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Descripción General
Tras el cruce del río Mapocho, en el sector antes conocido como La Chimba, se ubica el Barrio Bellavista. Es uno de los barrios más característicos de Santiago, definido espacialmente por su condición habitacional. La escala del barrio, su arborización, el sello de su arquitectura, la variedad de su equipamiento, el transitar por sus calles y conversar con su gente lo transforman en una especie de pueblo inmerso dentro de una gran ciudad y provee de esa identidad de aquellos barrios de otras ciudades más antiguas.
El barrio tiene su origen en colonia, cuando era conocido como La Chimba. Su integración a la ciudad fue un proceso que comenzó con la construcción del puente Cal y Canto (1780) y desde comienzos del siglo XIX empezó a desarrollarse urbanísticamente, refiere a la organización de calles, construcción de bloques habitacionales, parques e hitos hoy históricos. En ese entonces el barrio fue diseñado bajo una mirada aristocrática y católica, al contrario de hoy que ha transicionado a un enfoque social y cultural, en el cual sus calles rebosan de bares populares, centros culturales y gastronomía, este proceso fue consecuente a definirse el barrio como uno de los espacios preferidos por intelectuales y artistas, Pablo Neruda, Camilo Mori y Nemesio Antúnez entre otros.
{{dato|En 1779 se estableció un impuesto al mate para financiar los servicios del puente Cal y Canto. Ocurre que el mate era la más popular de las infusiones. Algunos años después la británica María Graham escribió que el desayuno chileno “consiste a veces en caldo, o carne y vino, pero todos toman mate y chocolate junto a la cama”. Sería más tarde en el siglo XIX que, sobre todo por influencia británica, el té desplazó al mate.
El Puente de Cal y Canto se inauguró el año posterior a la imposición del impuesto. Se escribió de la obra:
¿Sabías que? :
Las obras del Puente Cal y Canto se iniciaron con reos, en calidad de mano de obra forzada. Fueron acollarados en parejas, con cadenas por los pies. De noche se recogían en galpones adaptados como presidios junto a la obra misma. Luis Manuel de Zañartu, corregidor de Santiago, recorría bodegones, casas de juego, chinganas y otros reductos de mala muerte y apresaba a los que no conseguían huir. Los dueños de esclavos los enviaban por unos días a las obras cuando debían ser castigados. Los presidiarios que sucumbían a los latigazos, la insolación u otros males —Zañartu mató a uno con su propia mano— eran enviados a una "sala de presos convalecientes" en el Hospital San Borja, actual Remodelación San Borja. El procurador de pobres, Diego Toribio de la Cueva, denunció "los implacables gemidos del continuado padecer de estos miserables, que se hallan trabajando al rigor del sol, con una vergonzosa desnudez, mal comidos, enfermos y ultrajados". Zañartu contestó entre otras cosas que recibían tres panes y una libra de charqui al día "con que viven fornidos y lozanos". En 1779 se estableció un impuesto al mate para financiar el puente. Ocurre que el mate era la más popular de las infusiones. Algunos años después la británica María Graham escribió que el desayuno chileno “Consiste a veces en caldo, o carne y vino, pero todos toman mate y chocolate junto a la cama”. Sería más tarde en el siglo XIX que, por influencia británica, el té desplazó al mate. Por supuesto, hubo quejas múltiples y consultas enviadas a España por este impuesto. Escribe Vicuña Mackenna que "los santiaguinos consentían en ahogarse con tal de tomar mate a poco precio. La mezquindad tiene también su heroísmo". La obra tomó quince años, trabajando desde que se insinuaba "el canto de la diuca" hasta la puesta de sol. El puente se inauguró el año posterior a la imposición del impuesto. Benavides y otros notables invitaron entonces a Zañartu a una cena en la que le cocinaron lo mismo que él daba a sus obreros: una sopa achocolatada donde flotaban papas podridas y charqui con gusanos. El corregidor montó en su caballo y se fue pasar la ira a su quinta de La Cañadilla, actual Independencia. Una vez concluid, el puente:
La fabricación de esta argamasa se le llamaba “hacer la pega”, en referencia a sus propiedades adhesivas. Era la tarea más dura, lo que explica que hasta hoy hablemos de “la pega” como sinónimo de trabajo. La historia del puente llegó a su fin con una crecida de 1888. Tan calamitosa, que hasta el presidente Balmaceda se apostó a contemplar. El Mapocho arrastraba faroles, árboles, casuchas, animales y por un momento se cubrió de miles de cebollas escamoteadas a un depósito. A eso de las 17:15 crujió. Era el fin. Dice Rosales que:
Quedó tan maltrecho que fue demolido, tras 106 años de servicio |
Época y/o horario adecuado
Evitar los lunes, de modo que las atracciones estén abiertas. Si quieres ser partícipe de la bohemia del barrio se recomiendan los viernes en la tarde, cuando las calles rebosan de visitantes finalizando su jornada semanal.
