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Barrio Mapocho

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Estación 10: Ex - Puente de Cal y Canto
Obra del corregidor '''Luis Manuel de Zañartu''', es considerada una de las mayoras obras arquitectónicas en la historia de Santiago, y fue un símbolo y paseo de esta hasta su demolición.
El puente fue construido bajo el mando del corregidor, con la ayuda de los ingenieros '''José Antonio Birt, Juan Garland''' y '''Leandro Badarán''' y sus trabajos iniciaron en 1767. Zañartu, conocido por ser un hombre despiadado, ordenó la utilización de 80 reos de la cárcel para la construcción de la obra. Sin embargo, para contar con mejores operarios, ordenó arrestar a los hombres que se encontraban en lugares de diversión (como bodegones, casas de juego y chingabas) los días lunes, obligándolos a trabajar en el puente, y llegando a tener 200 trabajadores; en su mayoría mulatos, aborígenes y criollos.
Tan barbáricos fueron los trabajos forzados a los que fueron sometidos los reclusos, (quienes debieron realizarlos encadenados y acollarados en parejas y bajo la fusta y el látigo) que incluso el Procurador de los Pobres realizó una queja ante la Real Audiencia ante ''los implacables gemidos del continuo padecer de estos miserables que se hallan trabajando al rigor del sol con una vergonzosa desnudez, mal comidos, enfermos y ultrajados''. Esto sin embargo, no impidió la realización del plan del corregidor.
{{dato|* Tan centrado en lograr la construcción del puente se encontraba Zañartu, que mandó a construir una casa de dos pisos en el lado sur del Mapocho, desde donde podía acceder fácilmente a la construcción, y corregir los errores de los operarios. Al final de cada jornada se acercada a inspeccionar los trabajos.* En 1779 se estableció un impuesto al mate para financiar los servicios del puente. Ocurre que el mate era la más popular de las infusiones. Algunos años después la británica '''María Graham''' escribió que el desayuno chileno “''Consiste a veces en caldo, o carne y vino, pero todos toman mate y chocolate junto a la cama''”. Sería más tarde en el siglo XIX que, por influencia británica, el té desplazó al mate.}}
Inaugurado en 1780, medía 202 metros de largo, elevándose más de 12 metros sobre la altura del río, y contando con nueve arcos de 9 metros de altura. Su estructura estaba hecha de cal y rocas traídas de las canteras del Cerro Blanco, y para pegarlos se utilizaron miles de claras de huevo. La fabricación de esta argamasa se le llamaba “''hacer la pega''”, en referencia a sus propiedades adhesivas. Era la tarea más dura, lo que explica que hasta hoy hablemos de “la pega” como sinónimo de trabajo. La utilización de cal y cantos fueron los que le otorgaron el nombre al puente.
Con el paso del tiempo se volvió un símbolo para la ciudad, y conector de núcleos comerciales. A los costados del puente se instalaron garitas con tiendas, donde se podían encontrar frutas, baratijas, dulces y otras confecciones. Llegó a contar con cinco boticas, dos panaderías, bodegas de vinos, relojerías, sombrererías, talabarterías y hasta la imprenta del periódico '''La Estrella de Chile'''.
1392
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