Universidad de Santiago y Villa Portales
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Descripción General
Época y/o horario adecuado
Acceso
En vehículo propio
En transporte público y autostop
Descripción de la ruta
Estación 1: Estacion Central
Chile no estuvo ajeno a el proceso global de la Revolución Industrial y los avances tecnológicos que impuso, así es como en el año 1851 comenzó el funcionamiento de la Compañía del Camino Ferro-Carril de Copiapó, empresa constructora de William Wheelwright, la cual desarrolló el ferrocarril Caldera-Copiapó, la primera vía férrea nacional y la tercera de Sudamérica. Su construcción se debió al auge de la minería de la plata y significó el inicio de una serie de inversiones en transporte, marcando un hito en la historia nacional.
Con miras a la inauguración del ferrocarril Santiago-Valparaíso en 1863 y los fondos aprobados para la construcción de la vía férrea Santiago-Curicó,llevaron a la construcción del primer y primitivo edificio que sería la Estación Central, siendo este finalizado en 1857 e iniciando sus funciones el 15 de septiembre del mismo año, con la inauguración del tramo Santiago-San Bernardo por el entonces presidente Manuel Montt.
El autor de este primer edificio se desconoce, sin embargo, se puede inferir que su programa arquitectónico debe haber determinado su diseño, y este no debió haber diferido de sus equivalentes en Europa y Estados Unidos. Respecto al programa, la obra debió de disponer de un espacio cubierto propio de una estación término que albergaba los trenes y andenes, zonas de acceso, boleterías, salas de espera y oficinas en general para la administración de la estación.
Afortunadamente el ahora arquitecto José Miguel Oyarzún realizó el dibujo planimétrico de lo que habría sido este edificio basado en fotografías y textos, su obra fue representada en su seminario “Estación Central” en el Departamento de Historia y Teoría de la Arquitectura en la Universidad de Chile, y hoy nos permite interpretar sus componentes arquitectónicos para la escritura de esta reseña.
El primer edificio estuvo compuesto por tres volúmenes, uno central que correspondió a los andenes y dos laterales presumiblemente utilizados para oficinas y servicios. El volumen principal de la obra, el área de los andenes, correspondió a una estructura metálica cubierta, cuyas cerchas estaban diseñadas a partir de perfiles metálicos esbeltos y un tirante de sección circular. Esta techumbre descansaba sobre pilares metálicos en sucesión, los cuales junto con los juegos de rejas y frontón, conformaban sus cuatro pórticos de acceso.
Este fino y ligero trabajo en metal de su estructura central definió su jerarquía, opuesta a los otros dos volúmenes laterales macizos, cuyo ritmo de sus vanos y llenos asemejaba a la tipología arquitectónica Neoclásica, sus fachadas poseían una incipiente ornamentación, la cual se concentraba en los arcos de medio punto y remates de sus vanos. La comunicación entre sus fachadas y el exterior se daba a través de un recorrido perimetral que contenía al conjunto, al parecer este corredor habría estado conformado por arcos de medio punto que descansaban sobre pilares de orden clásico rematados por una balaustrada.
Años después de su finalización se debieron agregar dos galpones extras al costado de los primeros, de diseño similar para albergar el naciente ferrocarril Santiago-Valparaíso, a la vez, se debe mencionar la ampliación de las líneas férreas hacia la Estación de San Fernando, proceso iniciado en 1856 y finalizado en 1863, siendo clave para la conquista ferroviaria del sur. Este primer edificio actuó como un nodo de desarrollo ferroviario nacional comenzando a potenciar lentamente la urbanización del sector, intercambiando su carácter rural por el de un sector comercial, donde abundaba la industria hotelera y residencial, convirtiéndose en el umbral de Santiago para aquellos provenientes de Valparaíso.
En 1884, la infraestructura de la antigua Estación Central ya no respondía a los estándares arquitectónicos de la época, es por esto que bajo iniciativa de Eulogio Altamirano, el primer director de la Empresa de Ferrocarriles del Estado presentó un proyecto de ampliación, reemplazando sus antiguos galpones por dos hangares de acero unidos por una torre y enmarcados por dos edificios idénticos.