Acceso
En vehículo propio
La accesibilidad en vehiculo es incómoda. El Barrio Bellavista posee estacionamientos en sus calles pero habrá que pagar caro en el Patio Bellavista o bien lidiar con las tarifas unilaterales de los estacionadores informales, una desagradable experiencia. Además, visitar Bellavista sin inclinar el codo es una experiencia incompleta, y conducir con alcohol significa que la vida se le acabará antes de que pueda recorrer las rutas de Wikiexplora.
En transporte público y autostop
La ruta comienza desde la estación Salvador en la línea 1 del metro de Santiago, en el caso que se quiera realizar intercalar, y partir desde el final, la ruta partirá desde estación "Baquedano", para luego dirigirse hacia la primera estación el Puente Pío Nono.
Descripción de la ruta
Estación 1: Centro Cultural Montecarmelo
Al extremo oriente del barrio, cercano a los inicios de la Avenida Bellavista, a la altura del puente del Arzobispo, se encuentra esta casona del siglo XIX.
El inmueble nació como Monasterio de las Monjas Carmelitas de Santa Teresa y es un buen ejemplo de la arquitectura decimonónica chilena. Su origen recae en el Arzobispo de Santiago Mariano Casanova quien, durante la década de 1880 impulsó la creación de una fundación destinada a educar a las niñas pobres de Santiago. Tras la búsqueda de la orden religiosa que se haría cargo de esta tarea, en 1890 se erigió canónicamente la congregación del Convento de las Carmelitas de Santa Teresa del Monte Carmelo, contiguo a la congregación de Las Carmelitas de San Rafael en Avenida Independencia. Algunos años más tarde, la congregación buscó un nuevo lugar para establecerse. Con la ayuda monetaria del Arzobispo y aportes comunitarios adquirieron este terreno, parte de un viejo molino llamado “El rosario”.
Se readecuaron las estructuras ya existentes y se concluyó la construcción de iglesia cerca de 1896. En estas nuevas instalaciones la congregación estuvo en condiciones de acometer la educación de las niñas pobres del sector, hijas de obreros y habitantes de la zona.
Con el paso de los años el barrio prosperó y la misión de educar a niñas pobres se dificultó. Más aun, con el terremoto de 1985 el edificio sufrió graves daños estructurales. En consecuencia, las religiosas se trasladaron a la comuna de San Bernardo.
El nombre original Montecarmelo hacía referencia al emplazamiento del lugar, en las faldas del Cerro San Cristóbal y cercano al río Mapocho. Fue declarado inmueble de conservación histórica en 2007.
Hoy funciona como la Casa de la ciudadanía Montecarmelo y actúa como centro de eventos para la Municipalidad de Providencia. Aloja a una nutrida cartelera musical, cinematográfica y teatral, además de sus variados cursos.
Estación 2: Zona Típica Población Leon XIII
Es un sector compuesto por alrededor de nueve cuadras. La ruta sigue una, finalizando al momento de cruzar por la calle Bellavista hacia la estación del Puente de los Candados.
En pie después de un siglo de existencia, este conjunto está compuesto de 169 viviendas distribuidas en nueve cuadras entre Bellavista y Antonia López de Bello. La Población León XIII fue una de las primeras agrupaciones obreras del siglo XX y su población estuvo integrada exclusivamente por familias obreras católicas. Fue impulsada por la Iglesia Católica e inspirada en los principios de la Encíclica Rerum Novarum, proclamando un llamado urgente a resolver el problema social que constituían las malas condiciones de vida de los obreros.
