Hitos de Santiago Centro
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Descripción General
El centro de Santiago se configura desde sus inicios como un espacio clave en la conformación de la ciudad. Encontrar en él casi todo lo que a uno pueda ocurrírsele, desde oficinas y comercio "tradicional", hasta tiendas de coleccionistas, calles dedicadas exclusivamente a los repuestos, a los zapatos o a la óptica. A esto se suma un enorme número de vendedores ambulantes, carritos de maní confitado y mote con huesillo, artistas callejeros, cantantes y predicadores. Esta zona suele no ser tan apreciada debido a su carácter laboral y comercial, sin embargo posee varias joyitas. Basta mirar hacia los edificios más que solo a nivel de calle. Hay calles históricas que trascienden a la colonia, y paseos peatonales que tornan muy ameno el recorrido.
Contenidos de la Ruta
La ruta recorre desde el Barrio Santa Lucía al Casco Histórico, con el Paseo Ahumada como centro conector. Se aprecia un menjunje de construcciones coloniales, de finales del siglo XIX y de inicios del XX. Destacan las iglesias, y edificios institucionales del Centenario, mezclados con edificios contemporáneos y funcionales. Es una realidad burbujeante y vigente. En las calles se entrecruza un variopinto ramillete de de personas y usos; tiendas, cafés, oficinas, librerías, restaurantes, moteles, farmacias, bancos, departamentos, edificios gubernamentales, y suma y sigue. Muy aconsejable sentarse en algún escaño practicar el sano deporte del people watching, o sapeo de peatones.
Historia del Barrio
A la llegada de los españoles, muchos conquistadores tomaron posesión de chacras hacia el sur de la Plaza de Armas, como Rodrigo de Araya y Lázaro de Aránguiz en la calle Ahumada.
Durante la colonia, ordenes religiosas como la de las Agustinas, los Jesuitas, los Mercedarios y las Clarisas, entre otros, establecieron sus iglesias y conventos, utilizando amplios terrenos. A esto se sumarían familias aristocráticas que levantaron sus casonas en torno a los templos. La Quintrala, por ejemplo, vivía frente a Los Agustinos.
Durante el siglo XIX, las ordenes religiosas comenzaron en forma paulatina a vender sus terrenos a privados para la construcción de edificios comerciales y palacetes a familias acaudaladas. Parte de ellos fueron expropiados para la apertura de nuevas calles o para la conexión de calles preexistentes que quedaban cortadas por los terrenos eclesiales. Ejemplo de ello es la calle Moneda, o la creación del Barrio de la Bolsa, sobre predios originales de las Monjas Agustinas. Aparecieron cafés, cines, teatros, librerías, tiendas e instituciones, otorgándole un carácter más cultural, comercial y laboral al sector.
Ya en el siglo XX, se derribaron las grandes mansiones y se levantaron edificios de altura que contienen oficinas, casas comerciales y casas centrales de bancos. El vecindario adquirió el carácter definitivo de centro financiero y laboral de la capital. Esto, sumado al advenimiento del Metro a partir de 1975 , y el desarrollo del Plan de Mejoras para Santiago Central durante los '70 -que definió calles peatonales-, cimentó el sello que hoy observamos.
Época y/o horario adecuado
Se puede ir en cualquier época del año pues es un espacio público, abierto, sin restricción horaria. Se recomienda visitar preferentemente de día (idealmente desde las 10, horario en el que todos los lugares abiertos a publico se encuentran en funcionamiento). De preferencia evitar el horario nocturno, cuando aumentan los hurtos, aunque no es un barrio peligroso. Los locales comerciales y oficinas suelen comenzar a cerrar alrededor de las 18-19hrs.
Acceso
En vehículo propio
No es aconsejable transitar en auto en vista de la congestión y dificultad para encontrar estacionamientos disponibles (incluso en los pagados)
En bicicleta
Hay bicicleteros en el sector, pero no usarlos sin protección del tipo anti holocaustos nucleares. En el sector abundan los hurtos. Hay estaciones cercanas de Bike Santiago.
En transporte público y autostop
En pleno centro De Santiago y contigua a la Alameda, se goza de la mejores accesibilidad imaginable.
- Buses
Cualquier bus de la línea RED que pase por la Alameda sirve.
- Metro
La ruta inicia junto a la estación Santa Lucía de la Línea 1 , cuya salida norte da hacia la Biblioteca Nacional.
Descripción de la ruta
Estación 1: Biblioteca Nacional
La Biblioteca Nacional es una de las primeras instituciones republicanas del país y existe como tal desde 1813. El edificio que la alberga actualmente se ubica en los antiguos terrenos de las Monjas Clarisas, adquiridos por el gobierno de Ramón Barros Luco en enero de 1913.
La primera piedra del nuevo edificio se puso en agosto del mismo 1913, y se terminó de construir en 1925. Este "Palacio de los Libros", de estilo neoclásico, es una obra monumental que se desarrolló en conjunto con otros edificios públicos, tales como el Museo de Bellas Artes y la Estación Central, a comienzos del siglo XX.
