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Descripción General
La plaza de Armas de Santiago es el núcleo del centro histórico de la capital, y en gran medida del propio país. Es a la vez un hito geográfico, conocido como kilómetro cero, desde el cual se miden la distancias entre ciudades en Chile.
Es el punto más antiguo de la ciudad, desde su fundación como colonia militar española en 1541. Está, por tanto, cargada de un fuerte peso histórico. Sus calles han sido testigos del alza y caída de muchos edificios emblemáticos.
En su entorno convergen centenarios edificios y comercio, así como personajes que llenan de vida el lugar y retratan la sociedad chilena actual: pintores, fotógrafos, humoristas, artistas, vendedores callejeros, músicos, jugadores de ajedrez, y casi cualquier otra especie que pueda imaginar de la fauna urbana. En los últimos años se ha potenciado la remodelación de algunos edificios, generando nuevos espacios culturales, culinarios y turísticos.
¿Sabías que? : La población de La Legua se llama así porque se ubica a una legua de la Plaza de Armas |
Contenidos de la ruta
Esta es la ruta urbana más importante de Chile, y de las más interesantes. Habla de la evolución histórica, del carácter chileno, de nuestras formas de entender la ciudad, y de la sobre-escritura o el cómo un terreno o edificio puede adquirir múltiples usos y formas a través de la historia.
Con ojo aguzado (o con la ayuda de Wikiexplora para aguzárselo) se puede apreciar cómo se entremezclan en torno a una misma manzana edificios de épocas y usos tan distintos como portales comerciales, edificios de gobierno, museos, catedrales, fuentes de soda, bares, comida rápida, e incluso un par de cines pornográficos en las inmediaciones. Parafraseando al gran (¿?) Ricardo Arjona, una amalgama perfecta de lo corriente y lo excelso. Esto mismo sucede en la plaza misma, punto de convergencia tanto de la explanada tradicional de herencia española, pensada como centro social y cívico, como las arboledas de herencia británica, que ponen a la naturaleza artificial como punto clave.
Época y/o horario adecuado
Se puede ir en cualquier época del año pues es un espacio público, abierto, sin restricción horaria. Se recomienda visitar preferentemente de día, ya que de noche es una área bastante peligrosa; se registra alta concentración de robos y asaltos en el sector.
Acceso
En vehículo propio
No recomendamos transitar en auto en vista de la congestión del secto, y la dificultad para encontrar estacionamientos disponibles (incluso en los municipales)
En bicicleta
No hay bicicleteros en el sector, pero no usarlos sin protección del tipo anti holocaustos nucleares. En el sector abundan los hurtos. Hay estaciones cercanas de Bike Santiago.
En transporte público y autostop
La Plaza de Armas tiene muy buen acceso y conectividad a través del metro. Su estación (Plaza de Armas) es combinación de las líneas 5 y 3, y cuenta con acceso/salida que da directamente hacia la plaza. Es de lejos la mejor opción para la mayoría de los casos.
Descripción de la ruta
Estación 1: Plaza de Armas
En la ribera sur del Mapuchunco (o Mapocho) los incas fundaron una ciudadela administrativa y religiosa, que se sostenía en base a la minería y la agricultura. El espacio abierto comunitario se localiza precisamente donde hoy encontramos la Plaza de Armas. Por eso el lugar se mantuvo como espacio de reunión cuando en 1541 los españoles al mando de Pedro de Valdivia fundaron formalmente la ciudad de “Santiago de la Nueva Extremadura” (o, más bien, ocuparon la ciudadela inca).
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El trazado de la ciudad fue encomendado al alarife Pedro de Gamboa, quien diseñó el poblado con forma de “damero”: el patrón de la política fundacional de la corona española, cual tablero de ajedrez. En el centro se localizó la originalmente llamada Plaza Mayor, en torno a la cual se seleccionaron varios solares para los principales edificios administrativo; la Catedral en la esquina norponiente, la cárcel colonial, la Real Audiencia y la Casa del Gobernador. En torno a esto se delimitaron ocho cuadras en las que los ocupantes españoles construyeron casas de barro y paja. Eran 126 manzanas, tanto más que la gente disponible para habitarlas que no se llenaron sino hasta cuarenta años después.
El nombre de la Plaza cambiaría tras el primer ataque a la ciudad de Santiago, seis meses tras su fundación: el 11 de septiembre de 1541, la ciudad fue atacada por las huestes de Michimalonco, quienes aprovecharon que la ciudad estaba desprotegida ante la partida de Valdivia y sus soldados hacia el sur para continuar la Guerra de Arauco. La ciudad quedó completamente destruída, pese a la victoria española. Tras esto, la plaza fue renombrada como Plaza de Armas, debido al carácter de campamento militar de la ciudad reconstruida.
En la época colonial la plaza solía ser una explanada abierta de tierra apisonada, y era el único lugar que contaba con una pila de agua, para proveer a la ciudad. Además de esto, en ella se encontraba la horca o "rollo", para realizar ejecuciones públicas. Es por todo lo señalado anteriormente, que la plaza se transformó en el centro de actividades sociales, económicas y políticas de los vecinos, en el cual se realizaban fiestas religiosas, procesiones, ajusticiamientos y encuentros sociales.