Desde fines del siglo XIX evidenciaban las malas condiciones de la vivienda obrera en los sectores populares, que crecían rápidamente debido al avance industrial y la consecuente migración del campo a ciudad. Bajo el liderazgo de Melchor Concha y Toro y Manuel José Irarrázaval se resolvió poner fin a estas condiciones, traduciendo las enseñanzas pontificias en iniciativas concretas.
La primera fase de la construcción fue hecha entre 1891 y 1895 gracias al legado de Melchor Concha y Toro, abarcando un periodo entre 1891 y 1895. Posterior a aquello se amplió la población gracias a las donaciones de Manuel Jose Irarrazaval, entre 1895 y 1909. En 1910 finalizó la construcción del conjunto cuyo eje era ofrecer viviendas capaces de acoger la vida en familia en un espacio económico. Junto con la ampliación de la población surgió la necesidad de establecer un recinto educativo, la Escuela Mercedes Guzmán. Operó hasta 1916, punto en que cedió sus instalaciones a la Iglesia Epifanía del Señor en el 25° aniversario de la población.
Las edificaciones destacan por su sencillez, de fachadas continuas y jardines interiores. Sus residentes apuestan a la preservación de ciertas conductas socioculturales de la época, preservando la identidad del barrio. Ello explica la rica vida comunitaria, hábito que se remonta a las tradicionales sociedades creadas por sus antiguos residentes (Socorros Mutuos, Patronatos y Cofradías) y que hoy se mantienen vivas bajo una activa junta de Vecinos y Comité de Adelanto. Este último es el responsable de la solicitud y posterior declaración de Zona Típica al barrio y Monumento Histórico a la Iglesia.
Estación 3: Iglesia de la Epifanía del Señor
La necesidad de una Capilla se remonta a los inicios de la ampliación de la población impulsada por las donaciones de Manuel Jose Irarrazaval que, junto a otra donación menor de Eduardo Marín, permitieron establecer una nueva materialidad más sólida en la estructura de las residencias. El cal y ladrillo permitieron edificar hasta dos pisos, aumentando la densidad. Con anterioridad las necesidades oratorias y espirituales se resolvían mediante una pequeña sala dentro de la Escuela Mercedes Guzmán, que hacías las veces de oratorio improvisado. La nueva realidad demográfica volvió este espacio insuficiente. Era la hora de una capilla acorde.
La carencia se suplió para el aniversario de los 25 años de la Población León XIII. Se erigió una capilla que serviría después como templo parroquial. Fue inaugurada en 1916 y bendecida por el vicario General Manuel Tomás Meza.
De arquitecto ofició Enrique Mardones Guerrero, recién titulado de la Universidad Católica. Fue erigida reutilizando parte de la Escuela Mercedes Guzmán, cesada en operaciones dos años antes. Este reciclaje creó una interesante mezcla de arquitectura colonial con neoclásica pues se agregaron elementos relativos a este estilo, como el frontón y las columnas de acceso y la ornamentación.
De una sola nave, techumbre de madera y muros de adobe, el estilo de la capilla busca cercanía hacia la el modelo de capillas de la campiña francesa. Posee varios elementos del neoclásico en sus columnas adosadas. La torre campanario que da su sello característico destaca por sus ventanas de medio punto y el chapitel a cuatro aguas.
Estación 4: Puente de los Candados
Formalmente llamado Puente peatonal Condell es uno de los pocos puentes exclusivos para peatones que cruzan el río Mapocho. Su estructura la conforma un moderno estilo de arco. Adquiere valor inmaterial a través de las variaciones de su nombre y la tradición popular que lo caracteriza.
Su historia se remonta a la década de 1950. Por orden del alcalde Enrique Oviedo Cavada, se decidió construir una estructura peatonal en hormigón armado. Resultó inestable y fue reforzada en 1960 por una empresa constructora llamada Racamalac, origen de otro de los nombres que se le dan al puente a nivel informal. Sufrió una serie de remodelaciones entre los años 1980 al 2000 destinadas a reforzar el pavimento en lo estructural y proveer iluminación que reforzara la seguridad.
La tradición de instalar candados de amor eterno surgió en 2009, tras la traducción al castellano de la novela Tengo ganas de ti, del italiano Federico Moccia. Las parejas, imitando la novela, comenzaron a asegurar candados en sus barandas, escribiendo su nombre en ellos y luego lanzando sus llaves al río como una señal de lo incombustible de su amor. Esta tradición se agudizó el 2012, cuando se estrenó la película homónima, secuela de Tres metros sobre el cielo.