Fue uno de los primeros en Chile en ser construido en hormigón armado. Esto explica, en parte, su buen estado de conservación a pesar de haber soportado múltiples terremotos.
La Biblioteca Nacional actualmente cuenta con más de 3,5 millones de piezas bibliográficas, lo que la vuelve una de las bibliotecas más completas de América Latina. Más de 10 mil de esos volúmenes fueron parte del saqueo de Lima durante la Guerra del Pacífico, arribados a Valparaíso en 103 grandes cajones y 80 bultos. Venían además colecciones mineralógicas, esqueletos, animales disecados, instrumentos de química y farmacia, astronomía y física, preparaciones anatómicas, etcétera. Entre las rarezas, un esqueleto de un niño y una caja con dos ejemplares de labios leporinos.
Su acceso es libre para todas las personas que quieran hacer uso de ella. Su interior está decorado con pinturas de renombrados artistas chilenos, tales como Alfredo Helsby y Arturo Gordon, que decoran el segundo piso del sector Alameda.
Dentro de sus múltiples salas y salones, destacan por su belleza la Sala José Toribio Medina y el monumental Salón de Lectura Gabriela Mistral, ambos ubicados en el segundo piso. También es de gran interés revisar la Sala Fray Camilo Henríquez, donde se encuentra la sección de Periódicos y Microformatos. Aquí se encuentran la mayoría de los diarios del país, desde los más antiguos hasta los del día de hoy. Por último, destacamos la Sala América, auditorio donde suelen realizarse de forma gratuita exposiciones de películas, presentaciones artísticas y musicales, charlas, etc.
Siempre hay exposiciones, generalmente en la sala América y el salón Marta Cruz-Coke, ambos en la planta baja y a escasos metros del acceso por la Alameda. Para más información ver la Cartelera de la Biblioteca.
Estación 2: Plazoleta Patricio Mekis
La plazoleta, originalmente conocida como la Plaza del Municipal, lleva su nombre desde 1979 en honor al exalcalde de Santiago. Este espacio se ha mantenido despejado desde mediados del siglo XIX, cuando en 1853 comenzó la construcción del Teatro Municipal. La plaza que formaba parte del proyecto, tenía planta libre (explanada sin adornos ni mobiliario) adoquinada y rectangular, de modo de permitir apreciar el frente del Municipal, evitando que se viera opacado por otros edificios o mobiliario urbano.
Su elemento más característico es la Fuente de los Niños, obra del escultor argentino Arturo Dresco. Fue regalada por el Gobierno Argentino a Chile en 1910, con motivo del primer centenario de la independencia. Desde que fue instalada su ubicación ha cambiado, pero siempre dentro del mismo sector. Los cuatro niños que juegan representan las jóvenes repúblicas Latinoamericanas conviviendo amistosa y alegremente, símbolo que obviaba la áspera historia diplomática constatada hasta el momento.
En el costado norte de la plazoleta, afuera del Municipal, fue erigida una estatua de Mekis, obra del escultor chileno Galvarino Ponce. Por muchos años además, funcionó junto a la plazoleta el famoso Café Paula, símbolo de la antigua ciudad que llegó a funcionar alrededor de 55 años, reuniendo a varias generaciones de santiaguinos en torno a la cafetería y pastelería de un negocio familiar.
Entre 2006 y 2008 se instalaron estacionamientos subterráneos, que obligaron a modificar la plazoleta. Fue trasladada la Fuente de los Niños, se eliminaron algunas áreas verdes, se instalaron bancas y se desmontaron y reconstruyeron la casa-kiosko de la guardia original del Palacio Subercaseaux, que hoy sirve de acceso para los estacionamientos.
Estación 3: Palacio Subercaseaux
Esta edificación fue comisionada por el adinerado banquero Francisco Subercaseaux Vicuña. En 1901, casi medio siglo después de la construcción del Teatro, Subercaseaux encargó al arquitecto Miguel Ángel de la Cruz Labarca -graduado de la Escuela de Beaux Arts de París- dos palacios para sus hijos, en las esquinas de la calle Agustinas con San Antonio y Agustinas con Mac-Iver. Don Francisco, al ver las edificaciones terminadas quedó tremendamente impresionado, por lo que encargó un palacio para él y su esposa, Juana Brown y Aliaga, una notable pianista. Solicitó que incluyese un salón de música, con vista al Teatro Municipal.
En 1903 de la Cruz empezó la construcción. El arquitecto Alberto Cruz Montt estuvo a cargo las terminaciones interiores.
El Palacio Subercaseaux es una edificación de fachada continua construida en albañilería, que posee dos pisos más un zócalo y una mansarda, de fuerte inspiración Luis XV. Entre sus terminaciones destacan la herrería de balcones, marquesinas, trabajo en yeso de muros y carpintería en puertas y ventanas. En su interior, el hall principal es de doble altura, y posee un piso de parqué, además de una escalera de mármol blanco de carrara.
Tras la muerte del patriarca, los herederos vendieron las propiedades. Pasaron por varios dueños, hasta que en 1950 fueron adquiridas por la Fuerza Aérea de Chile. En 1951 el inmueble fue adaptado como sede del Club de Oficiales de la Fuerza Aérea, rol que aún cumple.
