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Durante el mismo periodo tomaba fuerza '''la cuestión social''', que en este caso se volvía evidente por la apremiante necesidad de vivienda ante el aumento demográfico obrero y de clase media que venía experimentando la ciudad. El alto índice de mortalidad intensificó los esfuerzos por construir viviendas higiénicas, dando paso a la primera intervención del Estado en el marco de la '''Ley de Habitaciones Obreras en 1906'''. Fue el punto de partida del rol estatal en proyectos residenciales.
Impulsadas por la '''Ley de Habitaciones Obreras''' en 1906, esta primera etapa involucró la construcción de cités y pasajes, financiados por un mix público-privado. La cercanía al '''Parque Cousiño''' fue esencial para el proceso de urbanización, que consideró por tanto la construcción al interior de la manzana y la disminución de áreas verdes con énfasis en los cités y pasajes. Posteriormente, fomentadas por la '''Ley de Habitaciones Baratas'' de 1925, las viviendas comenzaron a organizarse en base a la tipología de arquitectura de '''Ciudad Jardín'''. Se trata de una arquitectura vecinal, provista de antejardín y jardines traseros, iniciativa financiada principalmente por el sector privado.
[[Archivo:Manuel Cifuentes Gómez.jpg|thumb|Manuel Cifuentes Gómez.]]