Estación 5: Jardín Mallinkrodt
Ubicado en el corazón del barrio Bellavista, bajo el concepto de beer garden e inspirado en las fábricas abandonadas y luego recuperadas por artistas en Nueva York, surge como un secreto entre sus residencias pareadas, a través de un pasaje, esta particular instalación, en la cual sus visitantes se introducen al patio trasero de una gran casona, un amplio espacio donde se instala, desde el 2016, un comedor al aire libre con la particularidad de que se basa en el concepto de Food Trucks.
El lugar destaca por su formato restaurant, donde mozos acuden a las mesas de sus comensales, ofreciendo una oferta de carta determinada por cada Food Truck, proveyendo al cliente de una gran variedad gastronómica, entre la cual, se puede degustar desde pizzas, fish & chips, ensaladas, chorrillanas, hot dogs y hasta hamburguesas, todo esto acompañado de música y cócteles o cerveza artesanal de su bar.
Estación 6: Plaza Mori
Esta plaza es uno de los puntos neurálgicos de las actividades de vecinos en el barrio Bellavista, entre la calles Constitución y Antonia López de Bello, cuyos caracteres vinculan actividades culturales, residenciales, turisticas y gastronomicas, se encuentra este interesante punto de encuentro para su población. A través de su forma triangular, esta plaza logra reconocer la escala pequeña del barrio, convirtiéndose en un núcleo que articula de forma inmediata tres instalaciones patrimoniales y esenciales en su historia; El Cité Constitución 135, La casa de Camilo Mori y el Castillo Lehuedé.
Su nombre proviene de Camilo Mori, un destacado pintor chileno galardonado con el Premio Nacional de Arte en 1950, quien caracterizó su obra en el eclecticismo, incursionando en diversos elementos estilísticos incorporandolos a su obra, entre ellos destacan, el Fauvismo, el Expresionismo y el Cubismo, dando a sus imágenes un aspecto más sintético y bidimensional, adoptando un vibrante contraste cromático. Su casa taller se encontraba adyacente a la plaza en la vereda norte de Antonia López de Bello.
La historia de esta plaza se remonta al traslado de la burguesía chilena hacia La Chimba, atraída por el carácter pastoril y pontificio, provocando un auge en la urbanización del sector entre el Cerro San Cristóbal y el río Mapocho. La plaza toma su forma característica con la construcción del Castillo Lehuedé, y en la década de 1960 adquiere su carácter definitivo con la construcción de La Chascona y la vinculación del sector con Providencia a través de la arteria Pío Nono.
- Castillo Lehuedé
Frente a la plaza se encuentra esta gran obra llamada también Casa Roja, es una obra ecléctica con raíces hacia el historicismo, casi romántica que reconoce la escala más pequeña del barrio, apropiándose de la plaza y dándole identidad a través de su carácter contundente, en la actualidad, obras como esta resaltan como estandartes de sus barrios, entregando distinción al Santiago de hoy.
Construida en 1923 para Pedro Lehuede por el arquitecto Federico Bieregel, de estilo ecléctico, que busca en sí una evocación de las antiguas ciudades europeas, con un primer nivel en zócalo, recubierto exteriormente en piedra, dos pisos, una gran mansarda, y además los elementos que sobresalen y que le dan carácter a su estilo como el zócalo de piedras, el jarrón decorativo, las escaleras de acceso, la forja metálica y el techo inclinado. La obra en sí está compuesta por muros de piedra sólida, con su interior rebosante en madera de roble americano, la transición entre su cuartos interiores es a través de sus puertas que destacan por estar compuestas por vitrales, sus dormitorios poseían grandes chimeneas con acceso a balcones y terrazas. Es impresionante que una casa como esta se pueda adecuar al contexto y escala del barrio sin imponer su contextura.
En qué fijarse : {{{1}}} |
En una de las ventanas de la obra se encuentra un jarrón de porcelana fina, que se ha mantenido desde su fundación en 1923 hasta hoy.
- Casa de Camilo Mori
Al sector sur de la plaza y emplazado en Antonia López de Bello, se encuentra este edificio residencial, de estilo moderno y con 3 pisos de altura. Su relevancia histórica proviene de haber sido la residencia del pintor Camilo Mori, además constituye a un testimonio de la arquitectura moderna en Chile.
