Los Dominicos - Las Condes
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Descripción General
Las Condes es una comuna próspera, sede del sector más lustroso del distrito financiero de Santiago, de hoteles modernos (y varios lujosos), restaurantes de alta gastronomía y una oleada migratoria cotidiana de oficinistas que convergen a bares y pubs. Pero no es solo eso. En su variedad, reúne también lugares que, con la misma raíz comercial, rememoran la historia.
El sector de Los Domínicos es un lugar histórico de la comuna de Las Condes y de la ciudad de Santiago. La mayor parte de las tierras, originalmente del antiguo cacique Apoquindo, fueron entregadas en encomienda a Inés de Suárez, la única mujer que acompañó la expedición de Pedro de Valdivia (y amor adúltero de aquel). Una menor parte a los padres de la Recoleta Domínica. Hoy acogen un interesante valor patrimonial arquitectónico y urbanístico.
El núcleo del sector lo acapara el Parque Los Dominicos, que se ubica en el remate oriente de la Avenida Apoquindo, punto de conexión con los barrios del oriente de Las Condes y sectores de la comuna de La Reina. Desde este emergen su distintiva iglesia, centros culturales y artesanales, comercio, la estación terminal de la línea 1 (roja) del Metro (estación Los Dominicos), y hasta un observatorio en uno de los cerros adyacentes.
El encuentro inicial de la visita es la Iglesia San Vicente de Ferrer, monumento nacional, perteneciente a la orden de los Dominicos, llamada coloquialmente Iglesia de los Dominicos. A su costado, en estrechas callejuelas de tierra con pequeñas casas de adobe y techos de paja, hace su aparición el reconocido centro artesanal “Pueblito de los Domínicos”, que alberga talleres de artesanos y con frecuencia acoge espectáculos musicales y teatrales. Y unas cuadras, hacia el norte, en contraste con el comercio artesanal, se encuentra el mall Alto Las Condes.
El sector de Los Domínicos ha experimentado cambios rotundos en sus años de historia. El otrora paño bucólico ha dado pie a magnas torres de departamentos. Con todo, el desarrollo urbano propio del siglo XXI combina sus masas de hormigón y cristal con un bastión de la Colonia, que aún coexiste con los repartidores de Uber Eats y nos recuerda nuestro pasado. La variedad permite un recorrido familiar, entre lugares con valor histórico, piezas modernas y oportunidades comerciales.
Historia
En 1544 Pedro de Valdivia, el primer Gobernador de Chile, entregó el sector de los Dominicos en encomienda a Inés de Suárez. Siguió una larga sucesión de propietarios hasta que, en 1767, las tierras fueron compradas por Antonia Portusagasti, esposa de Juan Cranisbro (castellanizado del irlandés Gainsboroungh), grandes benefactores de la Orden de los Padres Dominicos.
El matrimonio levantó una casa patronal, dueña de una de las mejores bibliotecas de Chile, y construyó una pequeña capilla con emblemáticas cúpulas paralelas en memoria de sus únicos dos hijos, ambos fallecidos trágicamente. Doña Antonia murió a fines del siglo XVIII y Don Juan en 1803, decesos que dejaron a la familia sin herederos.
Al momento de morir, Don Juan legó un testamento en donaba su casa y alrededores, con la capilla San Vicente Ferrer y todos sus útiles, a la Orden de los Padres Dominicos, renta de mantenimiento inclusive. Su única condición era la de fundar una casa de ejercicios y de enseñanza para los campesinos de la zona de Apoquindo. Sin embargo, la posesión efectiva se demoró y en 1803 el novicio domínico José María Urmeneta compró la iglesia y las casas de la hacienda, y las donó a la Orden para levantar un noviciado.
Urmeneta se transformó en una adversidad cuando, en 1824, renegó de su religión y trató de recuperar sus bienes. Los frailes domínicos le compraron los terrenos y durante todo ese siglo, trabajaron en la construcción de la iglesia y del convento adyacente, utilizado como noviciado. Reconstruyeron el frontis de la iglesia, donde completaron sus dos torres de planta cuadrada rematadas con cúpulas de cobre. Crearon además varios claustros y alargaron la capilla.
Brusco salto al pasado reciente. A fines de la década de 1970, comenzaron a llegar algunos artesanos al sector norte del parque. En respuesta, en 1979 Gonzalo Beltrán Repetto diseñó y fundó el centro artesanal y de antigüedades denominado “Llaverías de Belterra”. Luego, utilizando parte del convento, se convirtió en el “Pueblito los Dominicos”. El proyecto cristalizó su consolidación en 1983, cuando la iglesia fue declarada Monumento Nacional Histórico y sus alrededores confirmados como zona típica y patrimonial.