A comienzos del siglo XVII comienzan a instalarse los mercados populares, ya que las carretas con mercancías llegaban a la zona. De hecho, el Mercado de Abastos funcionó en este lugar, desde 1600 hasta su traslado en 1817 al sector de La Chimba.
A inicios del siglo XIX, comienza a modernizarse, disponiéndose el empedramiento del lugar en 1835, además de la modificación de su trazado y las actividades que se generaban en torno a ella. Se emplaza en uno de sus costados la residencia de los Gobernadores de Chile (y luego de los Presidentes), el Palacio de la Real Audiencia (principal tribunal colonial del país), y el Cabildo de la Ciudad.
El año 1873 el Intendente Benjamín Vicuña Mackenna ordenó instalar jardines y árboles. Dos décadas después, en 1896, el paisajista francés Guillermo Renner remodeló la plaza, diseñando un jardín de araucarias, cedros, ceibos, encinas y pataguas, y modificó la configuración del ágora central en base a los preceptos arquitectónicos europeos. Esto, junto a la creación de portales y paseos comerciales, y a la instalación de luminarias de gas carbónico, convierten el lugar en el paseo indiscutible de la sociedad de la época.
Muchos años después, ya iniciando el siglo XXI, una polémica renovación a cargo de la oficina de Rodrigo Pérez de Arce, dio origen a la actual plaza, que mezcla sectores de explanada (pensados para la realización de actividades culturales) en los costados norte y poniente, con una pérgola central para la ejecución musical de la banda municipal. La intervención pese a todas sus criticas, es muy interesante, al mezclar las dos tipologías de plaza que habían existido en ella hasta el momento: la explanada abierta, herencia española; y la plaza arbolada, tomada del mundo inglés.
En diciembre de 2014 la plaza fue cerrada para volver a ser remodelada, agregando un 40% más de áreas verdes, 30% más de árboles, nuevas luminarias y cámaras de vigilancia.
Hoy, la Plaza de Armas sigue siendo un punto clave, en el cual se puede apreciar la historia pero también los cambios de la urbe. Además de los edificios históricos, los cuales han sido progresivamente remodelados y han ido incorporando usos más contemporáneos, posee una estación de metro que es combinación de una de las líneas más antiguas y una de las más modernas de la ciudad, por lo que tiene una alta conectividad y flujo de gente. Finalmente, en sus zonas aledañas se encuentra en particular un área que es denominada popularmente “Pequeña Lima”, por la gran cantidad de inmigrantes de origen Peruano residentes en el sector, y por la variedad de galerías que han acogido comercio y restaurantes de inmigrantes, lo que revela los cambios socioculturales que atraviesa la ciudad.
Estación 2: Catedral de Santiago
El templo que abarca casi una manzana entera, se ubica en la esquina norponiente de la Plaza, en un terreno limitado por las calles Bandera, Catedral y Plaza de Armas, en donde se encuentra su acceso principal. Es un hito arquitectónico en pleno corazón del trazado urbano.
Pedro de Valdivia destinó el solar del costado norponiente de la Plaza Mayor para erigir un templo. Este debió ser reconstruido en cinco ocasiones durante tres siglos (1566, 1571, 1670, 1679 y 1748), a raíz de incendios y terremotos.
El primer templo oficial de Santiago inició su construcción el año 1566, finalizando alrededor del 1600. De dimensiones mucho menores a la actual, contaba con un lujoso alhajamiento. Estaba orientado en sentido norte-sur en lugar del este-oeste del actual. Su acceso era por la actual calle Catedral, característica que se mantuvo hasta el siglo XVIII, cuando el acceso se trasladó hacia la plaza. El 13 de mayo de 1647, el "terremoto magno" hizo trizas todo lo construido en Santiago, salvo la iglesia San Francisco (es el origen de la tradición del Cristo de Mayo). Gracias a la gestión del obispo Gaspar de Villarroel, la catedral fue rápidamente retocada. Sin embargo, en 1657 un nuevo temblor arruinó casi por completo su estructura, por lo que debió realizarse una segunda restauración entre 1662 y 1687, año en la que fue consagrada.
Debido al terremoto de 1730 se determinó que los arreglos habían sido inútiles, ya que se resquebrajaba la estructura. A esto se suman los numerosos incendios que afectaron al edificio. En 1746, el cabildo, con el obispo Juan González Melgarejo a la cabeza, decidió renovar y ampliar la Catedral. Las obras se iniciaron en 1748.
