Cambios

{{en ruta| No podemos relativizar y/o subestimar el hecho de que estamos en un sitio de memoria histórica y monumento histórico nacional por los antecedentes ya conocidos. El cuidado de nuestro patrimonio va de la mano con aceptar sin tabúes hechos históricos que ocurrieron efectivamente y con condenar cualquier tipo de negacionismo sobre lo ocurrido entre 1973 y 1990. Los crímenes de lesa humanidad deben ser condenados vengan de donde vengan.

Por otro lado, y tomando en cuenta el historial del Cementerio General desde su fundación, fijarse en la zona de pabellones de las clases medias. Es interesante en este tramo cuando nos aproximemos hacia la estación 4, el traspaso desde una zona más bien popular, a una más acomodada o media, hasta llegar al lugar de los cristos a una zona acomodada aristocrática. La segregación que se puede apreciar es tal como la vemos en Santiago, pero hacerla caminando la radicaliza.}}