Con el tiempo, el sector se convirtió es un polo turístico de Santiago, tanto de chilenos como de extranjeros. Su desarrollo fue abonado por el auge de los barrios circundantes y por la construcción de la estación de la línea 1 del Metro en el 2010. La última renovación tuvo lugar en 2019 al inaugurar el Museo de Cera de las Condes, en la remodelación de las antiguas bodegas de la iglesia.
Época y/o horario adecuado
Dado a que la ruta integra variadas paradas en recintos privados con horario de atención, el horario adecuado para realizar la ruta turística es de Lunes a Viernes entre 10:30 y 21:30hrs, preferentemente Martes para rematar en el observatorio del Cerro Calán:
- Pueblito los Dominicos: El Pueblito abre sus puertas de Martes a Domingo de 10:30 a 19:00hrs.
El Museo de Cera, a un lado de este, atiende de 10:30 a 19:00hrs. Se cobra entrada (ver estación respectiva). Los martes en horario completo y miércoles hasta 13:00hrs es entrada liberada.
- Iglesia y Convento los Dominicos: El Convento Dominico dispone de visitas guiadas Martes y Jueves de 16 a 18 horas. Sábados de 11 a 13 horas.
- Observatorio Astronómico Nacional: En su horario normal, las visitas nocturnas se realizan los Martes a las 19:30 horas, y duran 2 horas aproximadamente.
- Parque Santa Rosa: Tanto el parque como la Casa- Museo Santa Rosa, abre sus puertas, en horario normal, de Martes a Domingo entre 10:30-19:00hrs.
- Alto las Condes: Todos los días, de 10:00 a 21:00hrs.
Se aconseja destinar un día completo para recorrer y disfrutar la ruta tranquilamente.
Acceso
El inicio del recorrido se dispone en el parque los Dominicos. Se recomienda auto, bici o taxi para tramos intermedios, pues algunas estaciones son más bien distantes.
En vehículo propio
Para llegar en vehículo propio es necesario estacionar ya sea en las afueras del parque Santa Rosa (por la calle Cristóbal Colón) o en el Mall los Dominicos. El estacionamiento de ambos no tienen costo. La ruta discurre principalmente por Avenida Padre Hurtado, a excepción de la parada del Observatorio que hace un pequeño desvío hacia el Oriente. El Pueblito los Dominicos cuenta con estacionamientos gratuitos, al igual que el Observatorio. El mall Alto las Condes tiene sus propios estacionamientos y se debe pagar por estos un valor de 12$ por minuto ($720 por hora).
En transporte público y autostop
En transporte público la mejor opción es llegar en metro desde la línea 1 y luego tomar una micro que nos acerque al Parque.
Recorrido
- Parada Nº 1:
- Desde estación de metro los Domínicos (Línea 1): Micros C03-C16 (paradero PC1067 a PC664).
- Desde estación de metro Tobalaba (Línea 1 y 4): Micros 503-C06 (paradero PC738 a PC528).
- Parada Nº2-3-4-5: Micro C16 (PC677 a PC679) + Caminata 4 min a parque.
- Parada Nº 6: Micros 225-C03-D11 (PC1068 a PC143).
- Parada Nº 7: Micro C15 (PC1053 a PC1055) + Caminata de 25-30 min a entrada.
- + Extensión: Caminata de 19 min a paradero + Micro 421 (PC170 a PC1032) + Caminata de 20 min a entrada Monasterio.
Descripción de la ruta
Estación 1: Santa Rosa de Apoquindo y Mall Plaza los Dominicos
Por la Calle Padre Hurtado, hacia el sur, en el número 1195, se encuentra el complejo Santa Rosa de Apoquindo, centro cultural que incluye un gran parque y dos museos, el “Museo de la Chilenidad” y la “Casa-Museo”. Ambos museos son gratis y tiene un horario de apertura de 10:30 a 18:00hrs. Actualmente tanto los museos como el parque que los rodea, pertenece a la Municipalidad de Las Condes.
La Casa-Museo fue la antigua casona de verano del presidente Manuel Blanco Encalada, la primera persona en detentar el título de Presidente de Chile un militar nacido en Buenos Aires que decía que su mayor defecto no era su sordera, sino el no haber sido bautizado en la Catedral de Santiago.
Tiempo después, la casona pasó a propiedad de Roberto Guzmán Montt, primer alcalde de Las Condes.
La casona en sí es una obra patrimonial, con azulejos en sus muros, algunos de los cuales reproduce obras, famosas y de autor no determinado. Hoy en día, exhibe una colección de pinturas con más de 100 obras donadas en 2010 por el connotado coleccionista de arte Ricardo Mac Kellar Jaraquemada. Ocupan varias salas, y comparten espacios para exposiciones temporales (con reserva y público espontáneo).
En el cuerpo adyacente a la casona, conocido como La Llavería, se ha instalado el Museo de la Chilenidad. Fue orquestado por iniciativa de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos, que tiene su sede ahí mismo, y de la Municipalidad de Las Condes. La exposición gira en torno a la cultura del huaso chileno, recopilando piezas de nuestro campo, presentado para un aforo de 20 personas.
