Pese a su reciente data, el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) es tal vez espacio más icónico de Santiago en su tipo. Se focaliza en entregar acceso a la cultura, la formación de audiencias y encuentro entre personas. Cuenta con 22 mil m2 con 10 salas para presentación y ensayos de artes escénicas y musicales, además de dos salas de artes visuales, un estudio de grabación y biblioteca con salas abiertas para estudiar. El primer piso está abierto a la ciudadanía, y conforma plazas de uso libre que permiten el tránsito fluido, la instalación de ferias y la permanente presencia de adolescentes con ínfulas de Tony Manero.
Este edificio es tremendamente simbólico por su rol en la historia reciente de Chile. Se construyó a matacaballos para acoger la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas de 1972, UNCTAD III. Antes se había evaluado, entro otros lugares, techar la cúpula del Parque O'Higgins (hoy Movistar Arena), por entonces inconclusa y sede extraoficial de ratones y arañas.
Fue proyectado por los arquitectos José Covacevic, Hugo Gaggero, José Medina, Juan Echenique y Sergio González Espinoza. En los dos pisos superiores de la torre, Allende pidió expresamente que se le construyera un departamento habitacional, pues él nunca dormía dos noches seguidas en el mismo lugar.
El edificio fue construido en partes iguales por voluntarios y por obreros contratados. Era considerado un hito latinoamericano de modernidad arquitectónica y utopía constructivista. Ante el ritmo demoledor y la renuncia los jefes de obra, los arquitectos terminaron metidos en la construcción misma, casi como capataces. Para los tijerales, Allende ofreció poner el vino con tal que la empresa constructora pusiera la carne, cuatro parrillas con un animal completo en cada una. Para desconcierto de los obreros, se les puso como condición que asistieran con sus esposas, una exigencia muy inesperada para una fiesta que la tradición mandaba que acabara en borrachera. La Alameda fue cerrada para dar paso a este mega-asado de 3500 asistentes.
En medio de la construcción visitó un inspector de Naciones Unidas y dijo que no estaría a tiempo "ni llorando", de acuerdo al recuerdo de Gaggero. Pero se logró. Fue construido en un tiempo récord de 275 días. Una vez que el encuentro terminó, el edificio pasó a manos del Ministerio de Educación bajo el nombre de Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral y funcionó como espacio de encuentro ciudadano.
A tres meses del Golpe Militar, debido a las deplorables condiciones en las que quedó La Moneda tras el bombardeo, el edificio se transformó en la nueva sede de gobierno. No solo era simbólico el cambio de uso: fue renombrado como Edificio Diego Portales, en honor al superministro de la década de 1830, la máxima expresión del orden y el imperio de la ley. Desde luego, fue clausurado al público. Se enrejó el perímetro y las obras de arte fueron retiradas (y en algunos casos destruidas). Pinochet pasó a ocupar el departamento de los dos pisos superiores.
En 1981 Pinochet se desplazó a La Moneda restaurada, pero el almirante José Toribio Merino siguió ocupando el Diego Portales como sede del poder legislativo. Fue a la salida de este edificio donde ofreció a los periodistas buena parte de sus incendiarias declaraciones, tales como que los bolivianos eran "auquénidos metamorfoseados que aprendieron a hablar, pero no a pensar". Luego, en 1988, se anunció aquí la decisión de la ciudadanía de volver a la democracia tras el plebiscito.
En democracia, el edificio mutó a centro de eventos y convenciones, y la torre se transformó en sede del Ministerio de Defensa. Cuando Michelle Bachelet asumió como ministra de defensa durante el gobierno de Ricardo Lagos, no tenía idea de que contaba hasta con una cama, la misma que empleara el responsable último de las torturas que ella había sufrido en Villa Grimaldi.
En 2006, el periodo de centro de convenciones llegó a su fin. Un incendio destruyó gran parte del edificio:
Fue la destrucción la que impulsó la idea de retrotraer el inmueble a su sentido original y devolverlo a la ciudadanía como centro cultural.
Es habitual que en el gran patio central haya exposiciones y actividades. Es también muy interesante observar a los energéticos grupos de coreografías. Tanto en el extremo oriente como en el flanco norte y en la plazoleta ubicada a menor altura, en la tardes se congrega un gran número de jóvenes a practicar sus pasos de baile. Es un fenómeno de data muy reciente, pero muy bien asentado. También es posible observar en ocasiones a grupos que imitan caballeros Jedi, con sables láser ficticios.
Actualmente está en curso la construcción de la segunda etapa del proyecto, que cuenta con un teatro con capacidad para 2 mil personas.
En qué fijarse :
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