Barrio Concha y Toro
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Descripción General
Situado entre las avenidas Brasil, Cumming, Erasmo Escala y Alameda, se encuentra este barrio de los años '20. Oculto debido a la forma sinuosa de sus características calles, sigue la trama de la ciudad medieval con calles curvas y estrechas, además de una altura generalizada en torno a diez metros, lo que genera espacios íntimos e introvertidos en la mitad de Santiago poniente.
Fue declarado Zona Típica en 1989 debido a su valor arquitectónico y urbanístico, aunque hasta ese punto estaba en un evidente estado de abandono. Hoy en día el barrio es un lugar en vías de recuperación, por el que luchan organizaciones vecinales. Estas se quejan de que el lugar no recibe el tratamiento adecuado, lo que se evidencia en sus rayados, y en el hecho de que sus calles se utilicen como estacionamiento. Cafés, bares y hoteles boutique han ayudado a restaurar algunos palacetes, potenciando el carácter patrimonial del entorno, lo que sumado a las gestiones de la comunidad a través de ferias de diseño y recorridos patrimoniales, lo han convertido en un espacio más cultural y bohemio.
Historia del Barrio
El terreno donde hoy se emplaza el barrio Concha y Toro fue durante la época colonial una gran quinta, perteneciente a la Orden de los Mercedarios, quienes establecieron su iglesia, colegios, talleres y siembra. Esta luego fue comprada en 1870 por el el magnate José Díaz Gana, cuya fortuna tuvo origen en el auge de la explotación minera. En particular de la Mina Caracoles. La “Flor del Desierto”, como la llamaban, era un unicornio geológico: un manto de plata casi lista para agarrar y fabricar cuchillería. Duró apenas ocho años, pero fue suficiente para extraer más plata de toda la minada en Chile hasta ese entonces.
Díaz Gana encargó un palacio al arquitecto alemán Teodoro Burchard, que proyectó una construcción de estilo morisco, con cielos de maderas de lujo, tapizados de seda y suelo de parqué tallado. Para el exterior se importaron árboles exóticos, se dibujaron senderos, y se construyó una laguna artificial.
En 1873 hubo una dura crisis financiera, en la que se desplomaron las bolsas de Viena y Nueva York. En consecuencia, tres años después la quinta recién terminada (llamada "Quinta Caracoles") fue vendida a su socio, el ingeniero y empresario minero Enrique Concha y Toro. El magnate la adquirió como regalo para su esposa Teresa Cazotte, fundadora de Las Crêches, la primera institución sala cuna del país. De esta forma, el palacio pasó a llamarse Palacio Concha-Cazotte. Se transformó en el epicentro de la aristocracia santiaguina en la época, principalmente por sus estrafalarias fiestas y reuniones sociales.
¿Sabías que? : En el Palacio Concha-Cazotte se realizaron muchas fiestas de la alta alcurnia. La más famosa de estas fue uno de los santorales de doña Teresa (conocida anfitriona y amante de las artes y las fiestas) el año 1912, el cual celebró con un baile de fantasía que contó con más de 500 invitados, lujosa decoración, cotillón y un enorme banquete. Puedes ver el álbum fotográfico de esta fiesta, un registro de los invitados disfrazados y la decoración del palacio [aquí] |
En 1915, parte de la quinta se dividió para la construcción de casas para los hijos del matrimonio. En 1922 falleció Enrique Concha y Toro y la familia comenzó a perder su poderío económico, por lo que la viuda, Doña Teresa Cazotte, comenzó a vender paulatinamente terrenos. En 1922 acabó por lotear y urbanizar el predio. Las obras, a cargo de Arturo Besa Rodríguez, se planearon como un barrio europeo medieval, con calles cortas y curvas, una plazoleta central y palacetes.
Al barrio llegaron a vivir familias de aristócratas relacionadas con la familia Concha y Toro - Cazotte. Estas comisionaron grandes mansiones inspiradas en los estilos de moda en Europa en el momento (neo-gótico, neo-clásico, barroco, tudor), con arquitectos destacados de la época, tales como Ricardo Larraín Bravo, Ricardo González Cortés, Alberto Siegel, Alberto Alamos y Josué Smith del Solar.
Tras el fallecimiento de doña Teresa en 1932, los hijos remataron el palacio de la familia. Por desgracia el inmueble fue demolido, y en su lugar (la franja trasera del Teatro Carrera) se construyeron casas de estilo Bauhaus. Esto terminó de configurar el barrio con la estructura que conocemos hasta hoy.