Fue declarado Monumento Nacional en 1973. Solo es posible visitar su interior el Día del Patrimonio
Estación 4: Teatro Municipal De Santiago
El Municipal de Santiago - Ópera Nacional de Chile es uno de los centros culturales más importantes del país, y el más antiguo. Ha jugado un rol clave en el desarrollo cultural de Chile. Brillan sus funciones de ópera, ballet, conciertos sinfónicos, y de cámara y teatro.
La construcción del teatro se inició con un decreto del presidente Manuel Montt en 1853. Diseñado sobre el predio que originalmente ocupó la Real Universidad de San Felipe, el edificio es obra del arquitecto Francisco Brunet des Baines en conjunto al ingeniero civil Philippe-Auguste Charme de L’Isle, en estilo [{Glosario#N|neoclásico francés]]. Tras el deceso de Brunet en 1855, la obra fue continuada por los arquitectos Lucien Hénault y Manuel Aldunate, con contribuciones de Charles Garnier, autor del Teatro de la Ópera de París.
Fue inaugurado en 1857 con la ópera Ernani de Giuseppe Verdi, a cargo de una compañía italiana especialmente contratada. Rápidamente se convirtió en el centro cultural y social de Santiago. La aristocracia sentía predilección por la ópera, bailes y tertulias.
En diciembre de 1870 el edificio sufrió un incendio; una vez terminada la función de la cantante lírica Carlota Patti, el telón al caer rompió con sus extremos una cañería del alumbrado, en ese entonces de gas, cuya fuga entró en contacto con un farol. Los elementos inflamables del escenario ocasionaron que el incendio se propagara con rapidez.
Don Germán Tenderini, conocido artista, comerciante fue el primero en ingresar ante la emergencia, seguido de Arturo Villaroel, ambos miembros de la Compañía de Bomberos Salvadores. El humo provocó la asfixia de ambos. Una vez sofocado el fuego, durante la inspección del teatro fue encontrado el cuerpo calcinado de Tenderini entre los escombros. De esta forma, se convirtió en mártir. Su nombre fue inmortalizado en la calle del costado oriente del teatro, hoy paseo peatonal y sede de un busto de Mozart, conocido como la “calle de los repuestos”.
El teatro fue reconstruido por un grupo de arquitecto liderado por Hénault y reabierto en 1873. Gracias al apoyo del intendente don Benjamín Vicuña Mackenna, la obra fue levantada con aún mayor magnificencia, aumentando la capacidad de espectadores y nuevas dependencias.
El terremoto de 1906 causó severos daños: destruyó el foyer y la sala principal. Las reparaciones quedaron a cargo de Emilio Doyere, quien además reemplazó las secciones de adobe por ladrillos cimentados en piedra. Además, en el frontis se instalaron pilares y una escala imperial en mármol blanco.
La letanía de calamidades no ha acabado. En 1924, otro incendio provocó daños en el escenario, lo que exigió repararlo y modificarlo. Junto con ello se intervino el foyer, de manera de ampliar la entrada principal. Entre 1947 y 1952 el teatro fue modernizado, con motivo de su centenario. En 1974 fue declarado Monumento Nacional.
En noviembre de 2013 sufrió ¡otro incendio más! Este maltrató la bodega de vestuario del segundo piso y el salón de ensayos del ballet en el tercero. Dieciséis compañias de bomberos trabajaron por tres horas para apaciguar las llamas. La magnitud de los daños bordeó los $2650 millones, y el proceso de reconstrucción tomó cerca de 18 meses.
A lo largo de los siglos XX y XXI, esta catedral de las artes escénicas albergó a importantes artistas de talla mundial, como los bailarines Rudolf Nureyev, Alicia Alonso, Mijail Baryshnikov, Margot Fonteyn o Anna Pavlova; los cantantes Ramón Vinay, Plácido Domingo o Luciano Pavaroti; los pianistas Arthur Rubinstein, Claudio Arrau y Yevgueni Kissin, los violinistas Yehudi Menuhin e Isaac Stern; y las actrices Sarah Bernhardt y Adelaida Ristori. Acogió también grandes exponentes del folclor latinoamericano, como la chilena Margot Loyola y la peruana Eva Ayllón.
Desde los años ‘50 alberga instituciones como la Orquesta Filarmónica de Santiago, el Ballet de Santiago y el Coro del Municipal de Santiago, además de un cuerpo técnico que integra los talleres de realización escénica (construcción, vestuario, escultura entre otros). Una verdadera fábrica de arte. Algunos creen que recintos más modernos como el Teatro Municipal de Las Condes le hacen collera, pero lo cierto es que el Municipal es el único que presenta espectáculos tales como óperas con producción propia. Todos los demás solo ofrecen espacio para producciones externas.
Junto a su programación anual, el Municipal organiza actividades permanentes para acercar la cultura a la población. Hay presentaciones de pequeño formato destinadas al público infantil y juvenil, y Ciclos de Mediodía.