En 2016, la Corporación Cultural de Las Condes instauró el programa “Aprende en Santa Rosa de Apoquindo”, que ofrece a estudiantes desde 2º básico hasta media una experiencia de acercamiento al patrimonio cultural de Santa Rosa de Apoquindo. Se distribuye en 3 etapas: la primera es una visita virtual al museo a través de un video de 360º, además de la historia del lugar y descripción de la colección de pinturas descargables en PDF. La etapa 2 se trata de un trabajo académico en grupos, y en la etapa 3 se hace una muestra final del trabajo realizado en clases. Detalles.
El parque de Santa Rosa posee 70 mil m2, con zonas para juegos, ejercicios y mascotas. El parque cuenta con una reja perimetral y con amplios sectores de pasto. Las primeras especies de arbóreas, y el diseño de este, lo inició el expresidente Manuel Blanco Encalada. Entre sus especies destacan cedros del Líbano, palmas chilenas, araucarias, palmeras datileras, plumosas.
Frente al parque Santa Rosa, por la calle Cristóbal Colón, se ubica el Mall Plaza los Dominicos. Un amplio y completo mall, con una innovadora fachada, inaugurado en 2017. Es haaaarto más atractivo como edificio que el Alto Las Condes, que se construyó en una época en que a los malls solo les bastaba con existir para ser apreciados. Cuenta con servicios de comida, vestuario, supermercado, farmacias, work café y homecenter. Cuenta con estacionamiento gratis y con variadas actividades para los niños: teatro, trencito que pasea por todo un piso (1500 p/p), happyland y funtopia.
En ruta :
Los antiguos Baños de Apoquindo, en la intersección de Avenida Colón y Vital Apoquindo, eran un balneario popular que aprovechaba una vertiente cordillerana, que operó entre 1920 y 1945. Se emplazaban en la propiedad rural (desde 1919) de la familia Guzmán Montt, en el Fundo Santa Rosa de Apoquindo. Roberto Guzmán Montt se adjudicó la Casona de Santa Rosa de Apoquindo y los baños, en comunidad con los hermanos Guzmán Montt. Evaluaron las vertientes naturales y construyeron instalaciones para habilitarlas, incluyendo el Hotel Apoquindo, rodeado de árboles, con un jardín para pasear, una laguna, restaurante y alojamiento en casas independientes. Era una de las atracciones más importantes alrededor de la capital. Tanto así, que desde calle Catedral esquina Puente (Plaza de Armas), salía diariamente una carretela a las 9 de la mañana con destino a los baños. El balneario gozaba de cuatro manantiales de agua mineral con temperaturas entre los 21° y 23°. Recibían los nombres de Cañita, Piedra, Litre y Hierro. Se originaban en aguas infiltradas debido al levantamiento en la corteza que ejerce la falla de la sierra de Ramón. Estas aguas retornaban a la superficie luego ser calentadas por un foco de calor que se encuentra a más de 20.000 metros de profundidad, y recolectaban en su trayectoria parte de los componentes solubles presentes en las rocas. Mediciones aplicadas a los manantiales durante el transcurso de 139 años arrojaron aguas de la clase alcalino gaseosa, eficaces en ciertos casos de enfermedades reumáticas y cutáneas. Contenían abundancia de cloruros de calcio y de sodio, con algo de manganeso, sulfato de cal, hierro, alúmina y sílice. Desde la época prehispánica estos manantiales eran objeto de culto y peregrinaciones por sus cualidades curativas. Hasta hace dos décadas aún se podían ver algunos restos del precario estado de los baños. Al fin, se determinó su demolición. Del hotel de dos pisos, no queda prácticamente nada mas que restos de sus cimientos de adobe, sobre los cuales se emplaza hoy una cancha de tenis perteneciente al centro recreacional de los funcionarios de DIPRECA. En el mismo lugar donde funcionaban los baños, se puede ver hoy una rústica instalación, un galpón techado que lleva décadas intacto, rodeado de vegetación y en cuyo interior se observa el agua brotar desde las grietas del suelo rocoso. |
Estación 2: Parque los Dominicos
Ubicada hacia el Norte está el Parque los Dominicos, que deriva su nombre de la ya mencionada iglesia San Vicente Ferrer, o “Iglesia de los Dominicos” para los amigos. Este mismo nombre denomina a una calle contigua y la estación terminal del Metro, cuya salida emerge en el parque mismo, cuales respiraderos de una larga y ajetreada serpiente.
El parque se encuentra en la encrucijada de varias avenidas importantes. Sin ser espectacular, es un lugar acogedor, con características diferentes y complementarias al Parque Santa Rosa. Carece de rejas perimetrales o letreros restrictivos. Cuenta con una pista de patinaje artístico, juegos sobre maicillo, zona de máquinas de ejercicios y grandes explanadas de pasto, además de un amplio espacio para la feria libre.
