''que el pueblo chileno''<br>
''obtuvo en Yungay. ''<br>
Era una zona de vida apacible, un barrio de casaquintas coloniales entre árboles. Tanto así que '''Domingo Faustino Sarmiento''' lo recordaría como ''un pueblecillo a las afueras de Santiago''. Decía que era un conjunto residencial hermoso, donde "la especulación ha tenido los más felices resultados y una población numerosa se ha reunido para hacer salir del seno de la tierra, cual si hubiese sido sembrada, una hermosa villita con calles alineadas y espaciosas"
{{dato|Domingo Faustino Sarmiento no guardaba la mejor de las opiniones respecto de la población indígena: "''Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado''".}}
Era Inicialmente se estableció como una zona urbanización separada de la ciudad. Varias de las familias más acomodadas de vida apaciblela época instalaron grandes casonas, un barrio algunas de casaquintas coloniales entre árboleslas cuales aún siguen en pie. Tanto así que La consolidación económica de los residentes en la década de 1850 dio paso a la construcción de palacios y casas con influencias europeas. En esta misma época se fundaron diversas instituciones en el Barrio, tales como '''la Casa de Orates''', la '''Hospedería para indigentes San Rafael'Domingo Faustino Sarmiento'', y la ' lo recordaría como ''un pueblecillo a las afueras Primera Escuela Normal de SantiagoPreceptores'''(profesores). Junto a todo esto llegaron además personas que proporcionan servicios, como son los artesanos, zapateros, lavanderos, modistas, etc.
Inicialmente se estableció como una urbanización separada de la ciudad. Varias de las familias más acomodadas de la época instalaron grandes casonasBenjamín Vicuña Mackenna, mucho menos halagüeño que Sarmiento, algunas de las cuales aún siguen en pie. La consolidación económica de los residentes comentaría en la década de 1850 dio paso a la construcción de palacios y casas con influencias europeas. En esta misma época que si se fundaron diversas instituciones hubiesen hecho cuatro o cinco plazas habría quitado a este sector "su incurable tristeza, condensando su población en el Barrio, tales como '''la Casa de Orates''', la '''Hospedería para indigentes San Rafael''', y la '''Primera Escuela Normal de Preceptores''' (profesores). Junto a todo esto llegan además personas los macizos ocupados por habitaciones que proporcionan servicios, como hoy son los artesanos, zapateros, lavanderos, modistas, etcsimples tapias al derredor de un eriazo".
Posteriormente, entre Entre 1890 y 1930, se construyeron en la zona sur del barrio alrededor de 65 cités y conventillos, los cuales serían habitados por la clase media-media baja (campesinos provenientes del sur, obreros e inmigrantes). Estos planteaban un nuevo modelo habitacional de vivienda colectiva, y surgen en el contexto de la industrialización del país a inicios del siglo XX, en el cual, debido a la gran cantidad de migración de campesinos a la ciudad, y el hacinamiento de las clases populares, el Estado dicta la "''Ley de Habitaciones Obreras''", la '''primera ley social de la historia del país'''. Es así como se integra a la ciudad un importante parque habitacional de vivienda popular, que se caracteriza por un diseño denso, de alta habitabilidad, y bien integrado a los estratos sociales del barrio.
Estos conjuntos suelen componerse de una serie continua de viviendas de uno o dos pisos, organizadas en torno a un espacio semi-publico perpendicular a la calle. Cuando este espacio dividía parcialmente la manzana se les denominaba citas, y cuando la cortaban, pasajes.