Miradores alternativos de Valparaíso
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MIRADORES DE VALPARAÍSO
1.1 ¿Por qué ir?
Valparaíso es una de las ciudades de mayor importancia patrimonial de Chile, e incluso de latino américa. Su alta concentración de puntos de interés específicos no opaca la belleza de su visión general. Su geografía de cerros y quebradas da la oportunidad de tener visiones panorámicas de la cuidad y sus bahías, los cuales se ven decorados por los colores de sus casas y edificios que son tan característicos de este puerto. Por eso, esta ruta busca recorrer el puerto desde el alto y tener vistas generales de la ciudad, desde puntos interesantes a la vez, pues fueron las vistas de la ciudad de aquellos privados de libertad, de lo muertos, de los colonos y de los actuales residentes organizados para ornear su barrio.
1.2 ¿Cuándo ir?
Cualquier fecha del año. Los lugares para recorrer están abiertos todos los días (con excepción del Parque cultural de Valparaíso Ex cárcel), mas es preferible recorrerlos un día despejado para tener una visión más nítida de Valparaíso y su mar. Ahora de todas maneras, nublado o no, siempre las vistas son impresionantes, siendo incluso los días nublados los que cuentan con atardeceres más espectaculares cuando llega el arrebol. Lo que si es importante de tener en cuenta es el horario de visita de los cementerios, los cuales tienen horarios corridos desde las 8.30 a las 17.00 hrs. El Parque Cultural Valparaíso cierra los lunes, y la visita a la ex Galería de Reos es hasta las 18.00 hrs, por lo que se recomienda realizar esta ruta cualquier día de la semana menos los lunes, e iniciarla alrededor de las 16.00 hrs o antes. Tener en cuenta, además, que el restaurant Dinamarca tiene menús de almuerzo hasta las 16.00 hrs, y cafetería hasta las 17.00 hrs. Es recomendable estar atentos a las actividades culturales que se realicen en el parque ya que son constantes, y se puede hacer calzar la ruta con alguna de interés propio.
1.3 ¿Cómo llegar?
El punto de inicio es el Mirador Camogli.
En auto: No es muy recomendable pues no existen muchos estacionamientos y Valparaíso es una ciudad compleja para manejar por sus inclinadas subidas y calles estrechas. Si se llega desde el plan o desde la entrada a Valparaíso por el norte (entrada principal), lo mejor es subir por Av. Francia hasta Av. Baquedano (que desemboca en Av. Alemania), o directamente hasta Av. Alemania hasta dar con el mirador. Ahí, buscar estacionamiento en el mismo mirador, el cual no cuenta con parquímetro, pero puede haber algún estacionador particular los fines de semana.
En transporte público: desde el plan, desde el terminal de buses e incluso desde la entrada principal de Valparaíso, es muy fácil llegar a este mirador. Frente al Congreso Nacional de la República, por el costado de Av. Argentina, pasa el bus 612. Este bus, anteriormente conocido como el O, recorre toda avenida Alemania.
También, desde plaza Ecuador, salen los autobuses 514 y 516 desde el paradero Yerbas Buenas que suben por avenida ecuador hasta Av. Alemania, con una parada en el mirador.
Para la vuelta: desde el punto final, se puede recorrer a pie deshaciendo los pasos, o bien caminar hasta el paradero Yerbas Buenas (siguiendo la calle Dinamarca hasta subida Ecuador) y tomar la micro 516.
También se puede tomar la 519 desde el Parque Cultural Valparaíso, tomar taxis colectivos que pasan por la misma ruta, o derechamente solicitar un Uber de 7 minutos con un valor alrededor de $2000 pesos chilenos o CLP$2000 (US$ 2 as of December 2024).
ESTACIONES
MIRADOR CAMOGLI
El primer punto de observación es el poco conocido Mirador Camogli.
Este mirador, dedicado a las familias de origen italiano específicamente de la región de Liguria, es uno de los mejores miradores de la ciudad de Valparaíso. Su construcción sigue la curvatura natural del cerro, la quebrada entre el Cerro Yungai y el Cerro San Juan de Dios, dando un espacio peatonal a la Avenida Alemania. Se compone de una primera planta a la altura de la calle, con un amplio espacio con bancas para el descanso y observación, pero también aprovecha la inclinación propia del cerro para brindar un espacio verde (conocido como el “Parque Liguria”) bajo esta planta, al que se puede acceder por dos escaleras laterales.
Este punto de observación fue rescatado en la segunda mitad de la década del 90, bajo un plan de recuperación de la Avenida Alemania, y ya el año 2000 fue inaugurado propiamente tal.