En qué fijarse :
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Horarios:
- Según programación.
- También se realizan visitas guiadas, previa inscripción en la página web.
Entrada:
- Según programación.
Estación 5: Iglesia de San Agustín
El primer Templo de Nuestra Señora de Gracia, más conocido como Iglesia de San Agustín, fue levantado por Los Agustinos, una de las últimas órdenes religiosas que llegó a Chile a fines del siglo XVI, sobre terrenos adquiridos a los herederos de Francisco de Riberos, entre las actuales calles Agustinas, Moneda, Estado y San Antonio. Era una pequeña iglesia, cuya puerta daba a la actual calle San Antonio esquina Moneda. En diciembre de ese año, desconocidos prendieron fuego al convento y a la iglesia, que quedó totalmente destruida. Solo resistió el lienzo de San Agustín, lo que se consideró como un milagro.
Tras ello, en 1601 los Agustinos compraron a Francisco Sáez de Mena el solar donde hoy se encuentra la Iglesia de San Agustín. Las obras del templo comenzaron en 1608 (siendo el segundo templo más antiguo de Chile, después de la de San Francisco) sin embargo el terremoto de mayo de 1647 destruyó la casi terminada obra arquitectónica.
El terremoto duró un lapso que testigos cifraron en “tres o cuatro credos”. El obispo escribió que el polvo oscureció la luna “poniendo tan grande horror en los hombres que aun los más cuerdos creían que veían los preámbulos del juicio”. Aun cuando no se registraron saqueos, "a modo ejemplar" se ahorcó a un esclavo negro que en medio del desconcierto había afirmado ser hijo del rey de Guinea.
Una de las pocas cosas que quedó en pie en la iglesia fue una efigie de Cristo tallada en madera, que sobrevivió intacta, lo cual fue considerado un milagro. Salvo por la corona de espinas, que cayó al cuello. En vista de que fracasaron los intentos por devolver la corona a su posición original, hasta el día de hoy sigue ahí. El nombre de esa imagen tallada es el Señor de la Agonía sin embargo, suele ser mas conocido como Cristo de Mayo (en referencia a la fecha del terremoto) o Señor de los Temblores. Además de sus atributos de milagrosos, cabe destacar que es la primera escultura tallada de Cristo en el país.
Al mes siguiente las ruinas fueron cubiertas por una inusual nevazón de tres días, que castigaba a una maltrecha comparsa de sobrevivientes ya casi sin reservas de leña. Poco después, golpeó una severa plaga de tifus vino a cuestionar si acaso era mejor no haber nacido. Entre el sismo, el tifus, el hambre y la hipotermia hubo casi cuatro mil muertos o desaparecidos.
Desde ese fatídico 1647, cada 13 de mayo se efectúa una procesión en honor del Cristo de Mayo.
Posterior a todas las catástrofes que siguieron al terremoto, la iglesia se levantó nuevamente mucho más sólida, y a la construcción se agregó un claustro, sin embargo el proceso fue tan lento que al año 1730 aún no estaba terminada, y sufrió daños por el terremoto en julio de ese año. El sismo afectó solamente el respaldo del presbiterio y las torres de la iglesia, por lo que debió ser restaurada.
En 1850 se restaura nuevamente el templo debido a los deterioros sufridos durante su ocupación en la independencia, expropiaciones y crisis administrativas. Destaca la intervención de Fermín Vivaceta, quien agregó las nuevas torres y diseñó un nuevo frontis de estilo neoclásico.
A principios del siglo XX el convento aún ocupaba toda la manzana. Sin embargo, desde 1922 comienza a vender paulatinamente parte de los terrenos para la construcción de edificios, iniciando la demolición de los antiguo claustros.
La iglesia fue una de las más frecuentadas en el período colonial, y hoy es conocida como un lugar tradicional de culto.
Fue declarada Monumento Nacional en 1981.
Horario misas:
- Lunes a sábado: 09:00, 12:00 y 20:00hrs.
- Jueves y domingo: 09:00, 11:00, 12:00 y 20:00hrs.
En qué fijarse : En su interior, la iglesia presenta tres naves paralelas, separadas por gruesas columnas que sostienen arcos de medio punto. La nave principal está separada por un arco toral que conforma el presbiterio y el coro. Ese espacio es de inspiración colonial, pero en las transformaciones ejecutadas en la fachada y en las torres, se impuso lo neoclásico. |
Estación 6: Paseo Ahumada
El paseo Ahumada es uno de los principales paseos peatonales del centro de Santiago, conectando la Plaza de Armas y la Alameda en sentido norte-sur. Se estima que por esta calle transitan a diario dos millones de personas, y junta en torno a su eje las principales casa comerciales y tiendas minoristas, así como cafés, kioskos y oficinas.
La historia de esta calle remonta a la época prehispánica. Su trazado seguía el Qápaq Ñan, o camino del inca principal (red de caminos que comunicaban el Tahuantinsuyo), utilizado por los españoles tras la fundación de Santiago. De acuerdo a investigaciones (Stehberg y Sotomayor), esta vía formaba parte del sistema vial del valle de Mapocho y llegaba al menos hasta la Angostura de Paine.