El nuevo templo fue diseñado por los jesuitas bávaros Pedro Vogl y Juan Hagen, quienes enviaron su proyecto a España para la aprobación real. Para ampliar fue necesario reorientar la iglesia de modo que su fachada mirara hacia la plaza. Fue necesario comprar dos propiedades, una de ellas nada menos que la residencia del gobernador, Juan de Ovalle. 8400 pesos costó la gracia. En 1751, los constructores debieron enfrentar una polémica entre las autoridades administrativas y eclesiásticas: se debatía por la altura interior de la catedral, elevación que se objetaba al hacer el inmueble más susceptible a daños ante un eventual terremoto. Sin embargo, un incendio que afectó al edificio que anteriormente ocupaba la catedral, terminó con el debate. En dicho incendio se perdieron casi todas las obras de arte que se conservaban desde el siglo XVII. Entre ellas dos órganos, la sillería del coro tallada en cedro, y trece altares con todos sus adornos. Las funciones de la catedral fueron desplazadas temporalmente a la iglesia de la Compañía, en el terreno donde hoy se emplaza el ex Congreso.
Tras Vogl y Hagen, siguieron como directores de obras Matías Vásquez de Acuña y Francisco Antonio de Barros. Para 1768, se encontraban terminados dos tercios de la obra. En 1775 se inauguró la parte posterior, y la nueva Iglesia fue entregada.
En 1779, Joaquín Toesca se hizo cargo de proseguir con las faenas de la última etapa de diseño y construcción. A él se le atribuye la armonía y homogeneidad al conjunto. La solución que el arquitecto propuso fue de estilo neoclásico italiano. El templo, de altura demasiado baja en relación al área a consecuencia del temor a los terremotos, generaba un conjunto lóbrego. Las tres naves generaban "una tétrica oscuridad", en palabras de Thaddaeus Haenke, que la conoció en 1794. Tras la muerte de Toesca, su discípulo Juan José de Goycolea retomó la labor de construcción, que finalizó en 1830.
En 1840 el papa Gregorio XVI lo convirtió en Catedral. En 1846, inició la construcción de la Capilla del Sagrario, terminada por Eusebio Chelli.
En 1898, el arzobispo Mariano Casanova ordenó una remodelación completa de la Catedral. Ante las dilación del proceso, en las esferas populares se decía que la pega no iba a terminar jamás. A cargo quedó Ignacio Cremonesi, un "estucador italiano con ínfulas de arquitecto", en palabras de monseñor Fidel Araneda, ex deán de la catedral. Sin embargo, Cremonesi tenía un hermano cardenal. Con un controversial diseño toscano, refaccionó completamente el interior y exterior, definiendo su orden interior en base a tres naves; dos laterales y una central de mayor altura. A esto se suma una cúpula donde remata la bóveda, sobre el altar principal, abundante decoración, la unificación de fachadas, y el diseño de las dos torres que hoy coronan el templo. Las obras incluyeron estuco en los muros de piedra, la supresión de las vigas de cedro y el artesonado de madera del interior, adornándola con pinturas y aplicaciones de estuco y yeso. Con esas intervenciones perdió su primitivo estilo colonial y adquirió el carácter moderno renacentista. Dice Araneda que a Cremonesi le "bastaron seis meses para mutilar nuestro primer templo". Otro historiador, Miguel Solá, opina que las intervenciones del italiano fueron "tan desastrosas como un terremoto".
En 1906, Casanova consagró el templo modificado.
Horario::
- Lunes: Apertura a las 11 de la mañana.
- Martes a Sábado: Apertura a las 10 de la mañana.
- Domingo: Apertura a las 9 de la mañana.
Cierra sus puertas una vez terminada la Misa de 19:00 horas, a eso de las 20:00.
En qué fijarse :
Fachada
Nave Central
Nave Derecha
Nave Izquierda
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Estación 3: Edificio de Correos de Chile
Este museo se encuentra emplazado en el original solar del español Pedro de Valdivia, asignado al momento de la fundación de Santiago, y tras cuya muerte fue dividido en la Residencia del Gobernador, Real Audiencia, y Cabildo Colonial. Se encuentra a un costado norte de la Plaza de Armas, y contiguo al Museo Histórico Nacional.
El edificio original correspondía al Palacio del Gobernador de Chile, que fue construído entre 1710 y 1712, bajo el gobierno de Andrés de Ustáriz. La ejecución del proyecto fue encomendada al corregidor de Santiago, Rodrigo Antonio Quint de Valdovinos. Este proyecto fue destruido casi por completo en un incendio en 1881, por lo que fue reconstruido como el proyecto del Edificio de Correos el año 1882 por el arquitecto chileno Ricardo Brown, sobre los cimientos del antiguo Palacio. Su apariencia inicial era muy distinta a la actual; de estilo neoclásico, dos pisos, fachada lisa y columnas al acceso.
En 1908, el arquitecto Ramón Fehrman transformó su fachada, adoptando un estilo neoclásico francés. El arquitecto también añadió un piso de altura, una cúpula y una mansarda al estilo francés, además de un tejado de vidrio sujeto por estructuras metálicas.
El año 1976 fue declarado Monumento Histórico. Debido a su uso, que lo expone fuertemente al deterioro, es necesario restaurarlo constantemente. Una de las últimas restauraciones realizadas en 1993, renovó la pintura de fachadas y patios, así como la iluminación interior.
