En 1906 se aumentó el impuesto al vacuno argentino para promover la ganadería local. El incremento de precios que esto ocasionó derivó en la sangrienta Huelga de la Carne. Las protestas se salieron de madre, generando saqueos, pillaje, y una ciudad rabiosamente perturbada por tres días. Los faroles a gas fueron destrozados y sus bases incendiadas, de manera que en la noche la Alameda lucía filas de enormes llamaradas que brotaban de la tierra misma. Entre 200 y 250 personas perdieron la vida. Semejante barahúnda puso en alerta a las familias favorecidas socialmente. La amenaza de un alzamiento violento de los sectores más pobres que rodeaban a los palacetes, fue clave para la fuga de los aristócratas del barrio. El patrimonio se salvó en buena medida por la acción del general Roberto Silva Renard (quien cimentaría su rol en la historia al ordenar la cruenta Matanza de la escuela Santa María de Iquique) y de la acción de las milicias organizadas por los propios aristócratas. La defensa de calle Dieciocho fue lideradas por Cornelio Saavedra. Estas "guardias blancas" recibieron mil rifles de parte del gobierno y la policía..
Muchos elegantes, aristócratas de la sangre y del dinero, que recibieron rifles para hacer la guardia de honor, jugaron al blanco, apuntando de día y de noche al pueblo chileno. Se jactaban de haber muerto a cinco, ocho y diez rotos, como de haber hecho caer tigres en la selva bruta. ___________ Tancredo Pinochet
|
|