Desde la fundación de Santiago, los españoles aprovecharon la infraestructura existente, y por ello la calle tuvo como vecinos a los conquistadores Rodrigo de Araya y Lázaro de Aránguiz, por ello conocida como la Calle de Aránguiz. Es en 1580 cuando se hizo conocida con el nombre que perdura hasta hoy: cuadra de los Ahumada, debido a que allí residía el regidor, alcalde y alférez real Juan de Ahumada, junto a su familia.
A lo largo de la colonia la calle se convirtió en una de las principales, y en la república temprana rivalizó con la Alameda de las Delicias. Fue una de las primeras con servicio de serenos, así como sede de uno de los primeros locales autorizados para funcionar como casa de diversiones públicas.
En 1831 se fundó el Café de Hevia en la esquina de Ahumada con Plaza de Armas, y unos años después se instaló en la cuadra la Confitería Torres. Proliferaron casas comerciales que consolidaron la calle como centro del comercio elegante, con grandes y elaborados escaparates. El proceso se acrecentó a inicios del siglo XX, con la densificación de la ciudad y la construcción de edificios de oficinas con placas comerciales en la planta baja. Ahumada se convirtió en el eje de la vida social, cultural y comercial de la ciudad: brotaron cafés modernos como el Lucerna, el Waldorf, la Novia, el Santos, el Restaurant Naturista y el Café Haití (previo al advenimiento de los famosos “cafés con piernas”). Albergó la primera sede de la Universidad Católica, la primera sala de cine y el barrio de La Bolsa de Comercio.
Con todo el comercio y movimiento aparecieron famosos hoteles, como el Crillón y el Oddó, además de sastrerías como Falabella (sí, la que hoy es la empresa más grande de Chile ¡era una sastreria!) y tiendas de departamentos. O, en lenguaje de hoy, multitiendas, como Los Gobelinos y A la Ville de Nice. Un hito arquitectónico y comercial fue además la instalación de la casa central del Banco de Chile, durante los ‘20.
Junto al comercio la vida cultural adquirió vigor. Se instaló la primera sede de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH), así como la librería y editorial Nascimiento, en torno a la cual se celebraban cada sábado tertulias que reunían a escritores, poetas e intelectuales en las veredas.
Con el crecimiento de la ciudad, y la aparición de nuevos centros alejados del núcleo fundacional (como Providencia, y Aponquindo, u otros sectores más hacia el oriente) la calle sufrió los altibajos del crecimiento urbano. La recuperación vino de la peatonalización, desarrollada por los arquitectos municipales en el marco del Plan de Mejoras para Santiago Central. Se trazó una trama peatonal articulada por las calles Huérfanos y Ahumada, extendida a los pasajes interiores de las manzanas. Lo implementó la alcaldía de Patricio Mekis, entre 1977 y 1978. Esto, junto a un nuevo acceso a la estación Universidad de Chile del Metro, revitalizó los flujos y aumentó la plusvalía de las propiedades aledañas.
El diseño contempló calles adoquinadas, además de fuentes, escaños y grandes macetas con especies vegetales. En sus calles se desarrollaban obras de teatro, además de presentaciones de conocidos personajes de la fauna urbana de la época, como el Mago de la Polla Gol, el Abuelo Bailarín o el predicador Gloria al Pulento.
Durante los ‘80, la calle mantuvo su carácter cultural y comercial, pero se popularizó. Aparecieron locales de videojuegos, el más famoso de ellos los juegos Diana, que solían estar poblado por adolescentes en cimarras o en una tarde de ocio. Estaban también el Game Center y el centro Delta 15, cuya clientela consumía las pizzas callejeras y las rosquillas que vendían en los alrededores. Era común que ante las protestas y movilizaciones callejeras contra la dictadura (1973-1990), se bajaran las cortinas metálicas de los locales comerciales y quedaran los clientes dentro, en una especie de búnker urbano. Al abrir la cortina se volvía a una calle llena de barricadas humeantes. Con frecuencia los manifestantes eran refugiados dentro de los cafés, para evitar ser detenidos por las fuerzas del orden.
Este paseo fue remodelado a finales de los ‘90 con el diseño vigente, que potenció un carácter más transitorio y comercial por sobre un paseo como tal donde uno puede detenerse en el espacio público a generar vida social.
Estación 7: Galería Comercial Eurocentro
A primera vista esta galería comercial parece un edificio simple y aburrido, pero su interior cobija un mundo paralelo de cinco pisos. Hay una enormidad de tiendas para quedarse vitrineando y cachureando por horas. La mayoría de los locales comerciales son de nicho; se pueden encontrar tiendas de piercing y tatuajes, artículos importados de Japón y Corea, venta de videojuegos, animé y manga, figurillas coleccionables, skates y longboards, zapatos y zapatillas, ropa para cosplay, tiendas de coleccionistas, y un multicolor y multiforme etcétera.