Época y/o horario adecuado
Se puede ir en cualquier época del año pues es un espacio público, abierto, sin restricción horaria. Se recomienda visitar preferentemente de día, ya que de noche es peligroso, sobre todo su acceso debido a las tiendas de repuestos automotrices.
Otra recomendación es visitar el fin de semana, cuando hay más paseantes y no es raro encontrar actividades en el espacio público o en los distintos espacios culturales. En la página de la municipalidad se suelen publicar de forma regular las actividades desarrolladas en su plaza.
Acceso
En vehículo propio
No se recomienda visitar en vehículo, ya que las calles son muy estrechas y es difícil encontrar estacionamiento en el mismo barrio. En caso de ser necesario, se puede estacionar por calles aledañas en el Barrio Brasil.
En transporte público y autostop
Su acceso es fácil, ya que está a pasos de la estación de Metro República (L1). Hay además abundante transporte de autobuses por la Alameda.
Descripción de la ruta
Estación 1: Palacio Elguín
Ubicado en la esquina de Alameda con Brasil, esta construcción de tres pisos es una de las más antiguas del barrio, y fue una de las residencias mas espectaculares de Chile. Mandada a construir en 1887 por el acaudalado empresario minero Nazario Elguín, al hacer su ingreso a la alta sociedad Chilena como nuevo burgués. El arquitecto a cargo fue Teodoro Burchard, quien junto al diseñador francés Alejandro Boulet, idearon los planos de la residencia.
En la fachada se mezclaban extensas galerías vidriadas, balcones abalaustrados, esculturas, medallones, columnas, arquerías y rosetones, con influencias bizantinas, neoclásicas y renacentistas. Pese a la uniformidad de su fachada, que asemeja una sola gran residencia, su planta revela que en realidad eran tres grandes casas de cinco niveles; la central con una gran cúpula (que en su momento fue la más alta de Santiago) como residencia principal, y las otras dos como residencias secundarias.
La vivienda central fue la que recibió mayor esmero. Contaba con pequeñas bóvedas, un hall central de triple altura, con luz cenital otorgada por una claraboya y gruesos ventanales. Poseía también dos salones de estilo francés, con columnas y esculturas de mármol. Hoy parte de su magnificencia original se ve opacada por la demolición del área oriente, donde se levantó un edificio de apartamentos. Sin embargo, aún son apreciables los detalles de su fachada, una mezcla ecléctica de elementos bizantinos, góticos, neoclásicos y renacentistas.
En qué fijarse : {{{1}}} |
- Podrás encontrar en su fachada la sigla L.E.R., por Lorenzo Elguín Rodríguez; hijo de Nazario, quien habitó el palacio tras la muerte de su padre.
Estación 2: Teatro Carrera
Levantado en lo que antiguamente fueron los jardines del Palacio Concha Cazotte entre 1926 y 1927, fue una de las primeras salas de teatro chilenas y el primer cine sonoro del país. Fue encargado por Aurelio Valenzuela a los arquitectos Gustavo Monckeberg y José Aracena.
Originalmente llamado Teatro de la Sociedad Valenzuela Basterrica y Cía, tenía una capacidad para 1500 espectadores. Albergó los primeros espectáculos de Santiago, constituyéndose como un polo artístico en los años '30. De cuatro niveles, se caracteriza por su estilo neoclásico, y destaca por los adornos de su fachada; los arlequines tallados y los mosaicos de azulejos en tres fachadas, realizados por el artista Aristodemo Lattanz.
El Teatro Carrera vivió un progresivo deterioro debido a sus usos. Tras cerrar el teatro fue un cabaret. Una vez finiquitado el cabaret se transformó en bodega. Luego pasó a ser una discoteque donde se desarrollaban fiestas underground. A cntinuación fue un restaurant de comida china. Finalmente, un resto-bar, cuya administración trató de restaurarlo bajo el mismo nombre del teatro. Hoy se encuentra permanentemente cerrado. Fue declarado Monumento Histórico en 1989.
¿Sabías que? :
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Estación 3: Palacio Walker
Ubicado en el corazón del sector, frente a la Plaza de la Libertad de Prensa, este palacio diseñado por Carlos Irarrázaval, fue construido entre 1923 y 1928 por encargo de Teresa Cazotte, para ser residencia familiar. Se caracteriza por un estilo Tudor, con almenas, ventanas octogonales, arcos y bóvedas. Posee además un acceso esquinero que da hacia la Plaza, y hacia la calle Concha y Toro.