En detalle, esta ampliación antepuso dos nuevos volúmenes que contenían los hangares, estos miraban hacia la Alameda y cumplían la función de boletería y oficinas generales para la estación. Ambos edificios que se conservan hasta hoy fueron proyectados bajo un vocabulario formal Historicista de carácter monumental. Los dos hangares se apoyaban lateralmente en los nuevos edificios mediante sus estructuras metálicas, además de un apoyo central que consiste en una torre reloj, representada como un elemento central y jerárquico en el frontis del conjunto, equilibrando la volumetría que lo compone.
En 1897, cuando Ramón García R. era director general de la Empresa de Ferrocarriles del Estado se organizó una nueva intervención hacia el segundo edificio. Se reemplazaron las dos estructuras de techumbre y la torre intermedia por una gran estructura de acero, diseñados y construidos en las usinas Schneider-Creusot del pueblo borgoño de Creusot y abarcó 158 metros de largo, 48 de ancho, 25 de alto y 16 arcos. En forma complementaria se construyeron cerchas secundarias que se apoyan directamente en los muros laterales, la ornamentación en acero se concentra en la primera cercha de la fachada principal, donde un reloj y dos figuras de leones coronan su cumbre, su construcción duró seis meses y hasta hoy cubre todo el sector de los andenes. Los dos volúmenes que enfrentan la Alameda se mantuvieron y se construyeron dos alas laterales, en donde se ubicaron las oficinas generales, las boleterías y las salas de espera. A la vez, durante esta remodelación es posible que se hayan reemplazado las alas laterales provenientes del primer edificio, estableciendo los actuales, que se mantienen concordes en expresión formal y tipológica con los volúmenes de la fachada hacia la Alameda.
Se debe mencionar que debido a la introducción del automóvil al país, en el costado lateral del edificio, hacia calle Exposición, se proyectó un nuevo acceso enfatizado por un espacio específicamente diseñado para el arribo de coches, quitándole importancia al acceso principal por Alameda, sin embargo, con la inauguración de la Plaza Argentina, este vuelve a recuperar su jerarquía a través de la capacidad de la plaza para recibir y concentrar público. Poco después de la inauguración de la Plaza Argentina, la Estación Central fue conectada con las estaciones Yungay y Mapocho, poniendo en marcha parte del proyecto de la Circunvalación Santiago impulsado por Vicuña Mackenna.
En 1980, la Empresa de Ferrocarriles del Estado inició un proceso de remodelación en las alas oriente y poniente de la estación, el proyecto comprometió los espacios circundantes agregando un área comercial referida a las actividades propias de la estación, con el fin de generar un implemento de apoyo para la revitalización del panorama ferroviario del sector, el cual se encontraba en decadencia desde la introducción del automóvil.
Esta simbólica construcción fue declarada Monumento Nacional por Decreto Supremo N º 614, el 29 de junio de 1983, en la categoría Monumentos Históricos.
En 1986 ocurre el cierre de la línea ferroviaria de Santiago-Valparaíso (y con ella las funciones de Estación Mapocho y la Circunvalación Santiago) tras el trágico Accidente de Queronque en febrero de ese año, donde ocurrió un choque de trenes a kilómetros de Estación Limache ocasionando la muerte instantánea de los pasajeros de los asientos delanteros de ambas máquinas. Hubo 58 muertos y 510 heridos, 111 de ellos graves.
El cierre de esta línea acompañada por el recorrido de Circunvalación Santiago acotó aún más las líneas férreas provenientes de Estación Central, limitando sus funciones a los servicios de pasajeros actuales, conectando las regiones de Santiago, O'Higgins, Maule, Ñuble, y en ocasiones, las regiones del Biobío y la Araucanía.
Estación 2: Planetario
Con cono truncado recubierto en cobre, es uno de los edificios más llamativos del Barrio Estación Central, el Planetario, es uno de los 50 centros audiovisuales de difusión astronómica más reconocidos internacionalmente, ubicado dentro del conjunto de la Universidad de Santiago, ofrece a los habitantes de Santiago una invitación para explorar más allá de la verdes y grises calles de la capital.