Es por este carácter de "nicho" que durante los 2000 en sus afueras revoloteaban enormes grupos de jóvenes y escolares pertenecientes a distintas tribus urbanas, reunidos a comprar o simplemente a pasar el rato con sus amigos.
En el interior, ojo con su techo espejado, que distorsiona mucho las proporciones del espacio y provee una sensación bastante particular al visitante.
Estación 8: Barrio La Bolsa
Las características de esta manzanas (entre Alameda, Ahumada, Moneda y Bandera) son refrescantemente particulares. Rompen con la trama regular de las manzanas en Santiago, que se ajustan a la cuadrícula de Damero, en pos de generar mayor funcionalidad y utilidad a estas calles interiores.
El origen del sector está en la colonia, en el solar del Convento Viejo de las Agustinas, fundado en 1573. En esa época, esta cuadra era una enorme manzana amurallada. En 1850 comenzó a segregarse y reducirse el predio debido a ventas del mismo, cuando la Calle de la Moneda, que llegaba hasta el poniente del muro, se conectó con la antigua Calle del Chirimoyo (hoy calle Moneda, debía su nombre a un gran árbol de esta fruta ubicado en el lugar). El terreno hacia el sur se mantuvo en manos de la congregación -ahí se encuentra hoy la Iglesia de las Agustinas- mientras que los patios hacia el costado de la Alameda fueron progresivamente vendidos.
A finales del siglo XIX, cuando aún no se abría la calle Nueva York, se posicionó en el área un importante edificio hotelero y comercial, el Bidart Hotel. De fachada neoclásica muy decorada, poseía tres pisos, donde el primero estaba destinado al comercio, mientras que los superiores para residencia y hotelería. Los locales del primer nivel eran ocupados por sastrerías, zapaterías, mercerías, y la histórica droguería Botica del Indio.
El edificio fue demolido en etapas, primero para construir el Club de la Unión y abrir la calle Nueva York en el lado poniente. La segunda para levantar el Edificio La Cañada en el lado oriente, y la tercera, para levantar la Torre Corporativa Banco Bice al centro, en la esquina oriente. En este proceso se fueron abriendo paulatinamente las calles que hoy conocemos, bajo la supervisión del arquitecto urbanista Juan Tonkin. Mucho años después, la red de calles fue enrejada por motivos de seguridad, y comenzó a cerrarse en las noches, rutina urbana que perdura hasta el día de hoy.
¿Sabías que? : Las calles adoquinadas del barrio eran de exclusivo servicio peatonal, y una vez inauguradas se colocó en ellas las dos Fuentes de las Tres Gracias. En sus orígenes una estaba frente al Palacio de la Moneda. La otra en los jardines del desaparecido edificio del Ministerio de Guerra y Marina, acompañada por la Estatua de don Diego Portales (hoy en la Plaza de la Constitución y receptora de un gran dato freak urbano). Ahora una de estas fuentes está frente al acceso principal de la Bolsa de Comercio, y la otra en el vértice de las calles Nueva York y La Bolsa, a pies del Edificio Ariztía. |
- Club de la Union
El Club de la Unión adquirió parte del terreno de las monjas Agustinas en 1912. Llamó a concurso para recibir propuestas del nuevo edificio 40 años después del incendio de la sede original del Club ubicada en Estado con Huérfanos, lo que mantuvo a los emperifollados socios en calidad de nómades por distintos inmuebles.
Ganó el concurso el arquitecto francés Henri Grossin. Sin embargo, falleció durante la Primera Guerra Mundial sin poder terminar el proyecto, por lo que se traspasó la elección al segundo lugar, correspondiente a la propuesta de Alberto Cruz Montt, de estilo neoclásico francés monumental típico del Centenario. Es la base del edificio actual.
¿Sabías que? : En el concurso, además de Grossin y Cruz Montt, participaron afamados arquitectos, como Ricardo Larraín Bravo, autor del Palacio Íñiguez, Población Huemul y la Iglesia del Santísimo Sacramento; Josué Smith Solar, autor del Club Hípico, Hotel Carrera y la remodelación sur del Palacio de La Moneda; Ignacio Doyére, autor de los Tribunales de Justicia y la remodelación del Teatro Municipal; Emilio Jéquier, autor del Museo de Bellas Artes y Estación Mapocho; Manuel Cifuentes, autor de la Población Cousiño y el Palacio Picowenka; entre otros |
La obra se comenzó a construir en 1917 por la compañía de don Guillermo Francke, socio del club, y el estucado artístico fue obra de Francisco Allera. Recién el año 1925 el edificio fue inaugurado, y en 1945 se concluyó el último piso.
Fue declarado Monumento Histórico en 1981.
- Edificio Ariztía
Este edificio debe su nombre a don Rafael Ariztía. Fue el primer rascacielos de la ciudad, el edificio más alto de Chile desde su inauguración en 1921 hasta que lo superó el edificio del Seguro Obrero en 1931 (actual Ministerio de Justicia, en la Plaza de la Constitución). Ostentó el primer ascensor para un edificio de oficinas en Chile, además de calefacción central a vapor. Ariztía buscaba ser parte del floreciente barrio bursátil de la capital, surgido con la construcción del Edificio de La Bolsa. Fue construido en base a planos de Alberto Cruz Montt, y aportes de Ricardo Larraín Bravo. La obra estuvo a cargo de la firma Francke, Jullian & Cía.