En vista de la importancia del sitio para la comuna, la Municipalidad de Las Condes desarrolló un proyecto de renovación integral, que terminó de construirse en el 2021. Este incluyó mayores paseos y senderos, mejora del equipo existente y la adición de 12 mil m2 con árboles y plantas, para completar 75 mil m2 totales de fotosíntesis urbana.
Se puede disfrutar de la falta de vías vehiculares y privilegio del tránsito peatonal. Existe un espacio para la feria en el sector de estacionamientos (suroriente), así como una instalación removible que permite su utilización para estacionar durante la semana. Hay además una variedad de juegos infantiles, máquinas de ejercicio, un paseo apto para ciclistas, baños públicos subterráneos y una explanada inclinada a la iglesia.
Estación 3: Pueblito de los Dominicos
El Pueblito los Domínicos, Zona Típica de Santiago, nació en los '80 para albergar espacio de exposición y venta para artesanos y artistas. Se materializó aprovechando las antiguas e históricas construcciones de establos y bodegas emplazadas en la zona, a un costado del templo, para construir 27.000 m2 de terreno. El conjunto, en un comienzo llamado “Los graneros del Alba”, se levanta en arquitectura simple, de barro y paja según las costumbres locales de antaño, y se ha expandido como respuesta al crecimiento artesanal y artístico.
Ubicado en el corazón de la comuna de Las Condes, es un atractivo familiar y turístico que promete un ambiente tranquilo y seguro. Ofrece un lindo paseo para cualquier día de la semana, que permite conocer artesanía chilena y comer comida típica, ya sea una enjundiosa empanada, un pastel de choclo o (un no tan chileno) helado. El recorrido se encuentra bien señalizado, conformado por una sola ruta, que facilita ver todos los locales sin necesidad de planificación. El trayecto termina en Calle de las Flores, en un puesto que ofrece maceteros, plantas, hierbas y flores, y que se enfrenta, a una pileta de agua rodeada de flores que despide a los visitantes.
Este verdadero pueblito a escala alberga a un gran número de artesanos y artistas que venden y elaboran sus creaciones a vista del público. Las obras son realizadas en su mayoría a mano y representan la amplia geografía de este elongado país. Actualmente y bajo la administración de la Corporación Cultural de la Municipalidad de Las Condes, se ha implementado un proyecto de desarrollo que involucra tanto la artesanía como la inclusión de la historia, el teatro, las artes visuales, música, gastronomía y todo lo relacionado con la difusión de la tradición chilena. De tal forma, el pequeño pueblito que naciera albergando a unos cuantos artesanos, hoy se conoce como Centro Artesanal Los Dominicos.
Los 160 talleres ofrecen madera, retablos, orfebrería, telas, antigüedades, plantas, aves, pintura, vidrio, entre otros. Para no enredarnos con tanta diversidad, es posible agrupar los productos en seis grandes categorías:
Artesanía
Se distingue la joyería, de metales, orfebrería y piedra. Aquí llegan turistas de todos lados buscando especialmente joyas de plata y lapislázuli. Las rocas para la creación de la joyería se extraen de los yacimientos al norte de Chile y luego se trabajan en Santiago.
Textil En esta categoría se encontrarán en gran cantidad mantas y tejidos mapuches. También existen locales que exhiben carteras de cuero, chalecos, telares y objetos artesanales con modelos exclusivos que sólo se pueden encontrar en este lugar.
Decoración Existe una gran cantidad de locales con variedad de técnicas artesanales. Por ejemplo, se puede encontrar un local que trabaja con frutas seccionadas e incorporadas a vasos, copas, posavasos y jarrones. También cerámicas hechas a mano, artesanía en cobre y muebles de mediano tamaño hechos en madera. También existe un par de locales con juegos de maderas hechos ahí mismo.
Servicios En el interior del Pueblito de los Dominicos encontrarás también kioskos y restaurantes que entregan un variado menú, enfocado en la comida típica chilena, donde puedes probar un típico mote con huesillos, unas empanadas, jugos naturales, etc. El Pueblito, también cuenta con baños bien mantenidos y zona de información al cliente.
Animales Lo que captura la atención de los niños son los locales que exhiben aves, conejos, loros y cuyes (el famoso conejillo de Indias). Luego del primer salto sobre el pequeño riachuelo que circula a través del pueblito, se encuentra la pajarera, otro distractor para los peques aburridos de tanto cacharro y de tanto plutón ígneo de hace 24 millones de años.
Arte Existen locales que cuentan con pinturas o fotografías a la venta. Hay además una sala de exposición y sala de teatro. Todos los fines de semana a las 16hrs se muestran obras de teatro para niños. Cartelera.
Otro de los méritos del pueblito es que algunos locales, además de vender, promueven la enseñanza de su arte:
- Clases de pintura: Local 54 (Taller Armonía) y 172 (Academia Rastros).