Su origen recae tras la donación de la República Federal de Alemania de un proyector estelar Carl Zeiss modelo VI (el único del mundo que operaría sobre una plataforma hidráulica con 4 niveles de altura) a finales de la década de 1960, bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva. El proyector cuenta con 160 lentes y pesa 2500 kilos, funciona reproduciendo sobre un negro absoluto más de cinco mil estrellas del hemisferio norte y sur, junto a elementos como la línea del Ecuador, constelaciones y cielos exactos vistos de cualquier parte del mundo, en cualquier periodo de tiempo.+
Posteriormente a mediados de la década de 1970, el equipo se traspasó desde el Ministerio de Educación a la Universidad Técnica del Estado (actual Universidad de Santiago de Chile) para que fuera instalado en su campus, sin embargo, permaneció almacenado en cajas al interior de la universidad por casi 15 años. Para 1982 el rector de ese entonces, Jorge O’Ryan Balbontín logra resolver durante el gobierno de facto del General Augusto Pinochet una licitación para iniciar su construcción.
El edificio se encargó al arquitecto Óscar Mac Clure Álamo y fue construido entre 1982 y 1984, siendo inaugurado oficialmente el día 14 de marzo de 1985, bajo la rectoría de Patricio Guada Tiffaine. La obra tiene una superficie de 4350 metros cuadrados y fue inspirada en las pirámides de Chichen Itzá, construidas por la Cultura Maya -notable por su conexión con los astros- bajo el concepto de lograr una conexión con el cielo al interior de una forma piramidal, lo que derivó al cono truncado que podemos observar actualmente y que aloja en su interior una cúpula donde funciona el renombrado proyector.
Entre 1996 y 1997, gracias al apoyo del gigante de la industria de cobre chilena, Codelco, y la asesoría técnica de la constructora Ñielol, se pudo revestir el simbólico cono truncado con planchas de cobre electrodepositado, tipo emballetado de junta alzada. Otorgando un factor estético y simbólico al edificio, remarcando su modernidad y el uso del cobre como mineral icono del país.
En 2013, se realizó en su interior una importantes renovación tecnológica, la cual implementó el sistema de proyección “Full Dome”, integrado por 8 proyectores de video Velvet, de la empresa Carl Zeiss. Convirtiéndose así en uno de los pocos planetarios mundiales que combina la proyección digital junto a su simulador análogo de estrellas.
El edificio alberga a su diverso público en tres salas, nombradas en honor a los científicos más importantes para la astronomía mundial:
- Sala Albert Einstein: Es la sala principal del Planetario, posee una forma circular y capacidad para 289 personas en butacas semi reclinables, en esta se presentan los eventos “Full Dome”, permitiendo al público viajar por los rincones del universo.
- Sala Isaac Newton: Es un auditorio con un escenario en altura, donde se proyectan los recursos para la realización de charlas, conversaciones y exposiciones multimediales, tiene una capacidad para 70 personas,
- Sala Nicolás Copérnico: Es un espacio semicircular donde se realizan charlas, talleres prácticos y conversaciones, disponiendo además, experimentos recreativos para acercar a los infantes a las ciencias físicas.
El Planetario funciona para público general solamente los Sábados, domingos y feriados de 13:30 a 17:00 horas y en horario de vacaciones de verano (1 de diciembre a 1 de marzo) de Martes a Domingo de 12:00 a 19:00 horas. Se debe mencionar que el Planetario consta con una nutrida y variada cartelera de funciones recreativas, puedes revisar la cartelera para planificar tu ruta en su sitio web].
Estación 3: Universidad de Santiago de Chile
Estación 4: Matta "Vivir enfrentando las flechas"
En el segundo piso de la Casa Central de la Universidad de Santiago de Chile, se encuentra un mural realizado por uno de los artistas más importantes que tuvo Chile del Siglo XX.