Posee 13 niveles (contando los tres niveles de su torre-observatorio) y dos subterráneos. En el primer nivel posee tiendas comerciales, y en los superiores oficinas. Tras Ariztía, pasó a manos de la mutual de la Armada y el Ejército, pero en el presente siglo cayó en decadencia. Quedó prácticamente abandonado, hasta que fue restaurado en años recientes.
- Edificio del Banco de Santiago - La Mundial
Ubicado en la esquina de Bandera con La Bolsa y Moneda. El edificio La Mundial fue construido entre los años 1920-1923, obra de los arquitectos Alberto Shade y Rodulfo Oyarzún Phillipi, para ser sede de la Compañía de Seguros La Mundial. Posteriormente, el edificio fue arrendado y pasó a ser el “Mundial Hotel”, funcionando entre los años 1938 a 1975. Tras su época hotelera, el edificio pasó a ser casa bancaria, y hoy funciona en el lugar el Banco BBVA.
Fue declarado Monumento Histórico en 1981.
- Edificio La Cañada
Esta construcción se ubica en el predio donde antiguamente existiera un portal comercial, el cual fue demolido para la construcción del Club de la Unión, y la apertura de las calles del barrio La Bolsa. Fue la primera obra erigida en el sector sujeta a la nueva norma para el ensanche peatonal de Ahumada. Las obras finalizaron hacia 1952. Fue concebido como un edificio de 12 pisos en los que se distribuían departamentos y oficinas en sus niveles superiores, y comercio en su primer nivel. Su nombre proviene del nombre que recibía en la colonia la Alameda cuando aún era un brazo del Mapocho: Cañada de Santiago.
En los bajos del edificio anterior, existía la famosa farmacia-droguería; Botica y Droguería Alemana del Indio, popularmente conocida como Botica del Indio, fundada en 1871 por farmacéuticos alemanes. Esta dominó el negocio de este rubro (y esta esquina) por largo tiempo, en gran parte por su estratégica ubicación.
Al construirse el Edificio la Cañada, el establecimiento mantuvo en su primer nivel la “Farmacia del Indio” hasta los '90. Cumplió así 125 años en el lugar. Debido a la fuerte competencia de las grandes cadenas, pasó a manos de otra farmacia. Actualmente en el lugar se encuentra una sucursal de comida rápida.
- Edificio de la Bolsa de Comercio
El edificio se emplaza en una parte de los terrenos de las Monjas Agustinas, y otra parte de los del Club de la Unión, por lo que los propietarios debieron negociar para fijar los deslindes de los terrenos, operación de la que surgió la callejuela del Club de la Unión, así como la calle La Bolsa.
La institución de la Bolsa de Comercio de Santiago, fundada en 1893, encargó la construcción del edificio al arquitecto Emile Jecquier. Las obras se efectuaron entre 1913-1917 y fueron inauguradas por el Presidente de la República Juan Luis Sanfuentes. Con una planta triangular, además de cuatro pisos y subterráneo, su diseño luce una fuerte estética renacentista francesa, con finas terminaciones exteriores e interiores.
En su primer nivel se concentra la actividad de las operaciones bursátiles. Su espacio principal es la "Sala de Rueda", lugar de boyante actividad y griteríos antes de que las transacciones se hicieran en forma electrónica. En el mismo piso se pueden encontrar el Salón de Accionistas, el Salón de Recibo y las oficinas de los corredores, que tienen acceso directo desde la calle. Su acceso principal se encuentra en el vértice de las calles La Bolsa y Bandera, en un cuerpo circular con una cúpula rematada por una torrecilla.
Fue declarado Monumento Histórico en 1981, y restaurado tras el terremoto de 1985.
Entrada: Se permite la visita de grupos de estudiantes, de colegios y universidades, con previa reserva a: extension@bolsadesantiago.com
Estación 9: Iglesia de las Agustinas
La orden de Las Agustinas fue la primera institución religiosa femenina del país. Su labor central era brindar cuidados a las viudas e hijas de los soldados caídos durante la Guerra de Arauco.
Las obras de la iglesia comenzaron en 1857, con los planos del arquitecto Eusebio Celli. Fue puesta en servicio recién en 1871, aunque siguió con trabajos en los años sucesivos. En 1888 fue consagrada por el arzobispo de Santiago, Monseñor Mariano Casanova. El terremoto de 1906 obligó a realizar ajustes y mejoras. En 1912 las monjas se mudaron a sus nuevos terrenos en Vicuña Mackenna y entregaron el templo al Arzobispado de Santiago.
Es una construcción de estilo neoclásico, de fachada en piedra. En el acceso sobresale una escalinata de piedra rosada. El frontis posee cuatro columnas dóricas de piedra y sobre ellas un frontón triangular. En la parte superior, posee dos torres de estilo corintio, coronadas por otras iguales más pequeñas, obra de Fermín Vivaceta. La puerta de acceso es de madera, y al interior la mampara se pueden apreciar vitrales con motivos religiosos. Cuenta además, con dos torres bajas en sus extremos.