- Clases de Vellón agujado, telar y crochet: Local 147 (Taller Mahuida).
- Clases de modelado en greda: Local 82 (Taller Caryan)
- Clases de orfebrería para principiantes: Local 43 (Taller Orfebrería).
- Clase fotografía análoga y digital: Local 88 (Clase de fotografía).
Para horario, contacto y precios de las clases ver Escuela de Artesanos.
Estación 4: Museo de Cera
A la entrada del Centro Artesanal Pueblito Los Dominicos, en Apoquindo 9085, se emplaza el Museo de Cera de Las Condes, primero de su tipo en el país. Vale CLP$5000 (US$ 5.2 as of November 2024) y la mitad para estudiantes. Tarjeta Vecino Las Condes, niños de 6 a 12 años y estudiantes gozan de un 50% de descuento. Además, clientes BCI o miembros de Club La Tercera pueden acceder a un 20% de descuento. Menores de 6 años, al gratín :)
El museo, ubicado en lo que solía ser una bodega de 600 m2 de la Iglesia San Vicente Ferrer, fue inaugurado en 2019 tras desembolsar $720 millones. El espacio permite conocer a escala real figuras destacadas de la historia del país: políticos, personas del espectáculo, deportistas y representantes de la cultura. Alberga 45 figuras de cera creadas por el escultor Rómulo Aramburú y su equipo. Fue desarrollado en coordinación por la Corporación Cultural y la Corporación de Educación y Salud de Las Condes, junto con el auspicio de BCI.
En su inauguración, el museo fue objeto de ácidas críticas, a pesar del intenso trabajo y de los costos de adecuación del recinto exigidos por el Consejo de Monumentos Nacionales. Varias de las 35 esculturas preparadas para el debut fueron víctima de sorna inclemente. En especial en las siempre despiadadas redes sociales, no hubo conmiseración. El espacio fue catalogado por la Sociedad de Escultores chilenos (Soech) como "de dudosa propuesta estética" y donde se muestra "lo kitsch y la vulgaridad en su expresión más bizarra". Lo más gracioso fue la representación del humorista Stefan Kramer, cuya frente era tan gigantesca que parecía víctima de deformación craneal como la que practicaban los indígenas atacameños.
Cada cual es libre de emitir sus opiniones, pero no puede soslayarse que las vilipendiadas figuras demandaron un largo trabajo de antropometría, modelaje, estudio de expresiones e investigación histórica. En respuesta a la polvareda digital, la inauguración fue aplazada para retocar las piezas e incorporar otros personajes como Lautaro y Caupolicán. Se concede un lugar especial a San Alberto Hurtado y Santa Teresa de los Andes, quienes son homenajeados en el museo.
El Museo de Cera fue reestructurado para sumar paneles con pantallas táctiles, rampas de acceso, y más importante, aire acondicionado para mantener una temperatura de no más de 22° C y evitar que la cera transforme las figuras en una suerte de versión chilensis del Ecce homo que restauró aquella anciana española
35 esculturas del debut:
Presidentes y personajes históricos de Chile | Deportistas y comentaristas deportivos | Figuras del espectáculo y la televisión | Poetas | Santos |
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Pedro de Valdivia | Marcelo Ríos | Héctor Noguera | Pablo Neruda | San Alberto Hurtado |
Mateo de Toro y Zambrano | Érica Olivera | Delfina Guzmán | Gabriela Mistral | Santa Teresa de Los Andes |
José Miguel Carrera | Tomás González | Coco Legrand | ||
Bernardo O’Higgins | Carlo de Gavardo | Luis Jara | ||
José Joaquín Prieto Vial | Manuel Pellegrini | Bombo Fica | ||
Diego Portales | Julio Martínez | Rubén Campos | ||
Manuel Bulnes | Sergio Livingstone | Antonio Vodanovic | ||
Manuel Montt | Felipe Camiroaga | |||
Arturo Prat | Cecilia Bolocco | |||
Arturo Alessandri Palma | ||||
Pedro Aguirre Cerda | ||||
Eduardo Frei Montalva | ||||
Patricio Aylwin | ||||
Eduardo Frei Ruiz-Tagle | ||||
Michelle Bachelet | ||||
Sebastián Piñera |
Estación 5: Iglesia San Vicente de Ferrer
A un costado, abarcando todo el sector del museo, se encuentra la Iglesia de Los Dominicos, o Iglesia de San Vicente Ferrer para los no-amigos. Es propiedad y sede de la parroquia de la Orden de los Dominicos Recoletos.