El año 2000 el edificio debió someterse a profundas reparaciones debido a un incendio que el año anterior afectó a la mansarda en el tercer piso. Desde 2004 alberga en su primer nivel al Museo Postal y Telegráfico, que reúne una muestra sobre la historia postal de Chile. Este posee cinco salas de exhibición, que narran la historia del mundo postal, el rol de Correos en la historia, además de una gran colección filatélica.
Horario:
- Lunes a Viernes 9:00 - 18:00hrs
¿Sabías que? : En el museo postal se puede encontrar el “Colón de 5 Centavos”; primer sello chileno, además de una colección de buzones y una colección de más de 2000 estampillas chilenas |
Estación 4: Museo Histórico Nacional
Este museo se encuentra emplazado, como señalamos anteriormente, en el original solar de Pedro de Valdivia. El edificio del museo correspondía al edificio de la Real Audiencia, máximo tribunal colonial del país, y posee una amplia gama de colecciones arqueológicas, pinturas, curiosidades y objetos de la historia de nuestro país.
A partir de 1609 comienza a funcionar el Tribunal de la Real Audiencia y Cajas Reales, para lo que se construyeron dos edificios, los cuales fueron posteriormente destruidos por los terremotos de 1647 y 1730. Finalmente, entre los años 1804 y 1807 se construyó el edificio que hoy conocemos, diseño del arquitecto Juan José de Goycolea y Zañartu (discípulo de Toesca), en un estilo neoclásico, con albañilería de ladrillo.
Tras los primeros escarceos independentistas, se suprime la Real Audiencia, reemplazandola por un Tribunal Judicial. El edificio luego se transforma en la sede del Primer Congreso Nacional (4 de julio de 1811), y Casa de Gobierno de la patria vieja, (entre 1812 y 1814), hasta que es re-establecida a la fuerza la autoridad española, y es reinstalada la Real Audiencia.
Una vez establecida la Independencia de Chile, el Cabildo de Santiago se reunió en este edificio reunión en la cual se propuso como autoridad al general argentino José de San Martín Matorras. Tras su rechazo a la designación, el Cabildo se vuelve a reunir, y propuso el cargo de Director Supremo a Bernardo O’Higgins Riquelme. Este declara el 12 de Febrero de 1818 la independencia de nuestro país en Talca, mientras que en Santiago se realizó una ceremonia pública en la Plaza de Armas, y al interior del edificio.
¿Sabías que? : En 1818, el palacio fue re-bautizado por Bernardo O’Higgins con el nombre de “Palacio de la Independencia” |
Es así como el edificio pasa a convertirse en casa de gobierno hasta 1845, año en el que el presidente Manuel Bulnes trasladó la sede del ejecutivo a la antigua Real Casa de Moneda. Sin embargo, el edificio continuó su función pública, transformándose en la sede de la Intendencia de Santiago hasta 1929, y luego en la oficina de Correos y Telégrafos hasta 1978.
En 1 de diciembre de 1969, el edificio fue declarado Monumento Histórico. El año 1977, el edificio pasa a manos del Museo, por lo que debió ser restaurado y acondicionado para albergar las colecciones histórico patrimoniales. En septiembre de 1982, abrió sus puertas a público.
El 5 de marzo del presente año (2019) fue cerrado para una restauración, remodelación y ampliación que durará tres años, con un nuevo edificio que añadirá más de 3500m2 al inmueble, entre los cuales se contemplan nuevas salas de exhibición, salas educativas, cafetería, y un auditorio de alto estándar. Esto va de la mano con una revisión y nueva propuesta de guión museográfico, lo que modernizará y se espera, mejorará la relación ciudadana con el museo.
Para más información, visitar [Sitio Web]
Estación 5: Edificio de la Municipalidad de Santiago
Este edificio también conocido como Palacio Consistorial, es la sede de la Ilustre Municipalidad de Santiago. Se encuentra emplazado sobre el sitio donde originalmente se encontraba el Cabildo de Santiago y la Cárcel hasta fines del siglo XVIII, cuando fueron demolidos debido al mal estado en que se encontraban producto de los terremotos que asolaron la ciudad en numerosas ocasiones.
En 1679, la segunda construcción del edificio fue demolido y reedificado por Joaquín Toesca, con estilos neoclacisistas. Su construcción estuvo a cargo de Melchor Jaraquemada, y se realizó en base a mamposteria de piedra, muros y bóvedas en albañilería de ladrillos, y entrepisos y techo en madera.
Un incendio en 1891 obligó a su reconstrucción, a cargo del arquitecto Eugenio Joannon, y siendo inaugurado en 1895, cuando es oficialmente declarado como sede de la administración comunal.
Su fachada tiene una modulación neoclásica, arcos de medio punto, balcón corrido y vanos rectangulares. En su frontis destaca el escudo de armas de la ciudad, regalado por el rey Carlos V en 1552, como signo de consolidación de la urbe. El año 1976 fue declarado Monumento Histórico. En su salón de honor se realiza una de las ceremonias más solemnes de la comuna: la declaración de Huésped Ilustre y entrega de las Llaves de la Ciudad a Presidentes de la República y representantes de organismos internacionales.