Diseñado por Enrique Cooper Alfaro, y construido en 1943, como ya se había mencionado, el edificio es de carácter moderno, destacando su simpleza geométrica y ornamental, destacando en este caso, el gran ventanal reticulado y su gran balcón, el cual se abre hacia la calle y se relaciona con la plaza en su frontis. Esta obra fue denominada Inmueble de Conservación Histórica y es parte de la Zona típica que abarca la plaza.
- Cite de Constitución 135
Este pasaje es un conjunto de 14 casas ordenadas en dos pares es un punto históricamente reconocido por la arquitectura nacional, ya que, representa un elemento de gran valor patrimonial, es un cité clásico, organizado en forma axial, posee características homogéneas en su lenguaje y estructura espacial, conectando cada vivienda a un eje interior de carácter público, conectado de forma perpendicular con la calle Constitución, refuerza su profundidad a través su angosto acceso, generando un remate de frontón curvo, delineado por ladrillos en sardinel, como un elemento unificador, recurso que se repite en el resto de los accesos del conjunto, unificando bajo la misma belleza y armonía.
Estación 7: Casa museo La Chascona
Construida a los pies del Cerro San Cristóbal en 1953, es una de las tres casas abiertas al público del poeta Pablo Neruda, y la única en Santiago. "La Chascona" ("despeinada" en quechua) es una referencia al apodo del controvertido poeta a su amante Matilde Urrutia. La casa de dos pisos está cargada de citas del amor de Neruda al mar, así como de ironías en las colecciones del Nobel. Fue construida en la empinada pendiente del cerro, donde escurría uno de sus arroyos. Además de museo es la sede de la Fundación Pablo Neruda. Fue declarada Monumento Nacional en 1990.
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La casa fue encomendada al arquitecto catalán Germán Rodríguez Arias y construida en 1953. La etapa de proyección fue fundamental, con la activa participación del poeta. Él definió sus espacios y materialidad, al punto de orientar la casa en contra el sol y hacia la cordillera, contrario a lo proyectado por el arquitecto, debido a su interés por la vista antes que la luz solar. Ideó espacios en base a objetos. Por ejemplo, a través de una ventana y un sillón adecuó un rincón que los incluyera. Hizo traer desde el sur troncos de ciprés para el living, se ocupó personalmente de buscar maderas y otros materiales, discutía y modifica detalles. Al momento de su finalización, Germán Rodríguez tuvo que reconocer que la casa terminó siendo una creación más de Neruda que de él.
En febrero de 1955, Neruda se separó de su esposa, Delia del Carril, y se trasladó a vivir a La Chascona. La casa había seguido creciendo con el agregado de una cocina y un comedor. Posteriormente se construyeron el bar y la biblioteca. Estas últimas ampliaciones fueron encargadas a Carlos Martner en 1958, uno de los arquitectos detrás de las obras del Cerro San Cristóbal, pues Germán Rodríguez había regresado a Europa. Martner indica que Neruda practicaba una forma muy singular de construir sus casas. No lo hacía conforme al procedimiento convencional, comenzando por el diseño de planos funcionales, espaciales y estructurales. La Chascona es interesante tanto en cuanto arquitectura como en tanto espacio del imaginario del poeta. Él modelaba sus hábitat ajeno al gusto señorial y burgués. Más que las fachadas ostentosas, le interesaban los ambientes interiores, íntimos.
Junto con la dictadura militar y la muerte de Neruda a diez días del golpe, la Chascona fue objeto de actos de vandalismo por parte de los uniformados. Inundaron la casa obstruyendo el arroyo y destruyeron su interior junto con los objetos del poeta. Matilde siguió viviendo aquí hasta su muerte en 1985, y gracias a ella y sus esfuerzos por repararla hoy es el museo que es, destinado a difundir la vida del poeta y a permitir el acceso a los ambientes íntimos en los que vivió y creó.
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Horario de Atención
- Marzo a diciembre: martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
- Enero y febrero: martes a domingo de 10:00 a 19:00 hrs.
- Lunes cerrado.
Valores
- Entrada general: CLP$7000 (US$ 7.3 as of November 2024)
- Entrada preferencial: CLP$2500 (US$ 2.6 as of November 2024) para estudiantes y chilenos mayores de 60 años.
