmemoración del Centenario de la independencia chilena el primer ministro de Japón, Eki Hioki, en nombre de su gobierno, envió 2000 cerezos japoneses. Sin embargo, fueron retenidos en la aduana por riesgos de salubridad 🙈. En 1926 se realizó un segundo intento de proyectar un Jardín Japonés en Chile, cuando el Príncipe Hirohito sucedió en el trono imperial a su padre Yoshihito. Un grupo de nipones residentes en Santiago hicieron envío de una montura chilena como obsequio. En retribución, la Casa Imperial envío 3000 cerezos. Con ellos se logró construir un parque ornamental en el costado sur del río Mapocho, llamado Parque Japonés. Con el paso del tiempo adquirió el nombre de Gran Bretaña y finalmente Providencia, con el que desapareció en 1940.
La construcción del actual Jardín Japonés también llamado Jardín de la Amistad, fue gestionada por la Cámara Chileno Japonesa de Comercio. Fue diseñado por el arquitecto Tadashi Asahi y construido en 1978, e inaugurado por el Príncipe y la Princesa Hitachi el 24 de septiembre de 1997, con motivo de los cien años de relaciones entre ambas naciones. Veinte años después cerró para elevarlo a la altura de otros jardines japoneses del mundo. Esta cirugía mayor tomó dos años, periodo en el que estuvo cerrado al público.
Destacan los puentes de madera y de piedra, sus miradores, escenarios de ceremonia y sus particulares lámparas. Es un paisaje apartado y de calma, poblado por cerca de cien variedades de plantas y árboles, entre las que destacan los sakuras o cerezos, azaleas, flores de loto sobre la laguna, crespones y liquidámbares.
En el cine : |
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Recomendaciones
- Se recomienda llevar ropa cómoda y de preferencia deportiva. Son sus buenos kilómetros de caminata.
- Llevar protector solar. La insolación puede ser inclemente.
- Innecesario cargar líquidos. Hay fuentes de agua potable y expendio de refrescos.
- Si se cuenta con energía ilimitada o cantimplora con poción mágica, se puede integrar la ruta con el Barrio Bellavista empalmando en la Estación Inicial del Funicular San Cristóbal.
Galería de fotos
Cerro San Cristobal en 1960 - Reifschneider, Archivo Enterreno
Puente Pío Nono en 1950 y atras la Facultad de Derecho - Archivo Enterreno
Facultad de Derecho en los 70 - Archivo Enterreno