La vista que brinda en un día despejado, alcanza hasta la península de Quintero, pasando por las dunas de Concón, los balnearios de Reñaca y Viña del Mar y la caída de los cerros de Valparaíso hacia el mar. Sin embargo, es interesante también el contraste de este mirador, cuando se puede observar lo compacta de la construcción de los cerros contiguos en comparación con la construcción más dispersa y verde de las casas aledañas al mismo mirador en el patrimonial Barrio Almendral, que gozan de una vista similar a este. Es por esto que este mirador tiene la gracia de ser un mirador a la vez de Cerros y del Mar.
Otra de las particularidades pintorescas de este punto son las referencias a las ciudades de la Provincia de Liguria que están inscritas a lo largo de toda su baranda. Escritas con mosaicos de colores, uno puede leer todas las ciudades desde las que llegaron los inmigrantes italianos que poblaron este cerro durante el éxodo de Italia a Sudamérica de la primera Guerra mundial. Ciudades pequeñas como San Colombano o Rapallo, u otras de mayor envergadura como Génova le dan color a esta blanca baranda que mira las coloridas casas de los cerros del puerto.
Hasta el día de hoy, cada año la “Fratellanza della costa Italiana” y la “Hermandad de la Costa de Chile” se celebra en ese lugar, donde los nietos de los inmigrantes italianos le agradecen a Valparaíso por haber acogido a sus antepasados.
PLAZA BISMARK
El siguiente mirador de la lista es realmente una plaza. Aquí es donde la avenida Alemania se encuentra con un plano, al que le hace justicia rodeándolo y dejando un amplio espacio abierto, para desembocar en sus caídas por la calle Cumming y Atahualpa.
Esta plaza, titulada por el estratega militar y político de origen alemán Conde Bismark, es un imperdible del Cerro Cárcel. Desde ella se puede ver una perspectiva distinta no solo de Valparaíso, sino de el cordón estructural de Chile, la Cordillera de Los Andes.
Se puede ver, si es que el cielo despejado nos acompaña, el Cerro el Roble, La Campana, el Mauco, el Melón y el imponente Aconcagua, la cumbre más alta de esta cordillera latinoamericana. Así es que desde este lugar podemos observar los dos grandes ejes y límites de la geografía chilena, el Océano Pacífico y la Cordillera de los Andes.
En tanto a la arquitectura propia del puerto que se puede ver, se encuentran edificios icónicos como el Congreso Nacional, la Ex cárcel, la Iglesia Luterana del Cerro Concepción, la Iglesia de las Carmelitas, y el Molo de abrigo, considerada dentro de las construcciones de infraestructura más importantes del siglo XX en Chile.
La amplitud de esta plaza propicia una suerte de anfiteatro, por lo que en ella se llevan a cabo distintos actos y encuentros culturales del barrio, que convocan tanto a los vecinos, como a los porteños y los visitantes extranjeros.
Además de la vista panorámica de esta plaza, tiene también otras gracias, y es que en ella se encuentra tanto la iglesia San Judas Tadeo con su construcción en un plano realmente inclinado y el “Teatro Museo del títere y el payaso”, donde se exponen de manera constante distintos espectáculos de circo, clown y que a su vez funciona como escuela. https://www.teatromuseo.cl/
Fue en el año 2007 que a iniciativa de los propios titiriteros encabezados por Paulina Beltrán se generó un ejemplo de recuperación de los espacios: La antigua capilla de la Parroquia de San Judas Tadeo que data de 1960 se transformó en el actual museo con su propia sala de teatro, dado que el 1999 la parroquia había sido abandonada por su mal estado y se había trasladado tan solo 100 metros más arriba del cerro a la actual Capilla.
Es entonces que se llegó al acuerdo con el párroco Carlos Morales de un prestamos del espacio abandonado por 5 años. Ya van más de 10 años, y es que el Teatro Museo del Títere y el Payaso se ha ganado su espacio e la escena cultural de Valparaíso que ahí persiste, dándole una utilidad pública y cuidado a esta estructura que estaba perdida en el desuso, y con una cartelera altamente atractiva.
Otro ejemplo de una iniciativa de cuidado de la ciudad se encuentra en esta misma plaza. En el año 2016, como una de las muchas acciones de la ONG ValpoInterviene, se decidió actuar frente al evidente deterioro de la plaza. Así se convocó a los estudiantes del Liceo Pedro Montt a ser parte del recubrimiento de los 7 pilares de la plaza con la técnica del mosaico y así, gracias al financiamiento de un empresario del mismo cerro, estos pilares que se encontraban en muy mal estado, hoy adornan el espacio público con la expresión artística de los alumnos voluntarios, que en ellos crearon paisajes de su ciudad en mosaico.