La Orden de los Predicadores, conocida coloquialmente como "Dominicanos" fue fundada por Santo Domingo de Guzmán y aprobada por el Papa en 1216. Se les conoce también como los Domini-Canis, los "perros de Dios" en latín. La tradición oral (evidentemente apócrifa) nos enseña que la madre de Santo Domingo, embarazada del futuro santo, soñó con un perro blanco con negro, con una antorcha prendida en la boca. A dondequiera que fuera el perro, la tierra se incendiaba. Esta "visión" habría sido cumplida por Santo Domingo, vestido de negro con blanco, encendiendo el mundo con el anuncio del Evangelio. También se dice que esto de los perros de Dios se debe a su fidelidad y obediencia a la Iglesia, y hay quien los relaciona con la activa participación de la orden en la Inquisición.
La iglesia que aquí nos convoca homenajea al dominico español San Vicente Ferrer (1350-1419), taumaturgo y predicador en plazas, caminos y campos a la usanza medieval. Lo apodaban "ángel del Apocalipsis" porque era habitual que en sus sermones hablara del Juicio Final y que anunciara la inminente llegada del Anticristo. Una multitud lo acompañaba en sus periplos, incluyendo un séquito de flagelantes que se azotaban como purga de sus pecados. San Vicente solía desplazarse a lomo de burro.
La capilla, representante de la simpleza propia del estilo colonial y refaccionada por los dominicos, presenta estructuras rectilíneas simples con muros de adobe aparejado, carpintería de madera, altos techos vigados y pisos de arcilla cocida. La iglesia es de volumen simple, consta de una sola nave alargada, con dos torres simétricas de planta cuadrada levantada a ambos lados del acceso que remata con cúpulas revestidas de cobre, que evocan el arte bizantino. El interior tiene 4 arcos de medio punto, muros de adobe, techumbre de madera, rejas de fierro forjado y pavimento de arcilla, y está decorada con cuadros coloniales de santos dominicos y de la Virgen del Rosario.
Estación 6: Mall Alto las Condes
Por avenida Padre Hurtado hacia el Norte se encuentra el Mall Alto Las Condes, centro comercial de la propiedad de CENCOSUD. Inaugurado por Horst Paulmann en octubre de 1993, en lo que significaba la primera inversión de este tipo de semejante envergadura. Debido a su excelente ubicación, en la unión de las comunas de Vitacura con Las Condes, recibe unas 20 millones de visitas al año. Tiene 231.000 m2 construidos y 5.000 estacionamientos.
Horst Paulmann, fundador del holding Cencosud (la mayor cadena de retail en Latinoamérica) y quien se ubica entre los cinco hombres más ricos de Chile a pesar de no haber asistido a la universidad, es un empresario alemán-chileno. Su padre, Karl Werner Paulmann fue miembro del partido nazi y Obersturmbannführer (“jefe superior de unidad de asalto”) de las siniestras SS. Esto condujo a la familia a huir de Alemania tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, cruzando los Alpes con dirección a Italia en 1946, para luego continuar a Argentina en 1948. Horst, con 13 años, trabajó como telefonista en Buenos Aires y luego fabricando juguetes de madera. Sin embargo, no perduró mucho la aventura platense: el padre de familia era buscado en Argentina.
Los Paulmann huyó a Chile en 1950 y se instalaron en Temuco. El padre consiguió un puesto como concesionario del Club Alemán, y en 1952 la familia compró el restaurante Las Brisas, que luego transformaron en supermercado, uno de los primeros del país. A partir de entonces, y tras la muerte de su padre, Horst y su hermano Jürgen levantaron una serie de cadenas supermercadistas. Entre ellos, el primer hipermercado en la Av. Kennedy, núcleo fundacional del futuro Mall Alto las Condes.
Este mall fue construido en el lugar que ocupara el primer Jumbo del país. Al momento de su inauguración se consolidó como el centro comercial más grande de Chile. Entre 1995 y 1999 el mall cobró fuerza como uno de los lugares más pujantes, cuando albergó la primera tienda de J. C. Penney en Chile, una popular cadena de tiendas departamentales de Estados Unidos.
Actualmente el mall posee más de 200 locales comerciales, patio de comidas, salas de cine (Cinemark), tiendas por departamento, centros de entretenimiento familiar, un supermercado Jumbo (el viejo fundador, en versión remodelada) y un centro médico. Entre sus atractivos, destaca el Mirador ubicado en el tercer piso, que cuenta con 17 restaurantes (esto aparte del patio de comidas poblado por adolescentes con espinillas en busca de comida rápida) y una vista panorámica de la comuna de la Condes.
Para los extranjeros, attenti al lupo: el mall ofrece un programa de descuentos en 100 tiendas asociadas, con un 10% a un 30%, exclusivo para turistas extranjeros, el Alto Tourist, que requiere inscribirse en la web o en Servicio al cliente (ubicado en el segundo nivel del mall) para recibir su tarjeta.
