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Barrio Cívico

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Historia del Barrio Cívico
Lo que hoy llamamos Barrio Cívico es fruto de un largo proceso que involucró a varios gobiernos y múltiples arquitectos.
Fue durante el gobierno colonial de Ambrosio O'Higgins que se edificó el grueso del magno edificio destinado a la acuñación de monedas, diseñado por el arquitecto romano Gioacchino Joaquín Toesca. Como explica Alfredo Sepúlveda, era “una aspiración de primer orden de la élite chilena, y no por un entusiasmo numismático, sino porque cumplía así la independencia, al menos administrativa, de los caprichos de la burocracia limeña para enviar metálico”. Años atrás, el cabildo había escogido el sitio: un paño ubicado donde hoy está el Mercado Central conocido como “El Basural” por su poco glamoroso pero esencial rol en la vida cotidiana del santiaguino. Claro que al excavar para los cimientos cayeron en la cuenta que los más de doscientos años de acumular desperdicios no pasan en vano. El terreno era un flan. El proyecto se desplazó a la que era una propiedad jesuita contigua a La Cañada, una localización más bien arrabalera. El Palacio de La Moneda no estuvo listo sino hasta 1805, para cuando ni O’Higgins ni Toesca pertenecían al mundo de los vivos.
Las oficinas principales del gobierno se trasladaron al '''Palacio La Moneda''' bajo el mandato de '''Manuel Bulnes''' entre los años 1846 y 1848. Desde esa fecha y hasta la década de los '20 hubo una serie de planes de intervención y transformación de Santiago con este barrio como punto clave del desarrollo de la ciudad. A la postre, transcurrió casi un siglo para que La Moneda tuviera un entorno digno de su estatus. La aprobación oficial del Plan Seccional tuvo lugar el 28 de agosto de 1937; figura clave fue el planificador urbano austríaco '''Karl Brünner''', asesor directo de la presidencia que realizó dos informes que sentaron las directrices del proyecto que se construyó. El proyecto instaurador del Barrio Cívico de Santiago ideado por Karl Brünner tomó en cuenta las propuestas anteriores de '''Carlos Carvajal''', '''Josué Smith Solar''' y '''José Tomás Smith Miller''', y fue ajustado posteriormente por '''Carlos Vera Mandujano'''. Para la caja cívica se definieron las plazas que rodean el Palacio, con un borde de edificios de altura considerable que buscan enfatizar la centralidad del palacio presidencial, un eje norte-sur y un remate en el lado sur. De ahí en adelante, y hasta la dictadura, se erigen de manera irregular buena parte de los edificios y de las transformaciones urbanas que componen el plan, siempre en directa relación con la situación económica del Estado y sus voluntades políticas.
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