- Los estudiantes extranjeros deben presentar Credencial Estudiantil Internacional
Ubicación
- Fernando Márquez de la Plata 0192, Barrio Bellavista, Providencia, Santiago.
Para más información revisar la web del museo
Estación 8: Estación Inicial del Funicular San Cristóbal
La Sociedad Anónima Funicular San Cristóbal, se adjudicó por medio de una licitación, la concesión para la construcción del Funicular en el Cerro San Cristóbal, que fue encargada a Luciano Kulczewski.
El Funicular, emplazado en la Plaza Caupolicán, remate actual de la Calle Pío Nono, fue inaugurado en 1925. La estructura cuenta con dos plantas más un subterráneo, y su finalidad era contener la boletería y una pequeña sala de espera. El mobiliario en madera fue diseñado por el mismo arquitecto, adecuando completamente la espacialidad interior.
El edificio se configura como una puerta, a través de dos torreones laterales que enmarcan un gran acceso al Funicular. Esta obra, al igual que la casa-taller, remite al mundo medieval y se vincula al Modernismo Catalán en su variante Neogótica. Fue declarado Monumento Nacional en 2000.
En qué fijarse : Los elementos ornamentales que se encuentran en en la boletería del interior, dan cuenta de la intención del arquitecto de crear un edificio totalmente ambientado en un castillo, que da la bienvenida al Parque Metropolitano. |
Mira un paseo en el funicular en 1929: |
Estación 9: Patio Bellavista
Ubicado entre la rivera del río Mapocho y el Cerro San Cristóbal, junto Pío Nono, una de las arterias más importantes que conecta el sector con Providencia, desde su inauguración en 2006 se estableció como un punto neurálgico de este barrio turístico y de bohemia, convirtiéndose en el umbral hacia el barrio Bellavista, con una identidad propia que ha sabido conservar su estilo y rescatar su patrimonio, un punto de encuentro donde convergen la gastronomía, la cultura, el arte, la artesanía fina, el vestuario enfocadas esencialmente en lo chileno, en nuestra cultura, idiosincrasia, valores patrimoniales, y nuestra gente.
El arquitecto Eugéne Joannon había percibido un siglo antes la potencialidad del barrio Bellavista, como un paraíso para el arte y cultura, pero para esto debía ser redescubierto. Bajo la gestión de Patricio Jadue, presidente del Patio Bellavista, se readecuó el uso de la manzana, que anteriormente sería utilizada para el desarrollo inmobiliario y el establecimiento de un espacio urbano mixto con hoteles y edificios, como un espacio de encuentro a partir de la restauración de lo existente. Con el apoyo de los vecinos y los arquitectos encargados, Pablo de Carolis y Jorge Schliebener se llegó a la idea de proyectar al interior de la manzana un bulevar que acoja un comercio con arte, artesanía y antigüedades, a través con accesos curiosos, recorridos por pasajes.
Para los arquitectos había dos conceptos importantes. La conservación del patrimonio arquitectónico propio del sector el cual era una exhibición valiosa, un atributo y el no instalar estructuras muy rígidas, sino dejar abiertas las posibilidades para cambiar los espacios según las tendencias de los ocupantes. En el periodo de construcción se intentó conservar lo mejor que se pudo del antiguo cité que se encontraba en la manzana, manteniendo la antigua fachada y solamente demoliendo aquellas casas inseguras para dar espacio a circulación y una antigua lechería que cedió su lugar a otra serie de locales para artesanos y al amplio patio central, El antiguo cité de ladrillo sirvió como base para acoger a más artesano y algunos restaurantes.
Hoy en día el Patio Bellavista, ofrece a sus visitantes atractivas tiendas de artesanía, moda, joyería, libros, etc. acompañadas por presentaciones en vivo de músicos, danza y arte. Destacan también sus restaurantes y pubs, que no solamente ofrecen comida chilena, sino que hay una gran variedad de locales internacionales, además de premiadas heladerías.