EX CÁRCEL / PCV
¿Sabías que? : El actualmente conocido Cerro Cárcel antes de la construcción de la cárcel en 1880 se llamaba Loma de Elías |
En el corazón del Cerro Cárcel se encuentra el centro cultural más importante de Valparaíso, la ex cárcel.
Este espacio cultural funcionó como la cárcel del puerto durante todo el siglo XX, y fue en el año 1999 que los reos fueron trasladados a la actual cárcel de Valparaíso, dejando este espacio en desuso. Su traslado fue debido a que lo que a inicios de siglo XX se consideraba una loma alejada de la ciudad, ya para los 90 era no sólo parte de la ciudad, sino un cerro altamente poblado.
Entonces, en el año 2010 empieza la transformación de este espacio en las manos del equipo integrado por Jonathan Holmes, Martin Labbé, Carolina Portugueis, Osvaldo Spichiger, luego de adjudicarse el proyecto tras un concurso abierto. El parque fue inaugurado el 2011.
La cárcel de Valparaíso tiene una fuerte historia de violación de los derechos humanos. Históricamente fue lugar de reclusión de presos políticos para los momentos más oscuros de Chile; la Cuestión social en 1850; la guerra civil de 1891; y para la dictadura militar de Agusto Pinochet. Es por aquellos oscuros episodios que hoy se recupera el espacio para otorgarle la importancia de memoria y que al fin tome un rol positivo de integración para la comunidad de su cerro.
Así, con este fin de integración es que se de intervino el muro exterior del parque, el cual tenía por objeto separar a los reos del resto de la ciudad, el completo opuesto del objetivo actual. Para ello se tomó la decisión de realizar un corte al muro desde su extremo superior a la altura de la calle, y mantener esa altura a su alrededor hasta que se topa con el plano por el costado más bajo de la calle, aprovechando la inclinación. Con esto se logró crear la sensación de integración desde fuera, y mantener el espacio contenido dentro en su explanada.
Luego se realiza una arquitectura del reciclaje aprovechando las edificaciones y espacios presentes del recinto. Primero, la galería de los reos se intervino para ser transformado en el actual “Edificio de transmisión”. Manteniendo su fachada y muros interiores, donde se pueden apreciar los dibujos y recortes puestos por los ex reos, se reutilizó el espacio para fomentar la transmisión de las disciplinas artísticas, propiciando un espacio de creación y exposición. Cuenta con salas de ensayo musical, dos salas de primer nivel para la práctica de la danza, dos espacios para teatro, dos para pintura y escultura y dos salas para seminarios, residencias y clínicas.
Además, en tanto a la arquitectura del paisaje, se consolida en la explanada un proyecto de paisajismo, lo que le da hoy a Valparaíso uno de los pocos espacios verdes y sombríos dentro del puerto. Por sus alrededores pegado al muro, existe una huerta urbana por la cual uno puede pasear y ver un ejemplo exitoso de cultivo comunitario.
Otra de las estrategias para generar la integración fue la creación del paseo público. Este es un camino que cruza de oriente a poniente todo el centro, con la finalidad de aportar un paseo peatonal más para Valparaíso, y generar un paso que integra aun más el parque a su barrio. Con él se unen las dos quebradas, uniendo al cerro Cárcel con el cerro Concepción.
Y, como no puede faltar, en lo alto del edificio de difusión, existe un mirador llamado “plano urbano”. Consiste en una explanada de estacionamientos y multiuso que establece un lugar nuevo para el barrio y una nueva relación con el parque y con el contexto geográfico. Desde aquí se puede ver toda la bahía de Valparaíso, Viña del Mar, Reñaca y Concón.
Para abarcar arquitectura contemporánea, y darle una nueva fachada al espacio, se creó el “Edificio Difusión”. Este edificio cuenta con un amplio teatro de primer nivel, una sala de artes visuales, una sala de laboratorio multidisciplinario y un espacio dedicado a la lectura infantil.
Además, en este edificio existe un espacio para el comercio del arte porteño y un restaurant cafetería muy recomendable.
Como último punto a observar, dentro de este parque también existe una edificación muy particular. Se trata del Polvorín, la estructura más antigua del puerto que ha soportado todos los terremotos ocurridos desde fines de la época colonial, pues fue construido entre 1807 y 1809. Su función era proteger 80 toneladas de pólvora de las colonias americanas para protegerse de las invasiones inglesas en la época de las guerras Napoleónicas. El edificio se encuentra en medio del parque y se puede observar por todo su alrededor.