Horarios: Abierto a público de lunes a viernes, de 10:00 - 14:00 y 15:30 - 17:00hrs.
Estación 6: Portal Bulnes
Podríamos señalar que el actual edificio es una “tercera etapa” de la serie de portales que se han ubicado en la manzana, siendo la continuación del Portal Tagle, el Portal Mac Clure, y vecino del Portal San Carlos.
El terreno original, en el origen de la ciudad, estaba dividido en dos solares: una propiedad de don Pedro de Miranda, y otra de don Francisco de Aguirre. Frente a estos terrenos, desde el siglo XVI, se comienzan a instalar mercados criollos, conocidos como trianguez, y posteriormente ferias de mercaderes de productos básicos, lo que da origen al Mercado de Abastos.
Con el tiempo, el grupo de los mercaderes formó una callejuela con los puestos, ubicados al borde de la plaza. Esta vía fue conocida como el "Callejón de los Mercaderes", y conectaba directamente con la Calle del Rey (hoy calle Estado). El mercadillo de la plaza carecía de portales o corredores, lo que mantenía el espacio público en pésimas condiciones.
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Una vez iniciada la República, los vendedores se trasladan al Mercado de Abastos de Mapocho, en el sector de la Chimba, despejando el espacio que utilizaban en el borde de la Plaza de Armas, sin embargo las casonas permanecieron en malas condiciones.
Al centro de la cuadra, por donde hoy existe el acceso a la calle Phillips, estaba la residencia de monsieur Jean Francois Briand de la Morandais, conocida como la “Casa del Rollo”, por estar frente al rollo de ejecuciones. Esto es algo que horrorizaba a su esposa, doña Juanita Caxijal y Solar, obligando al matrimonio a cambiarse de residencia en 1720. La calle en la que se instalaron, cerca de los curas teatinos, comenzó a ser llamada la “Calle de Morandais”, variando a lo que es hoy el apellido y la calle Morandé. La casa de Morandais por otro lado, tuvo distintos usos tras su traslado: fue la imprenta de lo que luego sería el diario “El Progreso”, una sastrería, casa de correos, relojería, y la botica del Sr. Barrios, establecimiento que prestó la principal ayuda a los afectados por el incendio de la Iglesia de la Compañía de Jesús, al ser el único servicio de asistencia de urgencia.
En la primera mitad del siglo XIX, comienza a desarrollarse interés por parte de la Municipalidad sobre los terrenos orientales de la plaza, llegando a ofrecer 50.000 pesos por la “casa del rollo”, con la intención de construir en el lugar un gran teatro para la ciudad. Sin embargo esta transacción nunca ocurrió, y el inmueble se mantuvo ocupado por locales comerciales.
Posteriormente, fue don Francisco Ruiz de Tagle, acaudalado residente de dicha manzana, quien hizo levantar hacia 1850 un enorme edificio comercial de influencia neoclásica, con dos pisos y grandes arcos, llamado Portal Tagle. Fue la primera construcción de este tipo en la ciudad, y en él se vendían productos mucho más sofisticados que aquellos del antiguo mercado, tales como telas y artículos importados.
Un incendio destruyó al portal, dejándolo inutilizado, y quedando prácticamente desocupado hasta 1864. Es entonces cuando otro aristócrada, don Carlos Mac Clure, se interesó por la ubicación de la propiedad, reconstruyendola bajo su nombre; Portal Mac Clure, el cual inició actividades alrededor del 1865.
La remodelación, diseñada por el arquitecto François Brunet de Baines, mantenía los originales dos niveles con arcos, todo con una fuerte inspiración neoclásica francesa. Sin embargo, a diferencia del portal anterior, tenía una gran ampliación, torreones en los extremos, y una gran mansarda que se elevaba como tercer nivel. De esta forma, se logró una fachada más simétrica y que brindaba más armonía a la composición de la plaza.
La galería comenzó a decaer al avanzar el siglo, dejando de funcionar por un nuevo incendio que destruyó el ala sur del edificio en 1927. Las demoliciones comenzaron en 1929, e incluso se utilizó dinamita para lograr la tarea. El predio fue vendido, y quedó en manos de la Sociedad de Renta Urbana, quienes levantaron el actual edificio comercial; el Portal Presidente Bulnes, con su propia Galería Comercial Bulnes.
Diseñado por el arquitecto Jorge Arteaga en 1932, forma un conjunto arquitectónico con el edificio Phillips y el Edificio Presidente, cuyo nombre deriva de haber sido la residencia de Jorge Alessandri, presidente de Chile entre 1958 y 1964.
El edificio se compone de dos pabellones divididos por una salida central hacia la calle Phillips. Sus pisos superiores son de uso residencial e institucional, mientras que la planta baja ha sido usada históricamente como paseo peatonal, y lugar para el pequeño comercio. Durante años existieron locales de mediano tamaño que albergaban negocios de ropa, lencería, farmacias y bancos. Adosados al muro poniente existían 22 kioskos dedicados a la venta de carteras, bolsones y maletería, que databan de 1945, albergando familias de inmigrantes mayoritariamente Sirios. Es por esto, que por largo tiempo el lugar fue conocido como el “Paseo de las Carteras”.