Roberto Matta, conocido como “Matta” a secas fue un pintor, arquitecto, humanista y poeta chileno, su importancia recae en su obra surrealista, siendo considerado como su último representante. El artista nació en el seno de una familia acomodada el 11 de noviembre de 1911 (uso esta fecha 11.11.11. con frecuencia durantes su carrera artística), estudió en el Colegio de los Sagrados Corazones de Santiago y fue vecino de Nemesio Antúnez. A inicios de la década de 1930 participó en protestas en contra del régimen del dictador Carlos Ibáñez del Campo, sin embargo, posteriormente realizó el servicio militar en el Regimiento Coraceros de Viña del Mar, reprimiendo las manifestaciones en las que antes había participado.
Realizó sus estudios universitarios en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile, siendo su tesis de título un proyecto llamado "La liga de las religiones", que consistía en bocetos de edificios con forma de mujer en diversas posiciones, mientras asistía a la universidad, Roberto fue parte de talleres libres en la Escuela de Bellas Artes, siendo alumno del pintor Hernán Gazmuri, destacado pintor chileno. Finalmente se titula en arquitectura en 1935.
Viajó a Europa donde conoció y se “enamoró” de Gabriela Mistral, incluso pidiéndole su mano y siendo rechazado. Durante su estadía en París trabajó en el taller del arquitecto Le Corbusier, quien conoció gracias a Roberto Dávila, reconocido arquitecto modernista chileno. A la vez, durante su tiempo en Europa conoció a André Breton quien lo estímulo e introdujo al movimiento surrealista parisino, donde trabó amistad con prominentes artistas contemporáneos europeos, como Pablo Picasso y Marcel Duchamp.
En 1938 pasó de dibujo a pintura en oleo, coincidiendo con su viaje y residencia en Estados Unidos hasta 1948, sus primeras pinturas, entre las que destacó "Invasión nocturna", dieron una indicación de la ruta artística tomada por el pintor. El trabajo de Matta agregó nuevas dimensiones a la pintura contemporánea, pese a su ruptura (por causas desconocidas) con el movimiento surrealista en 1947. Fue readmitido en 1959, pero su fama ganada es exclusivamente personal.
Vivió regularmente desde la década de 1960 en el pueblo italiano de Tarquinia, ubicado al norte de Roma, realizando viajes esporádicos a su país. En 1985 obtuvo la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes; en 1990, recibió el Premio Nacional de Arte; en 1992, se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y en 1995 obtuvo el Praemium Imperiale en la categoría de pintura.
Falleció en Civitavecchia el 23 de noviembre de 2002. Tras su fallecimiento, el presidente de Chile, Ricardo Lagos Escobar decretó tres días de duelo nacional.
El origen del mural se gestó durante la construcción de la Casa Central de la Universidad de Santiago de Chile en 1957, cuando el arquitecto Carlos García Huidobro, quien, junto a sus compañeros Bresciani, Valdés y Castillo, construían, paralelamente, la Universidad Técnica del Estado y la Unidad Vecinal Portales, gestionó la donación de un mural por parte del artista. El mural fue pintado por Matta al mismo tiempo que se construía la obra gruesa, generando una obra pensada para ese lugar desde sus inicios.
El viernes 3 de febrero de 1961, en el tercer piso de la Escuela de Bellas Artes, tuvo lugar una pequeña ceremonia de gran trascendencia en la historia de la Universidad de Santiago de Chile, cuando el artista plástico chileno más importante de todos los tiempos, oficializó la donación de su mural “Vivir enfrentando las flechas”. Desde 1971, la obra comenzó a adornar las instalaciones de la universidad, al establecerse en el Salón de Honor, en el segundo piso de su Casa Central, pero en 1973, tras el golpe militar el mural fue retirado de este salón y abandonado en los pasillos de la rectoría, posteriormente Carlos Ríos, ex dirigente estudiantil de la Universidad Técnica del Estado y director en ese entonces del Planetario, decidió rescatarlo y exhibirlo en el hall principal del centro audiovisual. Años más tarde, en 1988 el Rector Raúl Smith, decide regresar el mural “Vivir enfrentando las flechas” a su sitio original, donde permanece hasta el día de hoy.