Estación 10: Iglesia Nuestra señora de la Victoria
¿Sabías que? : El antiguo convento de las Monjas Clarisas se ubicaba donde hoy se encuentra la Biblioteca Nacional, justo al frente del tradicional Convento de San Francisco. |
Al costado este de la imponente Universidad San Sebastián, se ubica esta Iglesia de carácter neogótico, perteneciente a las Monjas Clarisas de la Victoria y que se ha mantenido en pie desde 1919, su frontis, con una imponente fachada de una sola torre central, logra captar la atención de todo aquel que transite el Parque Gómez Rojas, ubicado en la cuadra de al frente en dirección al río Mapocho.
Esta obra fue proyectada por el connotado arquitecto Eugéne Joannon Crozier, quien fue participe en el diseño y construcción de la iglesia de Santa Filomena, la de Corpus Dómini, y de la elección y emplazamiento de la Santuario del Cerro San Cristóbal entre otras obras. Bajo el propósito de servir de capilla para el convento de la Monjas Clarisas, se dio inicio a su construcción en 1912 con la bendición de la primera piedra y finaliza en el año 1919.
La iglesia fue utilizada como convento por las monjas hasta 1974, cuando se trasladaron a un nuevo monasterio ubicado en La Florida, cediendo el terreno, que ocupaba una gran parte de la manzana a la Congregación del Verbo Divino, quienes estableceieron el Liceo Alemán de Santiago, el cual se construyó adyacente a la iglesia y hace uso de sus dependencias hasta el año 2007, cuando la Congregación decide cerrar el colegio y trasladarlo hacia el sector de Chicureo, vendiendo el terreno a la Universidad San Sebastián, la cual se estableció sobre el antiguo colegio, con su monumental estructura caracterizada por su techumbre rojiza.
Desde la instalación de la Universidad San Sebastián que la iglesia pasó a ser parte de su propiedad, siendo esta la institución que se ha encargado de las debidas restauraciones tras los terremotos de 1985 y 2010, cabe destacar que estas fueron estrictamente superficiales, ya que, la iglesia nunca ha sufrido daños estructurales.
En cuanto a su arquitectura la construcción tiene un marcado estilo neogótico y una imponente fachada de una sola torre central, mientras su interior está dispuesto en tres naves de cielos abovedados, siguiendo el patrón propio de la tradición gótica y sus paredes interiores están revestidas de un sobrio estuco gris. Bajo la colaboración de la Universidad San Sebastián fueron agregados diversos elementos arquitectónicos e iconográficos, entre ellos destaca el comulgatorio, que fue construido recientemente. El 6 de noviembre del 2017, se envío una solicitud al Consejo de Monumentos Nacionales para declarar toda obra del arquitecto Eugéne Joannon monumento histórico, entre los cuales se encuentra esta iglesia.
Estación 11: Facultad de Derecho de la Universidad de Chile
¿Sabías que? : El arquitecto Juan Martínez Gutiérrez también es responsable de otras monumentales obras en Santiago, entre las cuales se pueden apreciar; El edificio de la Escuela Militar de Santiago, el Templo Votivo de Maipú y la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. |
En el costado del río Mapocho, por calle Pío Nono, se ubica uno de los edificios educativos más importantes de Chile, actuando de umbral desde Providencia hacia Bellavista en la ribera norte del río. Con el Cerro San Cristóbal a sus espaldas y el río Mapocho a su lado, la arquitectura de línea curva de grandes columnas componen la monumental fachada principal del edificio.
Esta facultad fue erigida para albergar una nueva casa de estudios para la carrera de derecho, entonces llamada leyes y ciencias políticas, por aquellos días ubicada en la Casa Central. La nueva sede fue encargada en 1934, bajo el decanato de Arturo Alessandri Rodríguez, al arquitecto chileno Juan Martínez Gutiérrez. La inauguración tuvo lugar en 1938. El estilo arquitectónico que representa el edificio es formalmente Art Decó, si bien presenta reminiscencias propias de los monumentales edificios del fascismo italiano.
Declarada monumento nacional en 2014, el Consejo de Monumentos Nacionales indicó a la sazón que la edificación constituye un hito urbano. Se señaló que por volumetría y ubicación es un referente notable de la zona que articula el Parque Forestal, el río Mapocho, la Plaza Baquedano y la vista al Cerro San Cristóbal, espacio fundamental en la configuración urbana de Santiago.
Estación 12: Puente Pío Nono
Puente Pío Nono
El puente Pío Nono provoca el recuerdo del antiguo puente que fue construido en la misma ubicación, de una época donde fueron encargados puentes metálicos desde Europa. Estos puentes eran destinados a conectar Santiago con la antigua Chimba a través del río Mapocho, infraestructura determinante en el desarrollo del sector norte de la capital.
