Durante la segunda mitad del siglo XIX, durante la intendencia de Benjamín Vicuña Mackenna, Santiago vivió un complejo cambio urbanístico. Era necesario mejorar la infraestructura y equipamiento de las emergente población periférica que trajo consigo el proceso de industrialización. Se estableció un programa llamado “La transformación de Santiago” que fijó una “cintura de hierro" (o "camino de cintura") que ceñía a la capital. Este trazado de la línea de ferrocarril de la Circunvalación de Santiago definió los límites de la ciudad de la época y estableció las líneas de conectividad a través de las cuales se distribuían los insumos y se desplazaba la mano de obra para la actividad productiva. Se volvió un elemento clave para el desarrollo periférico y económico de la urbe.
La inauguración del Ferrocarril Santiago-Valparaíso en 1863 en conjunto con las obras de la Circunvalación de Santiago comenzaron a impulsar rápidamente el comercio periférico. Si bien el ferrocarril llegaba solo hasta Estación Central, los bienes que transportaba eran repartidos desde esta y desde su estación anexa en el Barrio Yungay. La estación de Yungay alimentaba a su vez al antiguo Mercado de Abastos ubicado al norte de Santiago, en la ribera del Río Mapocho. En 1872 se edificó sobre ese viejo recinto el Mercado Central de Santiago, y en sus alrededores se asentó una zona libre de comercio y mercaderes. La actividad impulsó la construcción de una nueva estación, más cercana a este nodo comercial, que se concretó en 1888 bajo el nombre de Estación Mercado. Era un ramal de la Estación Yungay, localizada entre Teatinos y Avenida Presidente Balmaceda, a cuatro cuadras del mercado.
Junto a las obras de transformación de Santiago impulsadas por Mackenna tuvo lugar la canalización del Río Mapocho (1886 - 1891), desarrolladas por el ingeniero Valentín Martínez. El trabajo involucró el espacio entre el camino de cintura oriente -hoy Plaza Italia- y el puente de Ovalle-Hornillas, hoy Vivaceta. Las quintas y peladeros en los que se desarrollaban robos y otros delitos se convirtieron en un terreno apto y razonablemente seguro para la construcción de futuro equipamiento para la ciudad. Esto dio pie, entre otras cosas, al Parque Forestal, originado a partir de los jardines del Museo de Bellas Artes diseñado por Emile Jecquier e inaugurado en 1910.
En 1904, favorecido por la canalización del Mapocho y el embrionario Parque Forestal, se decidió remodelar el antiguo ramal ferroviario de la Estación Mercado trasladándose hacia unos nuevos terrenos frente a la calle Bandera. Esta nueva estación estuvo a cargo del arquitecto Emile Jecquier, quien inició su construcción en 1905 con el propósito de inaugurarla en el Centenario de la Independencia en 1910. Para su construcción se mandaron a construir estructuras metálicas diseñadas por el arquitecto a la Compagnie Centrale de Construcciones Hayne Saint Pierre en Bélgica. Fueron necesarias para el levantamiento de las bóvedas interiores del hall de distribución y las marquesinas laterales.
¿Por qué se llama como se llama? : Para el primer aniversario de la independencia, una época anterior a AliExpress, las telas eran caras y escasas. Había pocas banderas dando vueltas. El gobierno tuvo que pedir prestada una al Gobernador de Valparaíso para poder izarla en la Plaza de Armas, en esquema pierde-paga. Un comerciante de textiles llamado Pedro Chacón Morales, futuro diputado y abuelo de Arturo Prat, aprovechó la carestía para dar un golpe publicitario e izó un enorme pabellón en el frontis de su tienda, en esquina de Huérfanos con De Las Capuchinas. La gente comenzó a hablar de la Calle de la Bandera... y nunca dejó de hacerlo |
No se cumplió la meta del Centenario. Conjuraron la mala calidad del terreno, dificultades técnicas y atrasos en la habilitación de los servicios ferroviarios anexos. Se inauguró parcialmente en 1912, sin público y con pocas autoridades. La obra fue recibida de forma oficial en 1914 e inició funciones que se prolongaron por siete largas décadas.
En diciembre de 1976, la Estación Mapocho fue declarada Monumento Nacional. Esto facilitó hacia 1985 un proceso de restauración a cargo del arquitecto Cristian Besseler. Tras estudiar las obras de Emile Jecquier intentó devolver la gloria y distinción originales. Se rasparon las nobles maderas, cuyas vetas figuraban sumergidas bajo sucesivas capas de pintura, se recubrieron los zócalos exteriores con piedra rosada de Pelequén. El realce la volvió un remate justo y lógico del Parque Forestal.
Durante la remodelación la estación fue cerrada al público. Los servicios ferroviarios fueron desviados hacia la Estación Alameda a través del Túnel Matucana, conllevando retrasos y con ello una significativa baja del número de pasajeros. En febrero de 1986, el trágico accidente de Queronque provocó la suspensión definitiva de los servicios a Valparaíso, este accidente ocurrió cuando a cuatro kilometros de Estación Limache, en una curva, AES-9, se incrustó cinco metros en el tren que venía en sentido contrario, matando automáticamente a los pasajeros instalados en los asientos delanteros de ambas máquinas y dejando 58 muertos y 510 heridos (111 de ellos graves). Fue el broche de plomo a las funciones ferroviarias en la Circunvalación de Santiago.
En 1987, la Empresa de Ferrocarriles del Estado paralizó la remodelación y la Estación Mapocho cesó definitivamente sus operaciones de 73 años. El año siguiente se vendió a la CORFO, institución que la convirtió en un espacio cultural. En 1991 se constituyó la Corporación Cultural de la Estación Mapocho. Se llamó luego a un concurso nacional para el rescate y reacondicionamiento del emblemático edificio.
La propuesta ganadora fue de un grupo de arquitectos conformado por Teodoro Fernández, Montserrat Palmer, Rodrigo Pérez de Arce y Ramon López. Se cambió de color blanco a ladrillo y se construyó la Plaza de la Cultura sobre el antiguo estacionamiento ubicado en el frontis, un nuevo espacio para las artes, la cultura y el Metro de Santiago. También se restauró la gran nave interior, las salas del segundo nivel y las salas subterráneas, además de las instalaciones y terminaciones del costado sur, los andenes y la escalera de la gran nave.
Hoy la Estación Mapocho es uno de los centros de eventos mas importantes de Santiago. Alojan toda clase de eventos y exposiciones de carácter cultural, desde programas arquitectónicos, literarios, deportivos, de diseño y geeks, entre otros. Ve si estás de suerte en la Cartelera.