El año 2014, el portal fue recuperado como parte de las obras de renovación de la Plaza de Armas de Santiago, durante el gobierno local de Carolina Tohá, obras que contemplaban con terminar los kioskos de carteras del paseo, a fin de revitalizar el sector colindante a la plaza, para acercarlo a la comunidad y a los turistas. Esto tuvo una fuerte oposición ciudadana, sin embargo la justicia falló a nombre de las autoridades, trasladando a los puestos de carteras al pasaje peatonal Irene Ariztía, en la calle San Antonio.
A fines de 2018 el Portal comenzó a acoger oferta gastronómica, con diversos restaurantes (Emporio La Rosa, Barra Chalaca y la Sanguchería de Barrio), que lo convirtieron en el nuevo Boulevard Gastronómico en el corazón de la ciudad, con una propuesta de diseño muy cercana a las de las plazas europeas.
Está protegido como Monumento Nacional en la categoría de Zona Típica, como parte del entorno de Plaza de Armas.
Estación 7: Paseo Phillips
El actual Paseo Phillips fue una de las galerías comerciales más bellas que ha tenido el mundo en su minuto. La Galería San Carlos, idea del empresario chileno Carlos Mac Clure (dueño del portal antes mencionado), se desarrolla sobre las cenizas del Portal Tagle. Su intención era conectar e integrar esta construcción con el vecino Portal Mac Clure, con una galería de dos pisos y techos de vidrio.
Los trabajos de dicha galería comenzaron en la década de 1870, a cargo de don Ricardo Brown, afamado arquitecto local, con la participación ingenieril de Daniel Barros Grez. La obra era una galería mucho más amplia y elegante que los portales de su alrededor, con sus dos niveles y techo de cristal arqueado que permitía la iluminación natural durante el día.
Poseía pilastras que dividían las puertas interiores, además de banquillos acojinados para el descanso de los transeúntes. Los portales arqueados, divididos por las pilastras, tenían lámparas. Inaugurada alrededor de 1874, en variados libros de historia (Verniory, Castedo) fue descrita como lujosa, magnífica y elegante. A ella se accedía por las calles Merced y Monjitas, y albergaba almacenes y tiendas, así como un restaurante y un café. Los salones del edificio fueron sede de fraternidades, centros de reuniones y clubes, así como recepciones diplomáticas.
A inicios de la década del 20, un incendio afectó las instalaciones del Portal Mac Clure y la galería San Carlos. Esto, sumado al deterioro por los años, dejó inutilizada a la última. A los pocos años fue demolida, así como su vecino que pasó a ser el actual Portal Bulnes. La Galería pasó a ser una calle peatonal llamada Pasaje Central, rebautizado posteriormente como Pasaje Phillips, en honor al ex Alcalde de Santiago, don Luis Phillips Huneeus, quien promovió un plan de mejoramientos y transformaciones urbanas en el sector.
El Pasaje no tiene ninguna relación con las antiguas formas de la galería, ni con su trazado. La calle tiene su propia historia: en ella vivió el presidente Jorge Alessandri Rodriguez, en el cuarto piso del edificio Phillips 16. El mandatario caminaba desde su departamento a la moneda todos los días, para asombro de los santiaguinos que transitaban por el sector. Una placa conmemorativa en la esquina de estado con monjitas recuerda al presidente:
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El pasaje fue también sede de importantes hitos comerciales de la comuna. La notaría de Elba Sanhueza es una de las más famosas de todo chile. Y en el sector de los estacionamientos subterráneos funcionó de antaño la “Hostería del Laurel”, sede de la bohemia intelectual chilena en los años 40. De cara a la plaza, también en los subterráneos, funcionó “El Patio Andaluz”, que luego se transformaría en el cabaret “Mon Bijou”.
En la esquina con Merced, funcionó por años una de las tiendas de la cadena de telas y cortinajes “Inaudito”, así como una tienda de calzado “Bata” más hacia el centro. Durante los ‘80, funcionó uno de los primeros locales de pollos fritos en santiago: “Pollos Broaster Monserrat”. A la entrada de la Galería Presidente, se encuentra la cantina y fuente de soda “El Santo”.
El aspecto que conocemos hoy data de la década de los ‘80, consecuencia de la renovación urbana impulsada por el alcalde Patricio Mekis. Sin embargo, a esto se suma la llegada de restaurantes, además de la instalación de una escultura de Santiago Apostol en la entrada por el lado de la calle Estado, regalo de España el año 2005.
Estación 8: Museo De Santiago - Casa Colorada
La Casa Colorada es uno de los ejemplos mejor conservados de la tradicional casa colonial chilena. Fue construída para el Conde de la Conquista y Presidente de la primera Junta de Gobierno, don Mateo de Toro y Zambrano, quien residió en la casona hasta su muerte en 1811.
