Abrir el menú principal

Wikiexplora β

Plantilla:Plaza de la ciudadania

Dato.png ¿Sabías que? : Por años en la superficie de la que es hoy la Plaza de la Ciudadanía se ubicó la Llama de la eterna libertad. Esta obra, inaugurada el 11 de septiembre 1975 por Augusto Pinochet con motivo de la conmemoración del golpe de Estado de 1973, consistía en un fuego ceremonial. Ésta representó una señal para demostrar el respaldo al régimen, y fue blanco de varios ataques por parte de los opositores al régimen. Fue retirada tras largas negociaciones con el Ejército, y como moneda de cambio, se llegó al acuerdo de que el Altar de la Patria y la estatua ecuestre de Bernardo O'Higgins tendrían un papel relevante en la plaza. Así, la llama fue apagada tras casi 30 años para ser trasladada al recinto de la Escuela Militar donde aún se encuentra encendida.
Plaza de La Ciudadanía vista hacia el sur
Plaza de La Ciudadanía vista hacia el norte
Centro Cultural Palacio La Moneda

Plaza de La Ciudadanía

Tras una serie de negociaciones entre el gobierno y el ejército (negociaciones que comenzaron en 1995), con Ricardo Lagos como ministro de obras públicas junto al alcalde Jaime Ravinet, se impulsó el proyecto de la Plaza de la Ciudadanía (este es un sector con alta presencia militar, como se podrá apreciar al realizar la ruta). Como parte del Proyecto Bicentenario, la Plaza de la Ciudadanía se inauguró en 2006, en el lugar que antes era de la Plaza de la Libertad y estacionamientos de los funcionarios de gobierno.

Esta explanada tiene zonas de pasto, hormigón y dos espejos de agua. Une a la Alameda con la fachada sur de La Moneda. Sobre esta plaza se encuentra un monumento al ex-presidente Arturo Alessandri Palma y bajo ella, el Centro Cultural Palacio La Moneda. En el óvalo central, en pleno corazón de la Alameda, está el icónico mástil que porta la Bandera Bicentenario, una bandera chilena de 27m x 18m hecha en Estados Unidos. En el extremo sur, al otro lado de la Alameda (en el espacio llamado anteriormente Plaza Bulnes y Altar de la Patria), se encuentra bajo una plaza remozada, la nueva cripta con los restos mortales del Libertador General Bernardo O'Higgins y un pequeño museo histórico. Sobre esta cripta se encuentran los monumentos ecuestres al General Bernardo O'Higgins (Obra de Albert-Ernest Carrier-Belleuse), y al General José Miguel Carrera (obra de Samuel Román), flanqueados por banderas nacionales.

Junto con la Plaza de la Constitución, esta plaza ha sido históricamente espacio de manifestación de la ciudadanía y de diversos espectáculos culturales. Irónicamente, suele estar enrejada, por lo que es complejo ver a la ciudadanía usando en plenitud su espacio.


Centro Cultural Palacio La Moneda (CCPLM)

Calles.png ¿Por qué se llama como se llama? : La calle Morandé, aledaña al CCPLM, toma su nombre de Juan Francisco Briand de Morigandais, un capitán de fragata extranjero. Morigandais estaba casado con Juanita Caxijal y Solar, y vivían juntos desde 1720 en una casa ubicada frente a la Plaza de Armas. Un día, Juanita vio a un ahorcado desde su ventana, y nunca pudo olvidar el horror. Tanta fue su angustia a lo largo de los años, que su marido decidió finalmente mudarse a una nueva casa en la actual calle Morandé. En ese entonces, la vía se conocía como “Calle de le Botica” por una farmacia que ahí se ubicaba. Tras la desaparición de esta, a fines del siglo XVIII, el pueblo recordó al señor Morigandais, pero al poco tiempo se chilenizó a “Morandé”.

El CCPLM fue diseñado por Undurraga Devés (sí, los mismos de la Plaza de la Constitución) y finalizado en 2006. Su creación tuvo como objetivo poner a Chile dentro del circuito cultural internacional, a través de la muestra del patrimonio cultural y audiovisual del país. Con cifras que llegan a los mil visitantes diarios, el Centro cuenta con tres salas de exposiciones, el Centro de Documentación de las Artes Visuales, dos salas de cine de la Cineteca Nacional, una Galería de Diseño, el Espacio Violeta Parra (con su colección de arpilleras), además de otras atracciones como una tienda de artesanías y una sucursal de la Confitería Torres, cuya casa matriz es el restaurante en operaciones más antiguo de Chile (1879) y el lugar donde se acuñaron los nombres del sándwich Barros Luco y Barros Jarpa.

Horario: 9:00 a 21:00 horas

Lupa.png En qué fijarse :
  • La Cripta de O'Higgins en el Panteón de los héroes de la Patria. Aquí figura el monumento al soldado desconocido y se pueden ver en exhibición réplicas de numerosos objetos que tienen relación con Bernardo O’Higgins. El cuerpo de O'Higgins fue trasladado desde el Cementerio General al Altar de la Patria en plena Dictadura, 1979
  • Vestigios del bombardeo a La Moneda que se pueden ver en los edificios contiguos a la plaza.
Calles.png ¿Por qué se llama como se llama? :
Alameda de las Delicias. Los buenos viejos tiempos...

La Alameda

Lo que hoy es la Alameda era hasta el siglo XIX la Cañada, el brazo sur del Mapocho, y basural improvisado. Alonso Ovalle en Histórica relación del Reyno de Chile anota en el siglo XVII que tenía en toda su extensión una acequia flanqueada por sauces, y que por las tardes corría una grata brisa, solaz en los meses de verano.

En 1817, Bernardo O'Higgins mandó a plantar varias hileras de álamos. El colorín se había enamorado en Cádiz de las alamedas españolas. El nuevo paseo peatonal, amplio y sombreado, fue llamado Alameda de las Delicias. A mediados de la década de 1920 alguien propuso redenominarla como Arturo Alessandri. El homenajeado se negó y propuso en su lugar Avenida del Libertador General Bernardo O'Higgins, lo que suscitó a su vez oposición de otros flancos. Ricardo Puelma declaró: "Con perdón de nuestro padre de la patria, don Bernardo, yo jamás la llamaré Avenida O'Higgins. Ese rudo nombre agringado no dice nada al sentimentalismo de mis recuerdos ciudadanos". Joaquín Edwards Bello anotó que "si don Bernardo le puso Alameda de las Delicias a la calle más ancha y vistosa de Santiago, entonces la mejor manera de honrar su memoria consiste en respetar su gusto". Es lo que en la práctica hacen los santiaguinos: aunque más un siglo ha transcurrido desde que se talaron los álamos, Alameda sigue siendo la referencia coloquial.

En 1877, míster Rumbold, Embajador británico, comentó al llegar que Santiago era “una agradable sorpresa para un europeo inteligente […]. Uno no espera encontrar a diez leguas en el interior, al pie de los Andes, una ciudad de 160 mil almas con edificios públicos tan magníficos, mansiones particulares tan imponentes y paseos tan extraordinariamente bellos”. De seguro pensaba en parte en la Alameda de las Delicias