Estación 5: Unidad Vecinal Portales
A mediados del siglo XX, Santiago contaba con 2 millones de habitantes y recibía las consecuencias de la inmigración campo-ciudad en busca de oportunidades laborales, creando las “poblaciones callampas”. Con motivo de solucionar la problemática habitacional surgente en la capital, comienza la masificación de las viviendas a través de nuevas tipologías que siguen el modelo socio-tipológico racionalista (reemplazando a la clásica arquitectura chilena de casas patronales), determinando un gran cambio morfológico en la urbanización subsecuente al crecimiento de la capital. A partir de esta época la manzana tradicional de damero de cien metros cuadrados comienza a perder su fuerza y se origina en contraparte un nuevo orden de estructura urbana, basado en la ocupación de los vacíos o áreas fronterizas abandonadas por la trama de la ciudad, a través de un nuevo orden de ocupación edilicia que creó una ruptura y una nueva morfología en el tejido de la capital.
Bajo este contexto en 1954 la Universidad de Chile vende sus terrenos limitantes con la Quinta Normal, donde antiguamente se ubicaba la Facultad de Ciencias Veterinarias y Agronómicas a la Caja de Previsión de Empleados Particulares, quienes encargaron el proyecto a tres sociedades EMPART (Ex Caja de Previsión de Empleados Particulares), las cuales se dividieron el terreno y se traspasó de zona de áreas verdes a residencial. Sin embargo, una de las sociedades encarga para la realización del proyecto en su terreno a la oficina de Bresciani, Valdés, Castillo y Huidobro, la que a la vez, propuso la utilización del paño completo, contemplando el emplazamiento sobre los tres terrenos divididos, por lo cual se llegó a un acuerdo con las otras dos sociedades y la oficina asumió responsabilidad absoluta.
La propuesta general desarrollada por los arquitectos consistía en la conservación de la mayor cantidad de área verde existente para ser reinterpretada con fines públicos, otorgando el equipamiento necesario para el desarrollo familiar sobre estas, permitiendo la inclusión de viviendas en altura para lograr satisfacer la necesidad de una densidad poblacional adecuada para la comuna.
Como fue mencionado anteriormente, las corrientes racionalistas fueron responsables de impulsar la construcción en altura con fines residenciales, estos movimientos llegaron a Chile a través de connotados arquitectos internacionales como Le Corbusier y Frank Lloyd Wright, entre otros. En el caso de la Unidad Vecinal Portales, una de sus principales influencias fue la arquitectura de Le Corbusier, quien proponía una construcción por medio de los principios racionalistas, donde a través de la ortogonalidad geométrica y la modular se creaba un espacio armónico.
Inicialmente el lugar de emplazamiento para la construcción por parte de las EMPART estaba destinado a casas particulares, sin embargo, el grupo de arquitectos al ver que el terreno se encontraba poblado de vegetación decidieron conservar la mayoría, proponiendo un recorrido a través de los árboles y convenciendo a las sociedades de crear sobre el terreno viviendas unifamiliares en altura, con el fin de respetar el verde existente. Fue así como se instauraron los inicios del movimiento moderno en Chile, la Unidad Vecinal Portales fue pensada como un espacio para vivir en comunidad en los espacios públicos, conservando cierta privacidad y la sensación de una vivienda unifamiliar.
Su diseño se basó respecto a tres postulados básicos:
- El cambio de escala en las estructuras del espacio cotidiano, determinando sus medidas bajo el concepto de habitante y los factores socioculturales que lo acompañaban y a la vez diversificar las escalas espaciales, respondiendo a las diversas escalas urbanas dispuestas por la metrópolis.
- La ocupación del espacio verde como un capital social en oposición a la figura del loteo que lo privatiza, siendo %80 de la superficie del terreno área verde, esta se organizarían en distintas jerarquías de espacio público, una con miras al valle de Santiago y la cordillera enmarcada por bloques de mayor altura; otra que busca entrar en diálogo con el entorno de Quinta Normal a través de bloques de cuatro pisos y la última el encuentro en la vida cotidiana, enmarcado por viviendas unifamiliares de dos pisos.
- El acceso controlado del automóvil para habilitar el nivel de suelo como reino del peatón y encuentro ciudadano.
