1961
ediciones
Cambios
→Estación 1: Plaza de Armas
* '''Cápsula de Tiempo''' por el bicentenario de Chile (2010).
* '''Bajorrelieves de bronce'''. Estas tres placas, ubicadas por el lado norte de la Plaza, reproducen tres famosos planos históricos de la ciudad de Santiago: La de '''Felipe Guamán Poma de Ayala''', que muestra un esbozo (más imaginario que real) de lo que se pensaba era Santiago en la Capital Virreinal del Perú, presentando una ciudad amurallada, además de edificios de tipo militar y eclesiales; la de '''Alonso Ovalle''', que corresponde al plano de la ciudad publicado por el autor en 1646, mostrando un trazado recto y geométrico que habla de la cuadrícula de la ciudad. Un detalle interesante es la aparición de La Cañada (posterior Alameda de las Delicias), El Barrio de La Chimba, y algunas iglesias y plazas; y la de '''Amadeo Frezier''', ubicada al medio del trío, muestra el mapa que el autor produjo en 1712 y que fue sumamente utilizada por otros cartógrafos, al ser el primer plano de producción no-artística de la ciudad, usando herramientas cartográficas. Es por ello el primer plano "''científico''" de la ciudad. El plano muestra a un Santiago reconstruido tras el terremoto de 1647, con sus redes de canales, la prolongación rocosa que poseía antiguamente el Santa Lucía hacia el norte, además de indicaciones de La Cañada y el Barrio La Chimba.}}
{{cine|Vea a Alejandro Trejo conduciendo su taxi por Plaza de Armas con música de Joe Vasconcellos en ''Taxi para tres'' (2001)|{{#ev:youtube|https://www.youtube.com/watch?v=uAUat050HiI|||||start=1432}}}}
{{dato|En 1741 el '' HMS Wager'' naufragó en el Golfo de Penas. Unos pocos lograron sobrevivir y llegar a Chiloé gracias a la ayuda de tribus de chonos. Uno de estos afortunados, John Byron, llegó hasta Santiago, donde presenció una celebración en '''Plaza de Armas'''. Allí, una mujer frescolina le levantó el poncho y le asestó un tremendo pellizco, lo suficientemente memorable como para que llegara a sus memorias. Si los chonos no se hubiesen apiadado de estos británicos no habríamos gozado de la poesía de Lord Byron, su nieto. Ni de ''Frankestein''. En 1816, veraneaba en Suiza con Mary Shelley y su esposo, también poeta. El clima era horrible, debido al polvo y sulfuros arrojado por la erupción de un volcán indonesio. Lord Byron propuso un concurso de literatura para pasar el rato. Ganó Mary con ''Frankestein''. Más tarde, la hija de Lord Byron, Ada Lovelace, se volvió la primera programadora de la historia. Ya ve usted las conexiones inesperadas de una simple corrida de mano en la Plaza de Armas de Santiago}}