El solar donde se emplaza fue adquirido por el Conde el año 1769, y la construcción estuvo a cargo de Joseph de la Vega, iniciándose en el mismo año, y tardando 10 más, por desavenencias familiares y pleitos con los vecinos. Pese a todo el tiempo que tomó, el resultado fue muy elogiado, al romper con los cánones arquitectónicos imperantes, destacando por su fachada de piedra y dos pisos.
Fue el unico edificio dotado de fachada de ladrillo y recubierta de piedra en su primer nivel. La distribución de la planta es la tradicional de la época: patios sucesivos, rodeados de recintos.
Está construida con muros de piedra sillar, y techumbre de madera en roble, con canelo en los entrepisos y armazones de coligüe.
Fue residencia de los Condes de la Conquista, hasta el fallecimiento de la IV Condesa, doña Nicolasa de Toro-Zambrano. A finales del siglo XIX, pasó a sus hijos, los Correa y Toro, manteniéndose como herencia familiar hasta mediados del siglo XX. En 1977, el edificio fue expropiado por la Municipalidad de Santiago para su restauración.
¿Sabías que? : La casa debe su nombre a que, en 1888, la fachada fue cubierta con un revoco rojo. Y así se ha mantenido, hasta el día de hoy. |
Desde hace varios años, la Casa Colorada alberga al Museo de Santiago. En este lugar se exhiben muestras didácticas relacionadas a la fundación y desarrollo histórico de la ciudad de Santiago, relatando la evolución desde el periodo incaico hasta inicios del siglo XX. Posee cinco salas, con dioramas, maquetas, relatos y objetos antiguos. Cuenta también con dos salas de exposiciones transitorias, además de un auditorio y patio central, espacios a disposición de artistas plásticos, músicos y exponentes de la danza y el teatro.
Debido a las restauraciones, el estado de la casa no corresponde a su construcción original, conservandose sólo la estructura original del cuerpo de dos pisos que da hacia la calle merced. Se ha reconstruido parte del primer nivel, completándolo con recintos semejantes a los originales.
Actualmente se encuentra cerrada en un proceso de remodelación y restauración, producto de los daños del terremoto de 2010.
Horario: El Museo se encuentra temporalmente cerrado por trabajos de restauración.
Valor entrada:
- 500 publico general
- 400 estudiantes
- 250 niños
Estación 9: Portal Fernández Concha
Este portal comercial ubicado al costado sur de la plaza, entre las calles Estado y Paseo Ahumada, fue construido en 1870 y 1871 sobre el antiguo portal colonial “Sierra Bella”, el cual fue destruido en un incendio en 1869. Fue encargado por por los hermanos Pedro y Domingo Fernández Concha, dueños de la Viña Santa Rita y empresarios bancarios al arquitecto inglés W. Hovender Dendry, sin embargo algunas fuentes señalan que fue el francés Lucien Henault quien inició los trabajos, probablemente por su relación con la construcción del Pasaje Matte al interior del portal.
El diseño original poseía una imponente fachada de estilo neoclásico francés, con columnas y estatuas, además de balaustras y terrazas, que lo convertían en uno de los edificios no-residenciales más elegantes de la época. Tras esta fachada se elevaban cuatro pisos, con el primero funcionando como galería de locales comerciales. Dichos locales eran las tiendas más lujosas de la capital, donde se podían encontrar géneros traídos de china, brocatos, lanas de oro, lozas y cristales, juguetes para niños, azúcar y chocolates, además de encontrarse perfumerías, sastrerías y sedes bancarias. Destacados locales del edificio eran el salón de billar “Sala Puga”, la “Casa Británica” y la sofisticada “Peluquería Parisina”. Por las noches se alumbraba con velones de sebo, colocados en candelabros de cobre.
En su segundo piso funcionó por largo tiempo una serie de afamados centros hoteleros. El primero de ellos fue el Hotel Santiago, que destacaba por sus lujosos muebles importados desde europa, y su carácter distinguido (tan así que fue elogiado por Recaredo Santos Tornero en su “Chile Ilustrado”, en donde lo comparaba con el Hotel Louvre de París). Este fue reemplazado en 1884 por el Gran Hotel Inglés, que según Oreste Plath en el libro “El Santiago que Se Fue”, fue el primero de la ciudad con luz eléctrica en todas sus habitaciones.
El servicio hotelero cambió dos veces más de nombre; pasando a ser el Hotel de Francia en 1900, y el Hotel Plaza en 1919.
La decadencia y el deterioro llevaron al cierre del Portal alrededor de 1928, momento en el cual es remodelado completamente por los arquitectos Josué Smith del Solar y su hijo José Smith Miller, responsables de la apariencia actual del edificio. La estructura resultante se eleva a los siete pisos, ocho sumando los altillos. Su nueva fachada tiene elementos neoclásicos y detalles art decó, que se unen a balaustras, columnas y balcones. En los nuevos pisos se distribuyen pequeños departamentos residenciales, que ascienden al número de 320.