En ruta : : Desde Parque Cultural Valparaíso al Cementerio N2 continuar caminando por Av. Cumming, en bajada. |
CEMENTERIO N2
A modo de ampliación del Cementerio número 1, ya que en 1830 quedó estrecho -y por donde luego continúa esta ruta- se conformó en 1845 el Cementerio Numero 2 de Valparaíso.
En 1840 el municipio compró la quebrada de Elías, (Homónima de la Loma de Elías, actual cerro Cárcel) para hacer ahí una fosa común, ya que para aquellos años era un sector despoblado y alejado de Valparaíso. Con esta fosa se crea el reglamento de las sepulturas de perpetuidad, sentando las bases de los cementerios para el resto del país.
La entrada de este cementerio es de estilo Neoclásico marcado con columnas dóricas y blanquecinas, las cuales destacan al estar rodeadas de construcciones muy distintas a su alrededor. A un lado existe el imponente muro de roca construido hacia la ex cárcel, hacia el otro costado hay edificaciones modernas típicas de Valparaíso, y hacia el frente una vista privilegiada de los cerros porteños con sus múltiples colores.
Y ahí está la gracia, las sepulturas varían entre los colores beige, blanco y gris, decoradas por esculturas en los mismos tonos, lo que contrasta muy fuerte con los colores de los cerros vivos. El blanco de la necrópolis y el color de la ciudad de los vivos.
Al caminar hacia el fondo del cementerio, desde la entrada, bajando hacia las sepulturas verticales y volviendo a subir por la escalera que se presenta, se puede ver un pequeño mirador desde el primer mausoleo esquinado. Desde aquí se ven los cerros y particularmente sus murales, donde destaca uno de gran tamaño que mira hacia el cementerio, y que cada cierto tiempo, como todo el arte callejero de los murales, cambia su pintura.
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En este cementerio se pueden observar sepulturas de principios de siglo pasado, de las colonias europeas residentes en Valparaíso.
Y, si tienen suerte con el encargado del cementerio del día, se puede entrar a un subterráneo escondido donde se han realizado incluso eventos.
Existen también, mausoleos especiales para las compañías de bomberos que tan importantes han sido a lo largo de la historia de Valparaíso.
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¿Sabías que? : El nombre indígena de Valparaíso Alimapu en lengua mapudungun, que significa “tierra quemada”
Este cementerio fue declarado Monumento Nacional el año 2005. |
CEMENTERIO N1
El 3 de octubre de 1821, con juan Ignacio Zenteno como gobernador, se presenta la idea de construir un recinto funerario en las afueras de a ciudad. Así, cuatro años después en 1825 se inaugura el primer cementerio de Valparaíso.
El cementerio pretendía mantenerse a la loma de Elías, y ser una necrópolis con vista al mar. Como toda gran urbe, sus poblaciones fueron avanzando, lo que ocasionó un episodio muy peculiar. Para el temporal de 1885, los ataúdes se deslizaron por la colina, aterrizando en las casas que existían justo bajo el cementerio. Algunos de estos ataúdes incluso se abrieron en los patios de las viviendas. Lukas, el famoso artista, relataba que en aquel abril eran los muertos los que mataban a los vivos, y lo llamó “el tobogán de tumbas” dándole un tono humorístico. Él yace en uno de estos mausoleos al borde, “Al filo de lo que es y no es, basta un paso para cambiar el mundo”, como él mismo decía.
Si uno se para por el costado izquierdo desde el fondo del cementerio puede ver la quebrada por donde cayeron los ataúdes que el artista llamaba tobogán.
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La entrada de este cementerio, al igual que la del N2, fue diseñada por Agusto Geiger, el cual en ambas optó por el estilo neoclásico con columnas dóricas. Ambas fueron construidas recién en 1922. Este a diferencia del anterior, se tiene que observar dese mucho más cerca dado que el cementerio de disidentes se encuentra en frente, por lo que la hace sentir mucho más imponente.
Tras entrar por el pórtico, una de las primeras cosas que se llevan los ojos es una réplica de la Pietá de Miguel Ángel, que fue donada por Juan Brown el mismo año de construcción de las entradas, y fue traída directamente desde Roma.
Si uno dobla justo en el pequeño pasaje en el cual se encuentra la Pietá, por ese pasaje a la izquierda se encuentra la tumba más antigua, que data incluso antes de la inauguración del mismo cementerio. Para saber de su historia es conveniente hablar con los trabajadores del cementerio (en especial Marcos), pues la sepultura ya tiene toda la información borrada por el tiempo.