El conjunto está compuesto por 19 bloques (1638 departamentos) y 302 casas, los cuales cumplen diversas funciones espaciales dentro del conjunto, los bloques de gran altura aumentan la densidad y delimitan el espacio de la obra, funcionando como muros, mientras que aquellos más pequeños fragmentan las hectáreas en porciones más pequeñas, sobre las cuales se despliegan las casas del conjunto que a su vez arman entre ellas plazuelas.
Los habitantes del conjunto, al ser de la clase obrera trabajadora, sus ideologías tendían a alinearse con las del movimiento político izquierdista, por esta razón, durante el gobierno de facto del General Augusto Pinochet, se vería en su mayor parte afectada, convirtiéndose en uno de los principales refugios de los allegados de izquierda, facilitando el escondite y huida a través del tamaño del conjunto y sus intrincados recorridos. En consecuencia, dentro del conjunto se realizaron diversos enfrentamientos, instaurando el sentimiento de inseguridad en sus habitantes, sus alrededores dejaron de ser utilizados con frecuencia y se perdió la habitabilidad del lugar, dejando secuelas a la actualidad.
Hoy, los espacios públicos de la unidad vecinal se encuentran en un estado de abandono, lo que ha dado lugar a que los mismos vecinos vayan ampliando sus terrenos adueñándose de parte de los terrenos destinados, en un principio, como áreas verdes.
En ruta : Cercano a la Unidad Vecinal Portales, al sur se encuentra el Estadio Usach, cuyos terrenos que antes pertenecían a la Quinta Normal de Arquitectura poseía el nombre de Estadio Universidad Técnica del Estado y tiene una capacidad de 3500 espectadores en su coliseo central, la obra puede interpretarse más bien como un centro deportivo, ya que, posee canchas de tenis, fútbol, hockey y multicanchas para deportes como volleyball, handball, etc. Además, se debe mencionar que el estadio es sede local de numerosos equipos deportivos de la universidad y de fútbol profesional, alojando los encuentros del conocido Santiago Morning. |
Estación 6: Escuela de Artes y Oficios de la Universidad de Santiago
Su creación se encuentra íntimamente asociada a las necesidades de desarrollo educacional del país que afloran a mediados del siglo XIX, convirtiéndose en una de las prioridades del gobierno, invirtiendo dineros públicos para la fundación de diversas instituciones como la Universidad de Chile, la Escuela Normal de Preceptores, la Academia de Bellas Artes, el Conservatorio Nacional y esta escuela. A la vez, se planteó la introducción de un modelo de enseñanza técnica práctica en el menor tiempo posible, con el fin de dotar al país de los profesionales e intelectuales necesarios para desarrollar la cultura y la industria en la naciente república, trazando la dirección que debía seguir el país hacia el progreso.
El 8 de agosto de 1849, el Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública encabezado por Manuel Montt, dictó un decreto firmado por el presidente Manuel Bulnes, mediante el cual se señalaba la creación y apertura de una “Escuela de Artes i Oficios de Santiago” enfocada en talleres de carpintería, herrería, mecánica y fundición, los cuales fueron complementando con otras cátedras en el transcurso del siglo, llegando a producir profesionales capacitados y herramientas y maquinaria agrícola e industrial de alta calidad.
Su primer director fue el ingeniero y pedagogo francés Pules Jaezar y la exigencia de estudiantes caía en jóvenes de 15 a 18 años con capacidad de leer, escribir y resolver problemas aritméticos. Al ingresar a la escuela, los estudiantes formaban parte de una intensa capacitación de cuatro años (aumentando a 5 en 1858) en la cual participaban en talleres de formación básica además de estudios de álgebra, geometría descriptiva, higrometría, dibujo técnico, mecánica industrial, física y química, sin mencionar los cursos y cátedras básicas que hoy en día siguen presentes. Al egresar, los jóvenes recibían la calificación de aprendiz.
La primera sede con la que contó la facultad fue ubicada en el Barrio Yungay en la esquina de las calles Catedral y Chacabuco, sin embargo, esta fue de carácter temporal, ya que en 1886 comenzó a ser construida la nueva sede de la Escuela, al sur de la Quinta Normal de Arquitectura.