Con el tiempo tomó un carácter más popular, convirtiéndose en un lugar de bohemia, escenario de importantes encuentros sociales y fiestas para las clases medias y altas de Santiago durante las décadas de 1940 y 1950. Desde ese entonces que existen históricos locales de comida. Algunos de los más famosos fueron el Quick Lunch Bahamondes, al cual se le atribuye la creación del “completo” en la década de 1920, como una versión nacional del hot dog estadounidense. Otros locales conocidos son el Chez Henry ("Donde Henry" en francés), restaurant que instauró la cocina francesa en nuestro país. Fue fundado en 1925 por Herny Boutegourd (chef del Palacio Cousiño) y cerrado en 2003. Sobreviven aún los restaurantes Ravera y Nuria.
Actualmente, el portal es famoso por los contundentes platos que puedes consumir en los restaurantes de gastronomía típica chilena e internacional, fuentes de soda y puestos de comida rápida, por lo que suele estar repleta al horario de almuerzo por quienes trabajan en el centro, quienes consumen ávidamente completos, as, empanadas, bifes a lo pobre, pollo con papas fritas y chorrillanas.
Hacia los niveles superiores, se encuentra tristemente en un estado de fuerte deterioro, lo que se suma a la desvalorización de sus departamentos, y el uso de estos para negocios ilícitos y prostitución.
Fue declarado Monumento Nacional en la categoría de Zona Típica. Tiene también la categoría de Inmueble de Conservación Histórica.
Estación 10: Museo Chileno de Arte Precolombino
Este museo, popularmente conocido como Museo Precolombino, fue fundado el año 1981 por el filántropo Sergio Larraín Garcia-Moreno, quien entregó su colección de arte precolombino a la comunidad, para contribuir al conocimiento y la apreciación del legado de los antiguos pueblos americanos. El mensaje del fundador fue que “nuestros jóvenes pudieran formarse, reconociéndose como hermanos, sabiéndose herederos de un hermoso pasado común”. Es considerado uno de los mejores museos de Chile, por el valor de su muestra, su concepto museográfico y el trabajo curatorial.
La historia del edificio sin embargo, remonta hacia la colonia (es uno de los edificios coloniales más grandes que se mantienen el pie, resistiendo terremotos, envejecimiento y los cambios de la urbe). Originalmente, su solar fue concedido en 1555 al primer corregidor De Santiago, don Juan de Cuevas y Bustillo quien instaló en este lugar su casa. En 1635, la Compañía de Jesús instaló en el lugar el Real Colegio Convictorio de San Francisco Javier. Posteriormente, el gobernador Luis Muñoz de Guzmán, ordenó que en el lugar se edificara el Palacio de la Real Aduana, proyecto que quedó a cargo del ingeniero militar José María de Atero, con planos del italiano Joaquín Toesca.
Su estilo arquitectónico es de influencia neoclásica, con una planta rectangular de dos pisos, y patios interiores rodeados de columnas toscanas. Posee una fachada abalaustrada en su parte más alta, y detalles como protecciones de metal forjado en sus vanos. Fue construido entre 1805 y 1807, y durante la Patria Vieja fue brevemente ocupado por la Biblioteca Nacional.
Desde 1845, pasa a ser sede de los Tribunales de Justicia, hasta que en 1968 un gran incendio destruyó las instalaciones y archivos. Durante 1980, y gracias a una serie de obras de restauración, el palacio fue reconstruido, destinándose sus instalaciones al uso del Museo.
Hoy, el museo posee una cuantiosa colección gracias a numerosas donaciones que se fueron sumando a la inicial, formando un repertorio de 5000 piezas en exposición permanente, las cuales reúnen parte del patrimonio material e inmaterial de América. Destacan su colección textil andina (con piezas de más de 3000 años de antigüedad), Momias de Chinchorro, obras en cerámica, metal y piedra, obras de arte mayas, aztecas, culturas antenas, pueblos amazónicos y del Caribe.
En términos de investigación, posee salas de exhibición, depósitos y laboratorios. Para los visitantes, cuenta con una tienda de souvenirs, biblioteca especializada, cafetería, visitas guiadas bilingües, salas de exposición temporal y exposiciones itinerantes para acercar la cultura e historia a la sociedad.
Horario:
- Martes a Domingo: 10:00 - 18:00hrs
Valores:
- Chilenos y extranjeros residentes $1.000
- Extranjeros $6.000
- Estudiantes chilenos y extranjeros residentes $500
- Estudiantes extranjeros $3.000
- Entrada liberada para niñas y niños hasta los 10 años.
- Entrada liberada para adultos mayores locales.
- Entrada liberada primer domingo de cada mes.
Recomendaciones y posible extensión de la ruta
- Evitar permanecer hasta muy tarde, en especial si se está solo.
Bibliografía y Agradecimientos
Bibliografía Utilizada:
- Urbatorium
- Historia De Santiago. René León Echaiz.
- Todo Santiago: Crónicas de la Ciudad. Roberto Merino.
- Plaza de Armas: El corazón De Santiago. Volker Gutiérrez.
Agradecimientos a:
- Profesor Diego Vallejos Oberg. Académico e Investigador. Departamento Urbanismo, Universidad de Chile.