El antiguo puente Pío Nono fue parte de uno de los más importantes proyectos urbanísticos a fines del siglo XIX. Se mantuvo por casi cien años hasta 1984. Se lo puede ver en este video aguantando el desborde del Mapocho de junio de 1982, mientras un árbol completo pasa por debajo.
En 1984 fue trasladado hasta el lugar donde está en la actualidad, entre el actual puente Pío Nono y Purísima. Es claramente visible 120 metros aguas abajo. El año 1997 se declaró Monumento Histórico Nacional y un año después fue inaugurado el Teatro del Puente, único teatro en el mundo sobre un río. Está en plena operación: ver cartelera.
Hasta el año 2000, cada marzo, en el marco de la semana mechona de la Universidad de Chile, se libraba una batalla campal de frutas y verduras descompuestas entre alumnos de Derecho y de Ingeniería. Ganaba el bando que lograba tomarse el puente. La tradición se acabó luego de que estallara una bomba lacrimógena y los incidentes escalaran.
Plaza Italia / Plaza Baquedano
Pocos metros al sur del Puente Pío Nono está Plaza Italia y Plaza Baquedano ¿Y cuál es cuál? Plaza Italia es rigor el pequeño espacio entre avenidas Providencia y Andrés Bello. Se llama así porque la escultura de ese lugar, el Monumento al Genio de la Libertad, fue obsequiado por la comunidad de italianos residentes para la celebración del Centenario de la república (1910). Plaza Baquedano es la rotonda que rodean los dos brazos de Avenida Providencia, y que luce una estatua ecuestre de Manuel Baquedano, el generalísimo de las fuerzas chilenas durante la Guerra del Pacífico, y presidente de Chile durante un gran total de ¡dos días! después de la batahola generalizada que siguió a la guerra civil de 1891.
A los pies de Baquedano, mucho menos observado, está el monumento al soldado desconocido. Es una curiosa historia. En 1900, el mayor Enrique Phillips Huneeus, veterano de la guerra del Pacífico, recorrió el Campo de la Alianza, lugar donde en 1880 se desarrolló la sangrienta batalla de Tacna. Allí encontró el cadáver momificado de un soldado chileno. En 1931, tres años después de la inauguración de la estatua de Baquedano, se ubicó junto al monumento los restos de este soldado no identificado con la siguiente frase grabada en su lápida: “Aquí descansa uno de los soldados con que el general Baquedano forjó los triunfos del heroísmo chileno”. A mediados de la década de 1960, unos chistositos le robaron el fusil con el que el soldado desconocido "le hace guardia" a Baquedano. La policía encontró la réplica del arma en unos cachureos en San Camilo y la restituyó con ceremonias.
El espacio en su conjunto es en su conjunto conocido colectivamente como Plaza Italia por la gran mayoría de los santiaguinos. Es el epicentro nacional de protestas y celebraciones. Si la selección chilena gana un partido importante, pierda cuidado que dentro de poco el tránsito se suspenderá y los vehículos serán reemplazados por papel picado y latas de cerveza.
Acá un timelapse de las celebraciones tras el primer título de la Copa América obtenido por Chile, en julio de 2015.
Acá protestas por la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca, en 2018
¿Sabías que? : Durante un descanso en la Guerra del Pacífico, un soldado chileno dormía cuando sus compañeros ataron su oreja a una silla, con tan mala suerte que el mismísimo general Manuel Baquedano la cogió para sentarse. Aún medio dormido y presa de la confusión más absoluta, la víctima le vociferaba a la máxima autoridad militar “suéltame, ¡animal!”. |
En qué fijarse :
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Recomendaciones
- El barrio al poseer una gran oferta de bares, pubs y discoteques, suele ser de carácter peligroso en la noche.
- Se recomienda aprovechar la oferta gastronómica que ofrece el barrio, asi como su comercio y bebestibles.
- Si es que es se desea, esta ruta puede integrarse a la ruta del Cerro San Cristóbal la cual, en este caso comienzaría desde la estación 8: Estación Inicial del Funicular San Cristóbal.
Galería de fotos
Calle del barrio bellavista 1989 Archivo Enterreno
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