En él vivió la hija del matrimonio Concha y Toro - Cazotte, con el abogado, profesor de derecho, senador y varias veces presidente del Partido Conservador, Horacio Walker Larraín. En este lugar se gestaron importantes acontecimientos políticos, legislativos y diplomáticos. En los años '50, cuando las familias adineradas emigran del barrio, los Walker vendieron la casa a Renato Bubony Pozzy, quien la revendió en 1954. El palacio fue vendido nuevamente en 1955, y pasó a ser arrendado por piezas durante 30 años. El terremoto de 1985 dejó graves daños en su estructura, por lo que fue clausurado. Sin embargo, el edificio siguió siendo ocupado de forma clandestina, incluso por un prostíbulo que se instaló en su tercer piso.
En 1991 el edificio fue habitado por okupas, quienes propusieron la creación del Centro Cultural Ainil, lo que les permitió realizar pequeñas restauraciones y obtener el palacio como comodato por 12 años. En 2009 el palacio fue desalojado, y se inició un proceso de compra, sin embargo este fue frenado por el terremoto de 2010.
En 2012 fue comprado por la editorial LOM, poseedora previa de algunos edificios del barrio. La arquitecta a cargo, Estelí Slachevsky, proyectó en él un centro cultural de cinco pisos, que consta de una librería, auditorio, sala de conferencias, oficinas, restaurante y cafetería. El proyecto se encuentra aún en desarrollo.
Estación 4: Plaza Libertad de Prensa
Originalmente conocida como Plazoleta du Pont, este icónico lugar es probablemente el más moderno del barrio, remodelado completamente en 1994. Es aquí donde convergen las calles de adoquines del vecindario, conformada por una fuente de agua en el centro y varias casonas a su alrededor. Ha sido un lugar representativo para películas y campañas publicitarias, gracias a su caracterización europea.
Actualmente, en la plaza se realizan diversas actividades culturales organizadas por los vecinos del barrio, entre las cuales se encuentran ferias, fiestas de disfraces, exposiciones y talleres, entre otros.
¿Sabías que? : Las lenguas populares dicen que la pileta ubicada en el centro de la plaza tiene una gemela, ubicada en las Majadas de Pirque. |
Estación 5: Mansión Huidobro
Erigida en 1912, este palacete de cinco niveles fue la residencia del poeta Vicente Huidobro. Incluye en su interior amplias salas, un patio interior y un distintivo balcón, que permite apreciar desde las alturas el barrio.
Hoy en esta mansión se encuentra el restaurant Zully. Fue uno de los primeros inmuebles recuperados en el proceso de restauración del barrio, a través de una intervención que respetó las características y materiales originales del edificio, agregándole elementos contemporáneos.
Estación 6: Palacio Concha
Esta mansión de estilo neoclásico francés, declarada patrimonio en 1998, fue construida en 1920 por Carlos H. Sotomayor, bajo encargo de la familia Renard Infante, luego de que el palacio Concha-Cazotte decayese y fuera loteado.
Es un palacete 1500 m2, que evidencia la opulencia de la Belle époque chilena. Luce finos vitrales franceses, dos chimeneas, terminaciones de lujo de principios del siglo XX, detalles en oro, escalera de mármol, tejas en el techo, balcones, ventanas y puertas altas, y una fuente de agua en la escalera hacia el segundo piso. Como si todo eso fuera poco, se jacta de una terraza para 250 personas en el tercer piso.
Puerta de entrada al barrio, en el residieron los Renard hasta 1930, cuando fue adquirido por Alberto García-Huidobro Valdés. En su tiempo reunió a la aristocracia de la época y del barrio, incluyendo a artistas como Roberto Matta y Vicente Huidobro. Más tarde fue sede del Sindicato Nacional de Molineros, y en la década de los '90, fue sede del PPD, rol que ocupó hasta 2003. Tras permanecer tres años abandonado, fue adquirido por el empresario estadounidense Scott Jones.
El Palacio Concha se encuentra totalmente restaurado. Es posible apreciar su apariencia exterior original, así como sus salones ricamente decorados con vitrales importados de Francia. El inmueble funciona actualmente como centro de eventos.
Recomendaciones y posible extensión de la ruta
- Si aún queda ánimo, se puede continuar con la Ruta Brasil
- Evitar permanecer hasta tarde, ya que el Barrio es peligroso de noche.