Las obras fueron dirigidas por el arquitecto Víctor Villanueva y el ingeniero Luis Chardayre y se demoraron siete años hasta su inauguración oficial en 1893. La construcción se compone de dos volúmenes de uno y dos pisos, agrupados en torno a patios interiores, su estructura está realizada con albañilería de ladrillo unida por cal y arena, además de poseer vigas y pilares metálicos para resistir las fuerzas de tracción. La tipología arquitectónica predominante es Neoclásica, sin embargo, en sus patios interiores se puede apreciar la influencia de la arquitectura tradicional chilena, así como su arquitectura industrial decimonónica en sus estructuras metálicas.
En la segunda mitad del siglo XIX, su estabilidad institucional y su contribución al avance industrial del país permitieron que el reconocimiento a su labor de manera internacional, siendo declarada una de las escuelas técnicas más importantes de Sudamérica. La excelencia académica y los aportes al país llevaron a la Escuela a constituirse en un centro de notable desarrollo, recibiendo en sus aulas estudiantes de diversos países latinoamericanos.
En 1936 se aprobaron nuevos planes que otorgaron a la Escuela la facultad de otorgar los grados de oficio, de técnico y el de ingeniero industrial. Para 1940, los estudiantes que egresaban de la Escuela anhelaban una formación más especializada, de acuerdo al desarrollo del país, por lo cual, se fue gestando lo que sería la Escuela de Ingenieros Industriales. Este nuevo establecimiento nació bajo la presidencia de Pedro Aguirre Cerda, y su Decreto de fundación, de fecha 6 de julio de 1940, señalaba las condiciones de ingreso a las especialidades de mecánica, electricidad, metalurgia, química y minas. Transformando a la Escuela de Artes y Oficios en una institución encargada de formar profesionales capacitados en ingeniería para apoyar los proyectos industriales impulsados por el gobierno, los cuales estaban en auge desde la fundación de la CORFO en 1936.
En 1947 la institución se incorporó a la Universidad Técnica del Estado. Posteriormente sucede un cambio en los planes y programas de estudio en la década de 1960, definiendo a los técnicos graduados de esta escuela como ingenieros de ejecución. En 1986 el Consejo de Monumentos Nacionales declaró a este edificio como Monumento Histórico, gracias a su historia, tradición y vanguardista arquitectura para su época, marcando un hito de la arquitectura naciente de la revolución industrial.
Estación 7: Aula Magna de la Universidad de Santiago
Emplazada en el patio interior de la Escuela de Artes y Oficios de la Universidad de Santiago de Chile se encuentra esta gran sala de teatro construida entre 1925 y 1930, con el fin de actuar como un centro cultural para la proyección de películas y obras de teatros, convirtiéndose en un nodo masivo de la comunidad vecinal y estudiantil.
En términos de infraestructura, esta obra está diseñada bajo los estándares comunes de los teatros de esa época, su escenario tiene una capacidad para más de 90 artistas y frente a este se encuentra un espacio central, donde se ubica el público sobre 300 butacas en platea baja, además cuenta con dos galerías con capacidad de 200 personas cada una, llegando un total de 750 personas. La sala cuenta con camarines y sala de control, además del equipamiento propio para realizar funciones de manera adecuada. El interior de la sala destaca por su vocabulario formal Neoclásico, reluciendo su ornamentación en tonos dorados que adorna la base de la techumbre y los arcos que conforman su galería, la obra fue construida en ladrillo, madera y fierro fundido, y es declarada Monumento Histórico junto a la Escuela de Artes y Oficios en 1986 al ser catalogada como hito de la revolución industrial, siendo una fiel intérprete del traslado de la arquitectura antigua de la moderna.
Actualmente el Aula Magna sigue convocando a actividades masivas y solemnes de la institución, además de las presentaciones gratuitas y periódicas de los elencos vocacionales de la universidad, entre los se encuentra La Orquesta Clásica, Coro Madrigalista, Coro Universidad de Santiago y Syntagma Musicum. Se recomienda coordinar el recorrido de esta ruta con alguna actividad, para ello te invitamos a revisar la Temporada de Conciertos 2019 de la Universidad de Santiago de Chile, que tienen entrada liberada y se realizan en el Aula Magna.
En ruta : Catedral evangelica de Chile |
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