Si no eres de Santiago y visitas por primera (y posiblemente última) vez, aquí van un par de ideas. “Zara Home” cuenta con solo tres tiendas en el país y alrededor del 70% de sus productos son textiles, los que se complementan, con objetos de decoración y menaje. Otra tienda llamativa es “Cachemiras”, en operaciones en el mercado chileno desde 1975, entregando un producto de diseño exclusivo y confeccionado con materia prima de las mejores hilanderías del mundo (aunque no es para billeteras tímidas). Y definitivamente, debes conocer “Rupestre”, que ofrece productos que alardean de ser sustentables a través de una comunidad de artesanos y que solo se encuentra en este mall.
Hay bicicleteros (acceso por Gilberto Fuenzalida y Padre hurtado), casas de cambio, cargadores inalámbricos (solicitar en servicio al cliente, nivel 2), sala de lactancia y mudador (nivel 2), cajeros automáticos en todos los niveles, sillas de ruedas, coches y carros eléctricos (Servicio al cliente).
Estación 7: Cerro Calán y Observatorio Astronómico Nacional
Observatorio Astronómico Nacional
El Cerro Calán, de 868 metros de altitud, 134 de altura, y una superficie de aproximadamente 56 hectáreas, es uno de los 27 cerros isla de la capital chilena. Reconocido por sus sesenta años de tradición astronómica, en la cima se encuentra el Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile (FCFM) y el Observatorio Astronómico Nacional (OAN). El OAN se reconoce por sus tres cúpulas diseñadas por los arquitectos Isidoro Latt Arcavi y Enrique Marchetti Rolle, construidas entre 1956 y 1962, y suma además un radiotelescopio de 1,2 metros de diámetro, capaz de detectar monóxido de carbono interestelar.
El OAN es evidencia de la etapa temprana de la astrofísica en Chile, cuya zona norte es hoy reconocida como un territorio inmejorable para la investigación y observación de astros desde el hemisferio sur. La instalación de este observatorio en Santiago, de mayor envergadura de aquel situado en el Cerro San Cristóbal abrió un nuevo campo de investigación, y engrosó el patrimonio científico y cultural del país. Cada año, durante el Día del Patrimonio Cultural en mayo, abre sus puertas de manera gratuita al público.
Debido a la contaminación lumínica y atmosférica actual en la región, ya no es posible hacer observaciones de carácter profesional en el Observatorio. Su funcionamiento se reduce a un lugar de investigación, recepción de datos y de turismo astronómico. La verdadera expansión de la frontera del conocimiento acaece en los observatorios del norte, tales como el Observatorio Paranal, La Silla y Observatorio Interamericano Cerro Tololo, entre otros.
Es ideal como ultima parada de la ruta ya que cuenta con un programa de visitas nocturnas guiadas, a las 19:30hrs, los martes para el público general, con un valor de entrada de CLP$3500 (US$ 3.6 as of November 2024). En la visita se dan a conocer las instalaciones, la historia de la astrofísica en Chile y se realizan observaciones astronómicas básicas.
Parque Cerro Calán
Además de las actividades científicas y del espectáculo pirotécnico que la Municipalidad realiza cada año nuevo, el cerro Calán se mantiene sin visitas durante el año, a excepción de una serie de usos espontáneos informales. Por eso, en octubre de 2019, el Alcalde de Las Condes y el Concejo Municipal, en colaboración con la Universidad de Chile y la Fundación Cerros Isla, impulsaron un concurso de arquitectura y paisajismo con el fin de recuperar esta mota topográfica y convertirla en un parque abierto para uso recreacional, deportivo y educativo. Como era esperable, no escasó el entusiasmo y se recibieron 52 propuestas.
Con obras proyectadas para 2021, y con una inversión total de CLP$7000000000 (US$ 7284079.1 as of November 2024), se impuso “Cerro Calán, parque natural de la observación”, propuesta liderada por la arquitecta Paula Livingstone. El proyecto busca mejorar las vías que conectan los accesos con el Metro y estaciones de buses, a través de arborización, veredas amplias, pasos peatonales y accesibilidad universal. Incorpora además nuevos estacionamientos alrededor del cerro para los visitantes, y el ensanche de las calles Paul Harris y Charles Hamilton, para habilitarlas como un paseo peatonal, una ciclovía y un pequeño café.
El proyecto ganador cumple con los lineamientos de diseño que permiten la construcción del parque a través de etapas, comenzando con el llamado “camino cintura” (o anillo cintura), un recorrido horizontal peatonal de 2 kilometros ubicado en la cota 800, que recorrerá todo el contorno del cerro y permitirá una gran panorámica de Santiago. Además, propone una serie de plazas a lo largo del paseo de borde y la incorporación de 12 “hitos” de observación de la naturaleza, centradas en tres áreas de la ciencia: Astronomía, Geología y Ecología. El camino cintura quedará conectado a una ruta verde con los grandes parques de la comuna.
