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Barrio Dieciocho

104 bytes añadidos, 21:06 4 abr 2019
Historia del Barrio
[[File:Alameda2.jpg|thumb|Alameda hacia el Oriente. Fotografía de Brugmann Conservadores.]]
Antes de comenzar a ser urbanizado alrededor del 1860, este sector estaba formado extensas quintas de recreo -siendo la más importante la '''Quinta Meiggs'''- provenientes de terrenos agrícolas de las encomiendas españolas, las cuales fueron heredadas por las familias criollas del siglo XVII y XVII, así como adquiridas por la nueva y enriquecida burguesía.
No existían calles ni veredas, y fue gracias a la iniciativa de los vecinos, algunas instituciones eclesiásticas y la intervención del Estado, que comenzó su urbanización. Fueron posteriormente las construcciones del '''Parque Cousiño, la Escuela Militar''' y la '''Iglesia de San Ignacio''', las que fomentaron el asentamiento de adineradas familias, (cuyas fortunas provenían de la minería del carbón, plata y salitre) quienes construyeron ostentosas mansiones; los palacios Cousiño, Errázuriz, Irarrázaval, Eguiguren, íñiguez, Ochagavía, Astoreca, y Ariztía, algunos de los cuales fueron declarados Monumento Nacional.
El nivel del estatus social de las construcciones se marcaba con la cercanía a la entonces llamada Alameda de las Delicias; a mayor cercanía de la avenida, más alto el nivel de sus ocupantes. El '''[[Barrio Yungay]]''' y '''[[Barrio Brasil]]''', eran sus vecinos menos ostentosos.
Las principales calles del barrio fueron Dieciocho de Septiembre, Ejército Libertador, España y Vergara. Sus calles fueron adoquinadas en madera, y luego en piedra, siendo además enrieladas para tranvías tirados a caballos, llamados "''Tranvías a Sangre''". Se prohibía el tránsito de carretas, carretones y vendedores ambulantes, y solo se permitía el tránsito de caballos finos, carruajes y automóviles. Sus calles además, fueron dotadas de alumbrado a gas, glorietas y escaños para el descanso público.
En el barrio se continuaron erigiendo palacetes hasta finales de 1920, cuando la Gran Depresión de esa década le puso fin. Esto, sumado a la urbanización con una fisonomía moderna del centro de Santiago, la agitación política y las protestas, y el nacimiento de los barrios Infante, Italia Ñuñoa y ÑuñoaProvidencia, fomentaron la migración de las familias adineradashacia el oriente de la capital.
Desde entonces, las mansiones y palacetes comenzaron a ser subastados, vendidos o abandonados, a medida que sus ocupantes fallecían. Muchas se subdividieron y pasaron a ser locales comerciales, o viviendas de sectores medios bajos. Posteriormente, el trazado de la Ruta 5 dividió el barrio (de antaño unido con el '''[[Barrio República]]''', y eliminó varias construcciones señoriales.
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