Fue declarada Monumento Histórico en 1977. Hoy, como la casa de la película Up, sobrevive entre edificios de gran altura, por lo que solo se encuentra a la vista su fachada hacia calle Moneda. Las demás se encuentran adosadas a los edificios. La atención y administración del templo son realizadas por la Pastoral de Empleados.
Horario misas
- Lunes a viernes: 07:45, 12:45 y 18:15 horas.
En qué fijarse : En 1875 se instaló el órgano Walcker, un instrumento notable en su género. Aún se puede apreciar en su interior, el único órgano a tubos del país declarado Monumento Histórico. |
Estación 10: Casa Matriz Banco de Chile
El Banco de Chile fue creado el año 1893, con la fusión del Banco de Valparaíso, en Banco Nacional de Chile, y el Banco Agrícola. En 1894 comenzó sus operaciones con dos oficinas; una en Santiago, y otra en Valparaíso.
En los '20 era el banco comercial más importante del país, y es por ello que su directorio decidió construir la Casa Matriz en la prestigiosa calle Ahumada. Se llamó a concurso público para plantear un diseño sobre terrenos que pertenecían al Arzobispado de Santiago. El ganador fue el arquitecto austriaco Alberto Siegel Lubbe, quien proyectó un edificio de estilo neoclásico en el cual destaca una cúpula circular, escaleras hechas en mármol y amplios espacios para atención a público.
Bajo la cúpula que ilumina el hall central, aún se encuentran las cajas y receptáculos de madera, así como los relojes que podían observar los clientes del banco hace 90 años, una joyita muy bien preservada.
El inmueble fue declarado Monumento Histórico en 2016. Si bien posee atención a público, recomendamos fijo visitarlo durante el Día del Patrimonio Cultural para conocer con mayor detalle sus rincones.
Horario:
- Lunes a Viernes: 9:00 - 14:00hrs
Estación 11: Paseo Huérfanos
Esta calle ha tomado distintos nombres a lo largo de su historia. Durante la colonia era llamada el "callejón de las caballerizas", debido a que en ella se encontraban las caballerizas de don Mateo de Toro y Zambrano, presidente de la primera Junta de Gobierno del Chile-con-ganas-de-ser-independiente. Posteriormente pasó a llamarse "La Moneda Real", debido a que en la esquina de Huérfanos y Morandé fueron acuñadas las primeras monedas por Francisco García Huidobro en la primera fábrica de monedas. Tras ello, alrededor de 1780, pasó a llamarse "Calle del Regente" con la instalación de la vivienda del regente de Santiago Tomás Alvarez de Acevedo.
Finalmente, fue fundado el Hospicio de los Pobres, con "recogimiento y crianza de huérfanos", institución que asistió a casi 4000 mujeres enfermas de la epidemia de cólera que azotó la ciudad entre 1870 y 1880. Los huérfanos de las mujeres que murieron tras esta epidemia siguieron viviendo en la hospedería, denominando de paso a la calle.
Hacia finales del siglo XIX, aparecieron bancos y sociedades anónimas, así como exclusivas tiendas de moda femenina (destacando la Casa Para entre ellas), anticuarios, bares y mansiones.
En la esquina de Huérfanos con Estado (que encontrarás una cuadra después de girar desde Ahumada) se inauguró el 5 de septiembre de 1910, justo a tiempo para recibir a las visitas de las celebraciones Centenario, la tienda de departamentos Gath y Chavez. Filial de una tienda del mismo nombre que existía en Buenos Aires desde 1883, las santiaguinas esperaban su llegada con deseo febril. La siguiente crónica consigna la batahola que se armó el día de la apertura por mujeres desesperadas por hacerse de productos antes de que se agotaran:
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Durante los años '30 y '40 del siglo XX, la calle se convirtió el la meca del espectáculo chileno, en la cual existían múltiples teatros, cines y cabarets. Destacaban los cines Rex y Central, así como los teatros Opera (que acogió al show revisteril Bim-Bam-Bum), y del Angel. En ellos se hacían presentaciones en vivo, estrenos de películas, rotativas, matinées, obras de teatro y diversos tipos de shows.
Entre los años '73 y '79 la calle, tal como Ahumada, fue peatonalizada por tramos. Pese a ello, debido a la censura y toques de queda de la dictadura, el sector desarrolló un lento declive. Las salas de espectáculos cerraron o pasaron a ser cines para adultos. Los últimos cines cerraron entre la década de los '90 y 2000.
Esta calle, junto a Ahumada conforma el eje comercial del centro de Santiago. Además de tiendas y librerías, pueden encontrarse vendedores ambulantes, lustrabotas y shows callejeros.
Recomendaciones y posible extensión de la ruta
- Si aún queda ánimo, se puede continuar con la ruta de Plaza de Armas, o empalmar con la ruta de Barrio Cívico.
- Evitar permanecer hasta muy tarde, en especial si se está solo.