Posibles extensiones del paseo: Monasterio Los Benedictinos
El Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes, o Monasterio de los Benedictinos para quienes no tienen tiempo de andar pronunciando 22 sílabas, es un recinto católico declarado Monumento Nacional de Chile en 1981. Su origen se remonta a 1916, cuando el Padre Juan Subercaseaux, por entonces estudiando en Roma, conoció a los benedictinos franceses de Solesmes, de donde tomó la idea de fundar un monasterio en Chile.
El Monasterio se instaló en forma temporal en la chacra Lo Fontecilla, desde la cual se mudó al lugar que ahora ocupa el Hospital de la Fuerza Aérea.
La comunidad benedictina logró consolidarse y, con el apoyo de la abadía de Beuren en Alemania, se instaló en el cerro Los Piques en la calle Montecasino N°960, su actual sitio.
Hubo varios proyectos para la construcción del monasterio. Uno fue un concurso privado cuyo ganador logró construir solamente las celdas y una capilla provisoria. Le siguió un proyecto de la Universidad Católica de Valparaíso, que buscaba reformular el anterior y crear un diseño para el monasterio y la iglesia. Resultó muy ambicioso para las pretensiones de los monjes y no se concretó.
Luego de un largo debate, la orden decidió entregar la tarea a Martín Correa y Gabriel Guarda, dos monjes arquitectos que formaban parte de su comunidad. Pese a su juventud e inexperiencia, los monjes asumieron el diseño de todo el conjunto, luego de realizar un detallado estudio sobre las condiciones de luz con que querían dotar al templo. La propuesta fue ejecutada entre 1962 y 1964, y dio lugar al formidable espacio que hoy engalana la precordillera.
La Iglesia fue desarrollada a partir de una configuración moderna de volúmenes simples que se caracterizan por la forma en que son penetrados por la luz. Sus figuras principales son dos volúmenes cúbicos blancos, que se interceptan en su eje diagonal y se acompañan de una serie de volúmenes menores que articulan el total. Estas figuras conforman el espacio principal, conteniendo por un lado el altar, y por el otro, el espacio donde se ubican los fieles. Un cubo remata la obra a modo de campanario, proyectando la sombra de este conforme va transcurriendo el día.
El recorrido envolvente de los espacios de esta obra es fundamental para su comprensión. La llegada al monasterio es a través de un acceso bastante extenso que va ascendiendo por una curva suave en la ladera del cerro, que permite divisar al final la iglesia. El acceso al templo se realiza a través de una rampa ascendente a modo procesional, conducente a la zona donde se encuentra la moderna escultura dedicada a la Virgen María con el Niño Jesús. Al ascender, se puede apreciar como la arquitectura va descubriendo al espectador el espacio interior de la iglesia, hasta llegar a la parte superior, donde se puede apreciar de forma completa la nave.
El templo casi no cuenta con decoración. Su diseño se remite al juego de luz natural que traza su arquitectura y sus muros de hormigón blanqueados a la cal, dejando a la vista la huella del encofrado. Y a diferencia de las iglesias tradicionales, el nicho de la Virgen (decoración principal), es convexo y la escultura se sostiene en un voladizo.
Este monasterio se encuentra abierto para visitar de Lunes a Domingo en todo el día. Su horario de misa de Lunes a Sábado es a las 07:00hrs y los Domingos a las 10:00hrs.
¿Sabías que? : El siempre provocador Alejandro Aravena, el único arquitecto chileno que ha ganado un Premio Pritzker, "el Nobel de la arquitectura", decía que en Chile "hay solo tres obras: la CEPAL, el Edificio COPELEC de Chillán y el Monasterio Benedictino |
{{En el siglo VI, San Benito fundó la orden que lleva su nombre, y escribió las reglas monásticas básicas. Éstas modelarían buena parte de la vida religiosa de todas las órdenes durante las siguientes centurias. No solo detallan las abnegadas oraciones antes incluso de despuntar el alba, sino que definen el andamiaje administrativo y espiritual de las comunidades de monjes y sus abades. Estos preceptos definen asuntos como la rigurosa rutina de los monjes: “raras veces se debe conceder, ni aun a los discípulos perfectos, por lo importante que es el silencio, licencia para hablar, aunque sea de cosas buenas, santas y de edificación”. O cuestiones más domésticas: “el vino es totalmente ajeno a los monjes; pero como en nuestros tiempos no se les puede persuadir de esto, convengamos a lo menos en que beban algo, pero en corta cantidad […] porque el vino hace apostatar hasta a los sabios”. En inglés noon denota el mediodía por las nones, la novena hora de luz, las 3 P.M., en que se rezaban las plegarias.}}
Recomendaciones
- Recorrer la ruta con tiempo, se aconseja destinar todo el día.
- Disfrutar en el horario de almuerzo una rica comida en el Pueblito los Dominicos. Y, en la siguiente parada, un refrescante postre en las heladerías “Palettas” o “Freddo” del Mall Alto las Condes.
- Antes de comenzar la ruta, revisar el recorrido, especialmente si es en transporte público.