Otros eventos naturales también azotaron al cementerio. Los terremotos han ido alterando este lugar, desde el de 1906 que botó parte de la capilla y el conocido reloj. Además, los sucesivos terremotos han ido decapitando varias de las esculturas de las sepulturas, algunas hoy permaneces decapitadas, pero muchas tienen cabezas postizas que se pueden reconocer fácilmente.
Otra curiosidad es la historia de la sepultura del expresidente Jorge Montt. Este personaje de la política chilena fue también alcalde de Valparaíso entre 1915 y 1918, y su lápida se encuentra en este cementerio, mas nunca su cadáver en la sepultura, a pesar de lo que diga la lápida.
Tras ser apedreado su domicilio por la furia ciudadana con su gestión, el edil dejó establecido en su testamento no querer ser sepultado en el puerto y cedió su espacio a otras personas de su confianza, aunque la lápida no fue alterada.
Otra sepultura interesante desde el punto de vista político es la de Miria Contreras o "La Payita”, la secretaria personal del presidente Salvador Allende, la cual recibe sus flores todos los años de los seguidores porteños de este controversial e importante presidente de Chile.
Como mejor punto de observación, esta el mausoleo Baburizza. Esta familia de tanta importancia para el puerto (los mismos del palacio Baburizza) tienen un mausoleo con visión privilegiada de la cuidad y el mar.
A diferencia de la vista que se tiene en el cementerio n2, desde esta esquina se aprecia bien el sector del plan de Valparaíso y su puerto, por lo que en vez de ver sus coloridos cerros (que se pueden ver de todas maneras desde el otro extremo) se ven los edificios de aduanas y las construcciones más imponentes de Valparaíso. Es un mausoleo de gran tamaño que incluso tiene dos terrazas, una justo en su entrada, y otra en un plano inferior a la cual se accede por una escalera que se encuentra en la parte posterior del mausoleo. Esta es la vista más importante del cementerio.
En ruta : Desde el Cementerio N1 a DIN_339, hay que simplemente deshacer los pasos unos pocos metros pues en el último trayecto se pasó por afuera del espacio cultural. |
DIN_339
Este punto es para terminar la ruta y relajarse. Si bien no es necesario pedir algo, si es necesario entrar. Este lugar tiene de todo, es un restaurant / cafetería/ galería de arte / mirador/ coworking / residencia de artistas. Nuevamente, como lo es la Ex cárcel, este es un espacio de integración, tanto de la comunidad del barrio, como de los oficios, de visitantes extranjeros ya sean turistas o artistas, y del pasado con el presente pues es un edificio antiguo que rescataron para darle un uso actual, respetando su materialidad y perfil de construcción, pero al que le añadieron una nueva planta para realizar ahí el espacio de coworking y modernizarlo.
Justo para el terremoto de 1906, Don Jean Hugo Thierry, cónsul de Dinamarca de la época, había ya empezado la construcción de la casona Dinamarca. Tras ver parte de su obra en el piso cambió su plan inicial y construyó las terrazas que hoy soportan el multifacético restaurant y que le dan la espectacular vista que tiene por la altura respecto a la inclinación del cerro. Existe registro mecanografiado del proceso de construcción, donde él mismo dice que el costo final de la casona fue de 105.000 pesos de la época.
Luego la casona entró en un lento declive, tras dejar de estar en manos de la familia Thierry a mediados del siglo XX. Incluso, el año 2011 sufrió un incendio importante que la dejó en desuso total hasta que el equipo del arquitecto Joaquín Velasco y la artista Elisa Assler iniciaron su rescate y restauración.
Hoy, se puede recorrer su interior y ver la casona como un espacio antiguo con un uso muy moderno, recorrer sus pasillos hasta la galería y el taller, y también sentarse en la terraza y disfrutar la vista al mar y de la gastronomía de Taller21, que cuenta con menús de almuerzo de una gastronomía que como se hizo con la arquitectura de restauración, también busca rescatar los importes de la gastronomía de las migraciones que formaron Valparaíso, y darle un replanteamiento hacia la cultura gastronómica actual. Cuenta también con barra (con una increíble selección de cervezas artesanales de la zona) y cafetería.
1.5 RECOMENDACIONES
Muy apto para niños, sobre todo el Parque Cultural Valparaíso
Revisar la cartelera cultural del Parque Cultural Valparaíso antes en https://parquecultural.cl/
Llevar cámara fotográfica, para capturar las vistas panorámicas de la ciudad
Revisar el clima con anticipación
Realizar la ruta temprano para tomarse un café en el Parque Cultural Valparaíso y llegar a almorzar al restaurant Dinamarca, así aprovechar el día.
Si se escoge el transporte público, es recomendable andar con monedas sueltas, ya que su valor es desde los 320 pesos para adultos y 130 para estudiantes y niños.